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Cardenales con lógica ventaja

A los Piratas de Pittsburgh les tomó más de dos décadas llegar a la postemporada y no iban a dejar que tan larga espera se desvaneciera en un solo partido.

Así que ya dispusieron de unos Rojos de Cincinnati nerviosos en el encuentro entre comodines y ahora enfrentarán a los Cardenales de San Luis en una de las Series Divisionales de la Liga Nacional.

Piratas y Cardenales se vieron las caras en 19 ocasiones durante la temporada regular, con diez victorias para los de Pittsburgh y nueve para San Luis.

Pero la mayoría de los triunfos de los Bucaneros fueron en las primeras oportunidades, mientras los Cardenales fueron de menos a más y los vencieron las últimas cuatro veces, justo en septiembre, en una recta final que le permitió a San Luis terminar con el mejor récord de todas las Grandes Ligas (97-65), empatados con idéntico balance con los Medias Rojas de Boston.

De todos modos, eso ya no vale de mucho y ahora se trata de borrón y cuenta nueva.

San Luis fue el tercer equipo que más carreras fabricó en todas las Mayores (783) y esa misma posición ocupó en el promedio de embasamiento (.332), al tiempo que fue cuarto en average general (.269).

Esas cifras contrastan demasiado con las de Pittsburgh, vigésimo en carreras producidas (634), decimoséptimo en OBP (.313) y vigesimosegundo en average (.245).

Más parejas están las estadísticas en el pitcheo, con ligera ventaja para los Piratas en efectividad (3.26 por 3.45 los Cardenales).

Sin embargo, para el primer encuentro, el manager Clint Hurdle no podrá contar con su principal as, el zurdo dominicano Francisco Liriano, quien trabajó el martes magistralmente por siete innings ante los Rojos y no estaría disponible hasta el tercer o cuarto partido de la serie.

En ese caso, la situación luce ventajosa para la tropa de Mike Matheny, quien enviará a la lomita en el choque inaugural al derecho Adam Wainwright, co-líder en triunfos en el viejo circuito (19 junto con Jordan Zimmermann, de los Nacionales de Washington), tercero en ponches (219) y puntero en innings trabajados (241.2), en los que tuvo excelente efectividad de 2.94.

Su rival será el diestro A.J. Burnett, un hombre que ha relanzado su carrera en Pittsburgh y terminó la campaña del 2013 con 10-11 y efectividad de 3.30, aunque en cinco series de postemporada en su carrera cuando jugaba para los Yankees exhibe un deficiente promedio de 5.08 carreras limpias.

Para los dos siguientes partidos, San Luis dispone de Lance Lynn (15-10, 3.97) y el joven Shelby Miller (15-9, 3.06), mientras que el alto mando de Pittsburgh aún no definió el orden de sus otros abridores.

Estas series cortas, de apenas cinco juegos, se definen generalmente por pitcheo y en ese aspecto, los de los Cardenales llevan ventaja, además, por haberse probado ya en ocasiones anteriores en playoffs.

Ambos cuerpos de relevistas lucen sólidos, para ratificar la suposición de que debe primar el pitcheo en los cinco partidos, si es que se llega a ese límite.

Pero en caso de que fuera la ofensiva la que lleve la voz cantante, los Cardenales tienen una alineación poderosísima, que combina velocidad con fuerza.

Y no se trata sólo de que en la lista aparezcan nombres como los de los boticuas Yadier Molina y Carlos Beltrán, Allen Craig, Matt Carpenter, Jon Jay, Matt Holliday o David Freese.

Está también el hecho de que son peloteros probados que saben cómo manejar la presión de la postemporada, algo que no se mide en cifras, pero puede inclinar la balanza a la hora cero.

Como botón de muestra vale el mes de septiembre, cuando apretaron el acelerador a fondo y consiguieron récord de 19-8 para despegarse definitivamente de los Piratas y los Rojos, luego de que los tres equipos pasaran casi todo el año en un nudo que parecía imposible de zafar.

De todos modos, no se puede descartar a unos Piratas que tienen hambre y están listos para lanzarse al abordaje, liderados por Andrew McCutchen, uno de los peloteros más completos de a actualidad y fuerte candidato al premio de Jugador Más Valioso.

Y ni qué decir del dominicano Pedro Álvarez, en su campaña consagratoria, por priemra vez con un centenar de impulsadas y líder en jonrones (36, empatado con Paul Goldschmidt, de Arizona).

Marlon Byrd llegó a fines de agosto y reforzó el ataque, pero no dio el mismo resultado Justin Morneau, sin cuadrangulares y sólo tres impulsadas en 25 partidos.

La lógica indica que en esta etapa el viento debe empezar a soplar en contra del barco pirata, que se hundiría ante el poderío de los pájaros rojos, aún cuando sean necesarios los cinco juegos de la serie para encontrar una definición.

Pero, ¿quién dice que en el béisbol, y sobre todo en los playoffs, siempre se impone la lógica?