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Más discurso que futbol

MIAMI --
México está ya en territorio de Estados Unidos para el juego de este martes, y cuando más fuerte anímicamente debió llegar, más triste se vio en su arribo a la muy futbolera Columbus. Y es que todos los recientes acontecimientos alrededor de México en el futbol han creado un semblante tan nuevo como extraño y desagradable en el entorno del Tri.

La derrota ante Honduras fue el límite de la resistencia ejecutiva del equipo y obligó a la costosa despedida del Chepo, que sólo minutos antes expresaba muy seguro que él seguiría al frente de la Selección. Ahora el cronista presume desafortunadamente que el Chepo se aferraba más a su contrato que a su propia capacidad y a su nivel de exigencia.

El Chepo supo que no pudo con el Tri, pero seguramente los dígitos del acuerdo le dictaban unas frases diferentes para intentar convencer a Justino y a los 'dueños' de su permanencia con el equipo. Lo intentó, pero la reflexión de 'los que mandan' dio al traste con el propósito del Chepo.

La verdad, a esta hora creo que fue una decisión visceral, que no aguantó la humillación ante Honduras en el Azteca, pero como a rey muerto, rey puesto; la gran interrogante ahora es si para el determinante partido ante Estados Unidos fue suficiente la salida del Chepo.

¿Qué tanto puede cambiar Tena a un equipo derrumbado e incrédulo, al que hablarle a esta hora de sistemas debe ser tan complicado como explicarle algebra infinitesimal a un chico de tercer grado? Y lo peor es que el primer discurso de Tena es de lo menos esperanzador. Cara de consternación, palabras de aliento para el anterior técnico, agradecimiento por haberlo invitado, una frase para su sueño cumplido, pero otra seguida lamentándose que fuera de esa manera... En fin, que cuando esperábamos una voz fuerte de aliento, nos encontramos con un 'nuevo técnico' aporreado.

Ojalá que para su interinato el método sea diferente, porque si algo necesita México ahora es motivación y un importante sacudón al alma que lo instale en un mejor nivel de competencia. Hay que hablar de creer para poder, y hay que vender ilusiones que se conviertan en realidades.

México llega con la moral en el piso, pero debe y puede pensar en ganar de la mano de un técnico que los convenza de su capacidad y de su éxito, y fundamentalmente debe empezar por cambiar el ceño fruncido del futbolista.

Claro que desde aquí me temo lo peor. El escenario estará más hostil que nunca. Estados Unidos también llega con una derrota a cuestas ante Costa Rica que le mancilló su dignidad después de 13 juegos sumando victorias en varios lugares del planeta.

El equipo de Klinsmann está jugando bien, pero aún no ha clasificado y le urge amarrar sus números justo en este partido en donde con el triunfo asegura su cupo mundialista y podrá entonces mirar con desenfado las dos fechas de octubre. Es cierto que no contará con Altidore, sancionado por la generosidad de Marco Antonio Rodríguez, y eso tampoco se le olvida desde adentro al grupo de las barras y las estrellas.

El público jugará su propio partido en la plaza más futbolera de Estados Unidos, allí en donde por coincidencia de fechas y de climas se han jugado dos versiones de la curiosamente llamada 'Guerra Fría' y en las que siempre salió hasta ahora bien librado y con el mismo resultado de 2-0 el equipo de casa.

Klinsmann es todo sonrisas y se da el lujo de bromear declarándose "hincha del Chepo"... Cómo no. Si con él al frente de la Selección Mexicana, Estados Unidos se consolidó en el tablero de la eliminatoria y, en cada fecha, cada triunfo de Estados Unidos se comparaba y potenciaba de inmediato con el errático caminar de la entonces Selección del Chepo. Con ese nivel, Klinsmann presidiría indefinidamente el nuevo club de admiradores del Chepo, que contaría con la segura membrecía de Luis Fernando Suárez, Jorge Luis Pinto y, por supuesto, de Julio César Dely Valdez.

La rogativa de este nuevo Club es que el Chepo se hubiera mantenido, pero su peor noticia la conocieron la madrugada del sábado con su despido. Claro que después de ver la presentación del nuevo técnico "por un partido", el Club seguirá pensando que del interino también se puede ser fan.