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El futuro está aquí

BUENOS AIRES -- El período del calendario del básquetbol destinado a la selección nacional ya quedó atrás y ahora la atención, lógicamente, está puesta en la Liga Nacional. Por eso, con mayor tranquilidad, me gustaría compartir con ustedes en este espacio de ESPN.com, las ideas y sensaciones que me quedaron del Premundial.

Aunque parezca obvio, quiero destacar la importancia de haber obtenido la clasificación para el Mundial de España 2014, lo que le permitirá al básquetbol argentino seguir asistiendo a la máxima competencia exclusiva de este deporte.

Hoy parece algo natural estar en un Mundial pero hubiese sido perjudicial para el desarrollo de nuestro básquetbol habernos ausentado. Esta clasificación nos evitó problemas, tener que reconstruir el proyecto y nos ahorró mucho dinero. Es que los resultados deportivos son los que traccionan cualquier programa de selecciones.

Nuestro resultado final, ser terceros, permitió que la selección argentina lograra su octavo podio continental seguido. No es poco, si lo entendemos como continuidad y permanencia.

El básquetbol es un deporte global, desarrollado y eso se comprueba en que países que no fueron protagonistas en los últimos años, como México y Dominicana se acercaron a los históricos y hasta los desplazaron, algo que también sucedió en Europa.

La selección argentina salió fortalecida de una nueva experiencia. El Alma Argentina dio un paso adelante hacia un recambio imprescindible, ya que varios jugadores jóvenes aumentaron su confianza, luego de conseguir el objetivo trazado. Aprobaron el examen.

La selección nacional está necesitada de construir un nuevo grupo, que a su vez debe escribir su propia historia. Lo que hay que lograr es que estos jóvenes alcancen un entendimiento dentro y fuera de la cancha como antes sucedió con la Generación Dorada. También que mantengan los valores de seriedad, profesionalismo y compromiso heredados y que jueguen con pasión, dejando el alma en cada acción.

El futuro inmediato de la selección puede estar emparentado con algunos nombres propios. Más allá de la inmensa jerarquía de Luis Scola, de la que tuvimos la enésima confirmación, y de que Juan Gutiérrez hizo un gran torneo, demostrando que es un hombre confiable, tanto Facundo Campazzo como Marcos Delía confirmaron que son una buena noticia para el equipo.

Campazzo evidenció que tiene una energía y una mentalidad competitiva distintas. En el tiempo que convivió con la selección expuso su valentía pero también su ambición y sus ganas de aprender, algo indispensable a su edad. Esto lo convierte en un jugador al que hoy es difícil ponerle un techo.

La selección pide cubrir el puesto de pivote para mejorar su juego aéreo y Delía muestra la talla necesaria. Se mueve bien sin balón, algo que el básquetbol actual valora mucho. En el Premundial nos demostró y se demostró que puede ser ese pivote buscado.

Delía recibió durante varias semanas enseñanzas y ejemplos que parte de Luis Scola, los que le llegaron en el momento justo. Por eso, es posible que este 2013 sea un año clave para su carrera.

Quiero destacar a Marcos Mata, ya que fue importante para el equipo y ratificó que es un jugador de selección, aún sin haber brillado. Un jugador que defiende al mejor del rival, que rebotea y además tira un 50% en triples, siempre suma.

En tanto que Selem Safar fue una sorpresa positiva. Tiene un muy buen lanzamiento, pero también personalidad para tomarlo en momentos decisivos. Eso es un mérito. Tiene margen de mejora en todo y si se lo propone puede ser jugador importante.

Estoy convencido de que la selección dio un paso adelante para consolidar un plan, que tiene al Mundial 2014 como próximo objetivo. Y para ese evento resultarán tan importantes los regresos de los cracks, como continuar desarrollando al joven equipo de Caracas.