Carlos Irusta 11y

Matthysse, puertas adentro

LAS VEGAS -- La suite de Lucas Matthysse está a oscuras. Con sigilo, cuidadosamente, Cuty Barrera -su técnico principal-, ingresa, seguido de Darío Fernández: "Debe estar durmiendo". Y, sí, efectivamente, Lucas Matthysse está durmiendo. Ya son casi las siete y media de la tarde. A través de los grandes ventanales, Las Vegas se enciende, y las luces, multicolores, ingresan al ámbito: un enorme recibidor, con sillones, una mesa muy grande, dos veladores, todo en colores ocres.

En el otro dormitorio, está Lucas: ropa mezclada, bolsos, la gigantesca pantalla de la televisión tapada por una bandera argentina, en donde se leen dos palabras: Malvinas y Chubut. Él ya está despierto y consulta música en la memoria de su teléfono, conectado a un centro musical. Le preguntamos si va a subir al ring con la música de AC/DC y sonriendo, nos mira y dice: "No, va a ser con Almafuerte, esta vez voy a cambiar".

Hombre de pocas palabras, se pasea por el cuarto buscando ropa para ir al gimnasio. Han llegado algunos amigos, pero se quedan en el otro cuarto, en el recibidor. Le comentamos cómo tomó el cara a cara con Danny García, y sonríe: "Nada... lo miré y listo, vi que se movía mucho y por eso, al final, se tuvo que sacar los anteojos, pero son cosas simples, en el ring se ven las cosas...".

-Vos sabés que el juego de las miradas es parte importante del tema.
-Si, puede ser. Muchos dicen que está asustado. Qué sé yo, yo no confío en nada.
-Le clavaste alguna vez la mirada al otro.
-No... que voy a clavar miradas, yo, ¡ja!

Es difícil penetrar en su interior. Los que más lo conocen -Mario Arano, el Cuty Barrera- dicen que hay un tema que lo sacude, y son las declaraciones del padre de Danny García. "Lo va a sufrir el hijo en carne propia, esa es la verdad. A nosotros no nos molesta que se digan tonteras para promocionar una pelea, pero en este caso insultó y agravió mucho a la Argentina y eso es de una tremenda mala educación", nos dijo Mario Arano. De hecho, no sería de extrañar que, si el hombre persiste en su actitud, Arano pedirá que sea multado por la Comisión Atlética de Nevada.

A Lucas parece que nada le importara. Sigue tranquilo escuchando música, y durmiendo todo lo que puede. Anduvo por el patio de comidas del MGM y fiel a su dieta, consumió fideos y pollo. Y luego, otra vez a la cama. Cuando terminó la presentación oficial del espectáculo, el martes al mediodía, fue quizás el único que asistió a tanto ruido sin inmutarse. "Yo estas cosas ya la vi, y no me deslumbran, ni tampoco saber que soy parte de una cartelera muy grande. Vengo hace mucho tiempo esperando a García, y ahora que me llegó la oportunidad, lo único que quiero es disfrutar de la pelea".

Ahora, que la búsqueda de la ropa terminó, se viste con apenas una camiseta, pantalnes de combate, calzado deportivo y apenas un buzo encima de todo. Señal inequívoca de que no hay ningún problema para registrar el límite de las 140 libras (el pesaje será el viernes a las 14.30) y que, si el peso fuese un problema, en este caso no existe.

-Yo como de todo y bien... especialmente mucho pollo y pescado, como de a poco y varias veces por día y eso ayuda mucho, me dijeron.

Así que llegó la hora de hacer mantenimiento y nada más que eso. Y si el mantenimiento se hace a eso de las ocho de la noche, es para que el reloj interno de Lucas se adapte a la hora en la que está programada su pelea frente a Danny García.

"Cómo saldrá a pelear es parte exclusiva de él -nos dice Cuty Barrera-. La idea es pelear del centro del ring para adelante, sin salir a la pelea franca, porque sentimos que va a ser Garcñia el que la provoque. Solamente que, coo García sabe que si ataca va a recibir mucho castigo, tal vez no lo haga. Acá se hicieron las cosas bien, pero el que resuelve sobre el ring es el boxeador".

Y el boxeador está allí, junto a los suyos, caminando hacia el ascensor que lo llevará al cuarto piso, en donde está el gimnasio, en donde lo espera una hora de trabajo: cinta, ensayo de golpes con las manoplas de Barrera, movimientos defensivos con Fernández. "Es tan seguro, está tan confiado y tiene tanta serenidad, que a uno le parece que no puede perder, aunque todos sabemos que nada es seguro en la vida -dice el doctor Eduardo Leguizamón, su médico personal-. Pero está todavía mejor entrenado que con Lamont Peterson, todavía mejor lo que es mucho decir".

Su preparador físico, Gerardo Pereyra, nos había dicho que se ha ganado mucho en velocidad. "Como casi no ha tenido vacaciones entre pelea y pelea, no hace falta mucho para recuperar la inactividad, que es casi nula, entonces se pueden mejorar muchas cosas, que es justamente lo que estamos haciendo".

Sin problemas de peso, sin inconvenientes con un entrenamiento exigente que, como promedio, le demanda doce asaltos diarios, ya sin sparrings -tuvo diez profesionales y otros tantos amateurs- solamente le queda esperar. El trabajo está hecho.

-Y no hay nada más que hablar, porque solamente me queda esperar la pelea. La pelea que yo pedí durante mucho tiempo. Ahora llegó el momento, y como en el ring solamente estaremos Garcñia, el referí y yo, vamos a ver quien es el mejor...

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