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El Atlético Madrid rompió la lógica

BUENOS AIRES -- La segunda fecha de la UEFA Champions League confirmó algo que venimos diciendo hace tiempo: no esperen grandes sorpresas en la fase de grupos, donde las diferencias se notan demasiado.

La lógica reinó otra vez y todo indica que la elección de la UEFA por tener mayor cantidad de equipos en esta etapa va en detrimento de la calidad. Los grandes de Europa pueden tener algún que otro tropezón, pero a la larga, enderezan el camino; lo peor que les puede pasar es terminar segundos en sus grupos y así tener, en la segunda fase, un cruce complicado antes de tiempo.

Está claro que el negocio debe cerrarle a todos: los más chicos recaudan un dinero que en otras condiciones estaría fuera de su alcance, y los grandes tienen cuatro meses que usan para ir calentando motores.

En este escenario que, de tan predecible puede volverse monótono, esta semana el que dio la nota fue el Atlético Madrid. Y mucho tiene que ver en eso el trabajo que viene realizando su técnico, Diego Simeone.

EL ATLÉTICO MADRID DIO LA NOTA
Después de ganar el derbi de visitante el fin de semana, el equipo colchonero se llevó una victoria importantísima en su viaje a Portugal, venciendo 2-1 a un Porto que tiene mucha historia en Europa.

Los portugueses llevan 75 partidos sin perder en su casa por el torneo local, además de estar invictos en las últimas dos Champions como locales, habiendo ganado todos los partidos en esa condición en la última edición.

Como si esto fuera poco, el Atlético Madrid afrontó el partido sin su goleador Diego Costa, y además empezó perdiendo por un gol del colombiano Jackson Martínez. Con paciencia para ejecutar su plan, su equipo remontó un partido complicado, anotando el gol de la victoria con una jugada de pelota parada a poco del final.

Cuando uno mira cómo se planta este Atlético Madrid, ve el sello típico del fútbol italiano, ese que Simeone incorporó en su vasta carrera como jugador. Muy bien parado defensivamente, tiene rapidez en el mediocampo, por donde elige transitar sin instalarse. Y en el ataque, va a fondo, tanto con su hombre de punta como con quienes se desprenden desde más atrás.

En esto último ayuda que acertó con todos los reemplazos que hizo de su goleador en los últimos años. Después de Fernando Torres, pasaron Forlán, Agüero, Falcao y ahora Costa y todos ellos pagaron la inversión con creces.

Pero volviendo al ciclo Simeone, es extraordinario ver que desde que llegó, todo fue hacia arriba. Parece estar subiendo por una escalera en la que no hay descanso y le sigue sacando el máximo a sus futbolistas.

No solamente ganó una Copa del Rey, una Europa League y una Supercopa de Europa: parece también haberle contagiado a sus jugadores el espíritu ganador y el convencimiento en sus ideas. Su plantel está preparado para asimilar lo que el técnico les propone y plasmarlo en el campo de juego.

No es casualidad que su equipo haya ganado los dos partidos que jugó en la Champions y los siete disputados en La Liga, donde le está compitiendo de igual a igual al Barcelona. Justamente, a un Barcelona que no lo pudo derrotar en dos cruces directos por la Supercopa de España, quedándose con el trofeo solamente por haber marcado como visitante.

De alguna manera, así fue su crecimiento como técnico, habiéndose consagrado con Estudiantes primero y con River después, antes de dar el salto a Europa, donde está confirmando partido a partido que puede tener pretensiones cada vez más grandes.

EL RESTO DE LA JORNADA
Como decíamos al principio, la lógica reinó esta semana. Algunos podrían pensar que los resultados de los equipos de Manchester fueron sorpresivos, pero no es mi caso.

Perder ante el vigente campeón, y más si es el Bayern Munich de Guardiola, entraba dentro de lo posible para el City, mientras que el empate en Ucrania del United es otro reflejo de cuánto le está costando la transición a Moyes con un equipo que ha ido envejeciendo y no ha invertido demasiado.

Tampoco es extraordinario que la Juventus y el AC Milan hayan resignado puntos ante rivales a priori más débiles. Los dos podrían haber ganado tranquilamente y, a la larga, ambos deberían terminar por encima de sus rivales, Galatasaray y Ajax respectivamente.

Real Madrid ganó sin problemas, aunque el que sí debe estar agarrándose la cabeza es Ancelotti. Di María sigue rindiendo y mantiene vivo el interrogante que planteamos en la última columna: ¿dónde hará valer los 100 millones que costó Bale?

Barcelona no se sugestionó ante un Celtic que lo había complicado, y mucho, el año pasado. Lo ganó merecidamente y con sus argumentos habituales, teniendo la pelota y haciendo correr al rival, aunque sin esa superproducción que se suele reflejar en el marcador. Claro, tampoco estaba Messi en cancha, y ya sabemos que el argentino puede inclinar el rumbo de un partido por sí solo.

Por último, el partido que a priori parecía más prometedor quedó definido en unos pocos minutos, cuando el Arsenal noqueó con dos golpes a un Nápoli que, sin su goleador, ya no pudo recuperarse.

El grupo que integran sigue siendo igualmente el más peleado, ya que Borussia Dortmund, tras caer ante Nápoli en la primera fecha, se recuperó venciendo al Olympique de Marsella. Las próximas dos jornadas verán dos duelos clave entre alemanes e ingleses, mientras que los italianos intentarán sumar todo lo que puedan ante unos franceses que parecen haber quedado relegados al rol de árbitros.

Felicidades.