Jerry Crasnick 10y

En el centro del escenario

BOSTON -- Los participantes de la Serie Mundial 2013 están disfrutando de un día libre antes de volver a la batalla en el sexto juego en Fenway Park. Para los Medias Rojas de Boston, es una oportunidad de fildear unos cuantos roletazos, recibir tratamiento o simplemente disfrutar el ambiente de su parque de pelota. Para los Cardenales de San Luis, quienes no tienen práctica programada, el día libre les da la oportunidad de tener una cena tranquila y examinar el reto que les aguarda al intentar sobreponerse a un déficit de 3-2 en la serie.

Para John Farrell, de Boston, y Mike Matheny, de San Luis, los respectivos mánagers, la ausencia de un juego en el calendario brinda un respiro a la vida con presiones. Pero les aseguramos, esto sólo es temporal.

Ambos mánagers han compartido el escrutinio en sus respectivos debuts en una Serie Mundial. Farrell fue el centro de atención de todos en el tercer juego, cuando no realizó un doble cambio y dejó a Mike Napoli en la banca mientras que el relevista Brandon Workman bateó contra el cerrador Trevor Rosenthal y su recta de casi 100 millas. Farrell aceptó su culpa por su omisión, pero eso no hizo mucho para evitar las historias de "John Farrell tuvo un día muy malo".

Un día después, fue el turno de Matheny para sentir cierta amargura por sus decisiones con el pitcheo. En particular, fue cuestionado por permitir que Lance Lynn le lanzara a David Ortiz en lugar de meter al especialista de zurdos Randy Choate -- y luego reemplazar a Lynn con un especialista en roletazos, Seth Maness, quien de inmediato le concedió un cuadrangular de tres anotaciones a Jonny Gomes.

El cambio en el ritmo de la serie fue evidente de nuevo en las conferencias de prensa tras la victoria 3-1 de Boston el lunes. Mientras Farrell hacía todo lo posible por calmar la euforia por parte de Boston, Matheny gesticuló afligido sobre una pregunta acerca de las posibilidades de Ortiz para ser el Jugador Más Valioso y los defectos posibles en la construcción del roster de San Luis. ¿Hubieran estado mejor los Cardenales si tuvieran un bat adicional en lugar de los pitchers Shelby Miller y Edward Mujica, quienes todavía no actúan en la serie? Matheny hizo lo posible por evadir la pregunta.

La perspectiva experimentada

Los cambios emocionales y exigencias de un mánager no pueden estar más altas que en este punto de la temporada. Y nadie entiende eso mejor que aquellos que han brillado y sobrevivido bajo el resplandor del escenario más grande del béisbol.

Joe Torre, Tony La Russa y Ozzie Guillén -- tres ex mánagers que, de forma combinada, han conquistado ocho anillos de Serie Mundial -- han observado los cambios de dirección en la serie de este año desde varias perspectivas. Torre y La Russa trabajan para la oficina del comisionado Bud Selig, mientras que Guillén es analista en las transmisiones de ESPN Deportes. Ellos pueden sentir empatía por los mánagers de 2013, al mismo tiempo que ven cómo sus vidas profesionales previas parpadean ante sus ojos.

"Ellos están cortados por el mismo molde", dijo La Russa acerca de Farrell y Matheny. "Tienen reputaciones bien ganadas, como jugadores por ser buenos competidores y compañeros, se ganaron mucho respeto. Es un proceso de aprendizaje, y ellos tienen que entender que cuando algo no funciona, las críticas les lloverán. Siempre le instruí a la gente que tratara sus elogios como sus críticas, que se vieran al espejo e hicieran las cosas lo mejor que pudieran. Es así de simple. Esa es la forma cómo sobrevives".

El consenso general es que la vida de los mánagers en postemporada es más retadora que nunca actualmente. Luego de una batalla de tres o más horas, ellos son llevados a una sala de entrevistas y obligados a explicar sus razonamientos por varios movimientos en un lenguaje lo suficientemente expresivo para entretener y lo suficientemente conciso para ilustrar. Cualquier señal de estar a la defensiva o de irritabilidad será monitoreada muy de cerca, e interpretado como que el mánager está poniéndose tenso y haciendo que sus jugadores estén nerviosos.

En la actualidad, todo mundo tiene la libertad y el foro para expresar una opinión --bien sea el ex ligamayorista convertido en analista de televisión o Juan Aficionado ventilando su frustración en Twitter. El flujo constante de información produce una cacofonía de ruido que es imposible de ignorar.

"Todo aquél que le gusta el béisbol te está observando", dijo Guillén. "Sólo hay un partido -- uno solo en todo el país -- y todos tienen una manera distinta de observarlo. Si haces un error durante la temporada, solamente la gente en tu ciudad te cuestiona. Ahora, es todo mundo en las tribunas, y en la televisión, y en la radio. Y es más crítica y más específica".

Dijo Torre: "Para mí, se trata de echar la culpa. Recuerdo la época cuando en el New York Daily News tenían los cuernos del chivo. '¿Quién será el chivo expiatorio hoy?'. Siempre ha sido así en el béisbol. Pero la prensa viene de muchos sitios en la actualidad, y puede ser un poco abrumador estar sentado en esa habitación cuando tienes ráfagas de preguntas llegándote de todas partes".
Incluso los mánagers veteranos pueden ponerse ligeramente malhumorados cuando las preguntas están fuera de lugar o son demasiado presuntuosas. Cuando Jim Leyland, ex mánager de Detroit, bajó a Austin Jackson en el orden al bat, subiendo al resto de los bateadores durante la Serie de Campeonato de la Liga Americana, él se fastidió con la sugerencia de un reportero de que él se estaba asustando. Horas después, la decisión de Leyland fue validada cuando los Tigres vencieron a los Medias Rojas con pizarra de 7-3.

Torre comprende esto luego de su experiencia con los Yankees de Nueva York durante la Serie Divisional de la Liga Americana en 2006, cuando fue forzado a responder una lluvia de preguntas tras bajar a Alex Rodríguez, quien pasaba por una mala racha, al octavo sitio en el orden al bat ante Detroit.

"Entré a la habitación y le pregunté a los periodistas, '¿Saben cuál debía haber sido la primera pregunta? -- '¿Por qué no está jugando Jason Giambi?'", dijo Torre. "Entiendo que Alex era el pararrayos por todo el dinero que ganaba y por su talento. Pero fue una decisión más difícil el no poner a Jason en la alineación que poner a Alex bateando octavo".

Continuidad contra urgencia

En octubre, los mánagers caminan por una línea muy delgada entre mantener la continuidad y mostrar el sentido requerido de urgencia. Rutinariamente, Torre recurría a Mariano Rivera para salvamentos de dos innings en la postemporada cuando tenía la oportunidad de poner un pie en el cuello del equipo rival, y ambos mánagers en esta serie han metido a su cerrador para más que el salvamento estándar de tres outs. Matheny metió a Trevor Rosenthal para cinco outs en el tercer partido, y Farrell trajo a Koji Uehara con dos outs en la octava para acreditarse el salvamento en el quinto partido.

La postemporada es distinta a la temporada regular, por supuesto, y los mánagers necesitan desarrollar una estrategia acorde a su estilo. Esa llega con el tiempo. Cuando La Russa debutó como mánager con los Medias Blancas de Chicago en 1979, el panorama estaba ocupado por Earl Weaver, Sparky Anderson, Gena Mauch y otros decanos de la profesión. La Russa se dio cuenta que los sabios de la dirigencia en el béisbol eran generalmente tratados con más respeto cuando sus movimientos resultaban contraproducentes o no funcionaban, porque sus currículums les habían concedido un prestigio adicional. Los mánagers jóvenes, por lo contrario, tenían que ganarse el beneficio de la duda.

Conforme pasaron los años, La Russa detectó un cambio en el sentimiento que prevalecía. Cuando los movimientos del mánager eran señalados estrictamente basados en el resultado -- en lugar de la calidad del razonamiento y la lógica detrás de ellos -- él se sintió liberado para seguir su conciencia y sus instintos, y no preocuparse acerca de cómo serían recibidas sus decisiones. Él le da mérito al longevo mánager y ejecutivo Paul Richards, como alguien que le ayudó a delinear esa forma de pensar.

"Paul me dijo, 'Nunca te enterarás si eres lo suficientemente bueno a menos que confíes en tu instinto y no intentes proteger tu trasero'", recordó La Russa. "De todas formas te van a criticar cuando algo no funcione. Entonces quizá debas hacerlo como pienses que es correcto".

Guillén, quien desarrolló una reputación por expresar lo que tenía en mente y delinear su propio camino durante nueve temporadas como mánager de los Medias Blancas de Chicago y los Marlins de Miami, está de acuerdo.

"No te puedes preocupar por lo que la gente diga de ti en este juego, porque luego te equivocarás de nuevo", dijo Guillén. "No puedes preocuparte de lo que digan el dueño o el gerente general. Solamente debes preocuparte por cómo reaccionarán tus jugadores y cómo obtener lo mejor de ellos. Si piensas en todo lo demás durante el juego, entonces te meterás en problemas".

Los aficionados y la prensa tienen derecho a opinar, por supuesto, pero hay una diferencia entre el análisis educado y los exabruptos en Twitter. El mánager a quien todos llaman tonto está enterado de mucha información clasificada que podría estar delineando sus decisiones. Él no necesariamente está interesado en decirle al público que su jardinero, metido en un slump, tiene una lesión en la mano o está lidiando con problemas personales en casa.

Desde su nueva posición como consultor especial de Selig, La Russa disfruta observar los partidos y leer las críticas al día siguiente. Si él es un poco protector de Matheny, su sucesor en San Luis, es porque él pasó mucho tiempo de su vida navegando ante los mismos retos.

"Todavía disfruto la manera en cómo se practica este juego, observando a los coaches con su labor y los mánagers dirigiendo", dijo La Russa. "Me he dado cuenta de lo divertido que es cuestionar. Pero nunca me pongo muy serio, porque sé que esos hombres en la caseta saben más acerca de su personal que cualquiera de nosotros.

"Quizá se tenga alguna información muy valiosa, y luego veremos a un bateador y nos damos cuenta que su bat es un poco lento y no puede hacer el ajuste, o ahora es un poco más rápido. Todas esas son determinaciones que debes tomar. Hay lugar para las métricas y los analíticos, pero una vez que los llevas a un partido, ese es un gran error".

Luego de toda la planeación, la estrategia, el juego y los retoques, un equipo ganará la Serie Mundial 2013, y el otro perderá. ¿Y el mánager que resulte vencedor? Él se sentirá más como si fuera un sobreviviente.

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