Gustavo Goitía 11y

Argentina, cuesta arriba

BUENOS AIRES -- Que Argentina afronta un durísimo desafío en su visita a República Checa no es ninguna novedad. El punto en cuestión es que es el primer semifinalista de la Copa Davis en seis años que tiene a su mejor jugador más retrasado en el ranking mundial de la ATP, ya que Juan Mónaco (30º) es el líder ante la baja por decisión propia de Juan Martín del Potro (7º). Por eso, el riesgo es muy grande, ya que de hecho los tres equipos que disputaron esta instancia en esas condiciones en este milenio perdieron y por amplio margen. Y la situación del conjunto albiceleste, abanderado latinoamericano, se agrava por ser visitante y actuar en una cancha muy rápida.

Por eso, se da un hecho poco habitual en la máxima competencia por equipos del deporte blanco y el dolor de los simpatizantes argentinos es que se dispone de un top-10, pero que Del Potro, pieza valiosa en el camino a las finales perdidas en 2008 y 2011 ante España, no participa durante 2013 para priorizar su carrera individual. Más aún, a muchos les da bronca que, sin haber cumplido una gran temporada, no cambió su postura, sabiendo muy bien que su presencia hubiese sido vital para las aspiraciones en Praga. Más allá de las conocidas diferencias personales con David Nalbandian, quien tras una doble operación no puede ni siquiera jugar el dobles, se sigue hablando que no cayó bien en el cuerpo técnico dirigido por Martín Jaite la baja de Del Potro en la jornada decisiva de las semis del año pasado.

El campeón del US Open 2009, que estaba con molestias en una muñeca, aportó en 2012 el primer punto ante Radek Stepanek y no enfrentó a Tomas Berdych, la figura y gran rival checo. Aquella inesperada caída en Buenos Aires, sobre arcilla, dejó una herida difícil de cerrar. Ante el mismo rival, pero obviamente (por reglamento) cambiando la localía, ahora el cuadro de situación de Argentina es durísimo contando con Mónaco (ex top-ten), Carlos Berlocq (45º), Horacio Zeballos (50º) más Leonardo Mayer (93º), quien disputará el segundo single por su adaptación a la veloz superficie bajo techo, casi inusual en el circuito. El hombre fuerte local es otra vez Berdych (5º), acompañado por Stepanek, también 5º, pero en dobles, ya que viene ganar el US Open en esa especialidad.

Así las cosas, se da un caso poco visto, ya que en general las grandes potencias y hasta inclusive alguna sorpresa llegan a semifinales con un top-20. Hay formaciones lideradas por una figura rutilante, como Berdych en República Checa, campeón de la famosa ensaladera de plata en 2012 sobre España, y también hubo varios cuartetos que inclusive dispusieron de dos top-ten en singles. La otra semi la protagonizan la Serbia de Novak Djokovic, Nº 1 del mundo, dueño del título por única vez en 2010, y la ascendente Canadá de Milos Raonic (11º). El anfitrión, con el soporte de Janko Tipsarevic (23º, ex top-10), eligió una cancha lenta, cubierta, ante un rival que llega de punto -su segundo hombre es Vasek Pospisil (41º)- y que se mueve mucho mejor en superficie dura.

Por eso, la situación de Argentina no es usual en esta instancia de la Copa Davis y es el primer equipo con su líder tan retrasado desde Suecia en 2007, cuando perdió 4-1 de local con Estados Unidos. Robin Soderling era el mejor escandinavo (33º), pero no integró el equipo. Los singlistas del primer día fueron los Johansson, Thomas (56º) y Joachim (162º), y el domingo también jugó Jonas Bjorkman (55º) por los puntos. En una carpeta sintética, bajo techo, fueron eliminados por Andy Roddick (5º), James Blake (7º) y los gemelos Bob y Mike Bryan, por entonces reyes del dobles, igual que en la actualidad. Ese 2007 fue histórico para Estados Unidos, porque volvió a consagrarse tras 12 años y es el último de sus 32 títulos, siendo la máxima potencia de la historia.

Sólo cuatro casos se ven en este milenio, en 14 años, incluyendo las inminentes semis, con formaciones donde su abanderado no figuró tan alto en el listado mundial. Los dos anteriores al de Suecia se registraron en el mismo año: 2004. Uno fue Bielorrusia, en su única semi, con Max Mirnyi siendo 63º, más Vladimir Voltchkov (162º), que cayó 4-0 de visitante contra Estados Unidos, que dispuso a Roddick (2º), Mardy Fish (28º) y los Bryan. El otro resultó Francia, sin Sebastien Grosjean (11º), cuando se repartieron los singles Fabrice Santoro (36º), Arnaud Clement (65º) y Paul-Henri Mathieu (77º). El equipo galo cayó 4-1 en España, luego campeón, que tuvo en los individuales a Carlos Moyá (6º), Juan Carlos Ferrero (12º) y el por entonces pibe Rafael Nadal (50º).

Un batacazo lo dio Israel, por ejemplo, que se abrió paso y sorprendió a todos arribando por única ocasión a las semifinales, en 2009, con su mejor exponente, Dudi Sela, ubicado 29º, el mejor ranking de su carrera. Lo acompañaron Harel Levy (140º) y la gran dupla de Jonathan Erlich y Andy Ram, que eliminaron a Suecia y Rusia. Su equipo perdió 4-1 en España (posterior campeón), sobre arcilla, y eso que los locales no pusieron lo mejor en cancha, ya que faltaron Nadal (2º) y Fernando Verdasco (9º), mientras que Tommy Robredo (16º) sólo lo hizo en dobles, siendo los singlistas titulares Ferrer (19º) y Ferrero (21º). Ese caso de Israel fue llamativo, sin dudas, porque llegó más alto de lo previsible, pero en semi fue eliminado por un adversario claramente superior.

Argentina viene de sorprender de local a Francia, en cuartos, con el dramático quinto punto que se llevó Berlocq sobre Gilles Simon, ex top-ten y que en abril figuraba 13º, pero el panorama ahora es muy complicado, por el rival y aún más por la superficie. Igual, siempre hay espacio para algún batacazo y eso, en el tenis, suele ocurrir en mayor medida en la Copa Davis que en el circuito ATP. De hecho, el cuarteto albiceleste de mejor ranking de promedio, con Guillermo Coria (8º), Nalbandian (9º), Mariano Puerta (10º) y Gastón Gaudio (11º), no pudo en la semi de 2005 en Eslovaquia, en cancha rápida y cubierta. El líder de los europeos fue Dominik Hrbaty (19º), secundado por Karol Beck, quien era 48º. Por eso, el cuadro de situación es muy difícil, pero la esperanza jamás debe perderse.

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