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Cansa a GGG habladuría de Stevens

Una de las primeras cosa que la gente nota acerca del campeón medio Gennady Golovkin es su personalidad amistosa. Aunque cuenta con un poder conmocionante en sus puños, Golovkin siempre parece estar sonriendo y de buen humor.

Él rápidamente ofrece un saludo con la mano o da una palmada en la espalda, y conforme crece su dominio del inglés, el nativo de Kazajistán se siente cada vez más cómodo bajo los reflectores de la prensa. Incluso en los días previos a la pelea, el comportamiento de Golovkin rara vez cambia. GGG, como se le conoce, es respetuoso con todos, y nunca ha hablado chatarra con sus oponentes.

Como Golovkin ha señalado frecuentemente, el boxeo es un negocio, pero también es un deporte, y él es un caballero.

Pero Curtis Stevens, el descarado contendiente que está listo para retar a Golovkin por su título el sábado por la noche (HBO, 10 ET/PT) en el Teatro del Madison Square Garden en Nueva York, ha molestado a Golovkin de la forma equivocada. "Él tiene una gran boca. Habla, habla, habla, todos los días, en Facebook, en Twitter", dijo Golovkin, haciendo señales con sus manos. "Es mucho para mí. No creo que él esté loco, pero tiene pánico. Esto es demasiado para él. Dice, 'Lo voy a matar'. Esa una charla muy loca".

La pelea co-estelar, a 10 rounds, enfrenta a un par de pesos completes invictos con sólidas credenciales amateur, que intentarán impresionar en su primera pelea importante en la televisión estadounidense: Magomed Abdusalamov (18-0, 18 KO) de Rusia, y Mike Pérez (19-0, 12 KO), un desertor cubano que radica en Irlanda.

Stevens (25-3, 18 KO) básicamente exigió esta pelea hablando sin cesar, y ha molestado a Golovkin (27-0, 24 KO) y hablado chatarra desde que la pelea se firmó a finales de agosto.

Stevens, de Brooklyn, N.Y, quien peleará frente a los aficionados de su ciudad natal, no bajó el tono en la conferencia de prensa final, diciendo, "¡El sábado, haré papilla a Gennady Golovkin!".

Golovkin, de 31 años, no se enojó ni empujó a nadie durante el duelo de miradas. En lugar, él respondió simplemente, "Tengo una pregunta para ti, Stevens: ¿Hablas en serio?"

Golovkin planea ahorrar su ira para el ring, donde él, incluso cuando está destrozando oponentes, frecuentemente sonríe y claramente se divierte. ¿Y por qué no? Golovkin, quien vive en Alemania pero entrena en Big Bear Lake, Calif., hará la novena defensa de su título, es el propietario del porcentaje más alto de knockouts (89 por ciento) entre los campeones activos y ha visto cómo se incrementa su grupo de aficionados en cada una de sus tres peleas previas en Estados Unidos.

Él viene de conseguir la victoria más impresionante de su carrera en junio, cuando noqueó al contendiente Matthew Macklin en el tercer round, con un letal impacto al cuerpo que lo mandó a la lona. Para Golovkin, fue el decimocuarto knockout en fila. Él no ha escuchado la campana final desde una victoria por decisión en 2008.

Pero Stevens, de 28 años, minimizó la destrucción de Macklin.

"Ante mis ojos, Macklin era un cachorrito asustado", dijo Stevens. "Yo vengo preparado. No tengo miedo, obviamente, porque yo pedí la pelea. El pleito no me lo regaló K2 (promotor de Golovkin) o Main Events (que promueve a Stevens). Yo lo pedí. Lo quería, entonces creo que lo que deben entender ustedes es que no tengo miedo de él. No me importa lo que le hizo a sus últimos cuatro o cinco oponentes. No me parezco a ellos, de ninguna forma o tamaño. Así que estoy listo".

Golovkin cedió toda la conversación chatarra al entrenador Abel Sánchez, quien ha trabajado con un nutrido grupo de peleadores estelares, más notablemente Terry Norris, integrante del Salón de la Fama.

Sánchez dijo lo que Golovkin parece no querer decir –que ellos creen que la pelea del sábado será más fácil que la destrucción de Macklin.

"Será una pelea explosiva y rápida", dijo Sánchez. "Cuando peleas contra alguien como Stevens, tienes que estar alerta de que él supuestamente puede pegar. Pero él no sabrá qué clase de pegador es sino hasta que se enfrente con este hombre (Golovkin). Macklin es mejor peleador que Stevens, un peleador más duro que Stevens. Macklin, en general, es un mejor boxeador, ha estado en mejores confrontaciones. Si ustedes vieron la pelea ante Derrick Findley (una victoria por decisión en ocho rounds en abril), Curtis es un tonto.
"Esta pelea será más breve que la de Macklin, porque si Stevens hace lo que él jura que hará -- que nos atacará-- , entonces está acabado".