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¿Pasó su momento de ser estrella?

La figura esbelta usando un sombrero fedora blanco y una sonrisa reluciente podía haber pasado por un jovencito de 15 años, y si no fuera por un diminuta barba estilo "soul patch" debajo de su labio inferior, podían haber pensado que era demasiado joven para afeitarse. Pero no se trataba de ningún adolescente inmaduro. El boxeador con apariencia de duende era Nonito Donaire, de 26 años, poseedor de un fajín mosca y ampliamente considerado como una estrella en ascenso destinado para la grandeza.

Era el 1 de mayo de 2009, el día antes de que su compatriota filipino Manny Pacquiao diezmara a Ricky Hatton en el MGM Grand, y Donaire ya era considerado como el heredero aparente de Pacquiao. Cuando él entró a la sala de prensa esa tarde con su glamurosa prometida, Rachel Marcial, la pareja rápidamente se convirtió en el centro de atención. Nonito había creado una sensación ligeramente menor por noquear al previamente campeón invicto Vic Darchinyan con un simple gancho de zurdo y luego había efectuado tres defensas exitosas.

[+] AlargarNonito DonaireChris Farina/Top Rank

El futuro brillante de Nonito Donaire aún no se ha cristalizado, y esta ventana de oportunidad para aprovechar el estatus de auténtica superestrella se puede cerrar.
En ese entonces, lucía como que no había límites de lo que Donaire podría lograr. Él parecía tenerlo todo –fundamentos, manos y pies rápidos y una actitud agresiva para incrementar su poder pegador letal. Él también era encantadoramente abierto con el público, admitiendo que él sufrió de bullying cuando era niño, agobiado por un padre dominante y que estaba tan asustado antes de su primera pelea amateur, que él se orinó en sus pantalones.

La yuxtaposición de su encanto juvenil y su conducta feroz en el ring crearon uno de los prototipos más atractivos del boxeo—el asesino con la cara de niño. Prácticamente, todos estaban de acuerdo que él era un boxeador especial, y se esperaban grandes cosas. Sin embargo, había un problema significativo: los pesos mosca son difíciles de vender en Estados Unidos.

Hubo una época, remontándonos a 1920 y hasta poco después de 1930, donde los pesos mosca eran populares, y peleadores como Pancho Villa, Fidel LaBarba, Frankie Genaro y Midget Wolgast eran grandes atracciones en los Estados Unidos. Desde entonces, con las excepciones de Michael Carbajal (quien de hecho era mejor como minimosca) y Johnny Tapia (cuyos días de gloria fueron en supermosca), la división había quedado en segundo plano.

Vapulear a Darchinyan en su pelea de revelación fue una bendición mixta. De inmediato etiquetó a Donaire como un extraordinario peleador, pero también eliminó a uno de los pocos nombres reconocidos en la división.

Ahora en su décimo tercer año como profesional, Donaire de 30 años de edad, tiene que ganar de una manera impresionante el sábado para mantener vivo su sueño de superestrella. Para él, no es el caso de iniciar desde el punto de partida, sino un asunto de ir retrasando los pasos anteriores en busca de un nuevo comienzo.

El equipo de Donaire lo mantuvo razonablemente ocupado, pero una victoria distintiva que lo catapultara al siguiente nivel no fue fácil de encontrar. Él abandonó la división mosca en 2007, y peleaba en supermosca para principios de 2012. Sus actuaciones no siempre fueron memorables, pero el "Filipino Flash" continuó tentándonos con muestras ocasionales de su brillantez, como su knockout imponente sobre Fernando Montiel.

Pero, cada vez que Donaire parecía llegar a la cúspide del estrellato, había un retroceso irritante aunque menor, como su pelea de 2011 con Omar Narváez, alguien con pegada ligera. Aunque Narváez perdió todos los rounds, el argentino de 36 años especialista en defensiva obstaculizó la defensiva de Donaire y aguantó toda la ruta, en una pelea espantosa que no hizo nada para impulsar el estatus de Nonito.

El que Donaire no pudiera imponer su voluntad fue una especie de revelación, lo que nos trae a la pregunta pertinente: si Narváez se le complicó, ¿por qué el promotor Bob Arum pondría a Donaire contra Guillermo Rigondeaux, un boxeador mucho mejor a la defensiva y un pegador más poderoso?

No tenía ningún sentido. Incluso si Donaire quería la pelea, que ese era el caso, era una tontería permitírselo. La ventana de oportunidad para que Donaire llenara las expectativas ya se estaba cerrando cuando, prácticamente, un error promocional casi se la cierra violentamente en el cuello.

Nonito Donaire-Vic Darchinyan II

¿Dónde?: American Bank Center, Corpus Christi, Texas
¿Cuándo?: Sábado, 9:30 p.m. ET/PT
TV: HBO

Luego, después que el cubano convincentemente venció a Donaire por decisión unánime, Arum tuvo la audacia de quejarse que Rigondeaux sería imposible de promocionar por su estilo aburrido. Uno no puede evitar preguntarse si el Tío Bob estaba volviéndose loco. Hubiera sido distinto si la pelea contra Rigondeaux hubiera prometido ser un pleito generador de mucho dinero, pero como era –y para sorpresa de nadie--, solamente le importó a los aficionados más acérrimos.

El proceso de reconstrucción inicia de nuevo el sábado en Corpus Christi, Texas, contra nadie más que Darchinyan, un peleador marchito pero divertido, que siempre da todo. Sin embargo, nada de lo que el peleador de Armenia, actual residente en Australia, ha hecho desde la derrota ante Donaire indicaría que él pudiera vengarse de la derrota. Es más, será difícil que Donaire supera el efecto de su primera pelea ante Darchinyan, y cualquier cosa por debajo de eso llevaría a la noción de que sus oportunidades para logar un estatus de superestrella se están evaporando.

En cierta forma, Donaire-Darchinyan II recuerda a la reciente confrontación dispareja entre Miguel Cotto y Delvin Rodríguez –una oportunidad para que el peleador "A" luzca mejor de lo que realmente es, peleando contra un rival inferior. Cierto, incluso a estas alturas de su carrera, Darchinyan es mucho mejor peleador que Rodríguez, pero en Donaire, tiene a un oponente que está mucho más cerca de su mejor nivel que Cotto.

De cualquier forma que lo vean, la revancha Donaire-Darchinyan es otro pleito para mejorar la imagen del primero. No hay nada malo en eso; es un ritual igual de viejo que el boxeo. El problema es que en el mercado actual, se llevan a cabo en la televisión de paga, algo que alguna vez estuvo reservado para las peleas que bien valían el pago adicional cada mes.
[+] AlargarVic DarchinyanChris Farina/Top Rank

¿Quién sabe? Quizás Vic Darchinyan le brinde una buena pelea a Donaire el sábado. Pero está claro que este combate está destinado a ser: un conflicto de buenos deseos para Donaire.

¿Quién sabe? Quizá resulte una buena pelea. Darchinyan es un hombre duro, lleno de orgullo y determinación, pero los momios son enormes en su contra. De acuerdo a la mayoría de los centros de apuestas de Nevada y el Reino Unido, apostar $100 a Donaire tendría una ganancia magnífica de apenas $8, mientras que apostarle $100 a Darchinyan pagaría $600 para todo aquel que tenga la valentía de respaldar al no favorito.

Ahora en su año número 13 como profesional, Donaire, de 30 años, tiene que ganar de forma impresionante el sábado para mantener sus sueños de estrellato con vida. Para él, no se trata de volver a los inicios, sino el de recordar ciertos viejos pasos para un inicio fresco.

Donaire también ha seguido creciendo físicamente. Él tuvo problemas para dar el peso ante Rigondeaux, y entró al ring mucho más pesado que las 121.5 libras que oficialmente marcó, y por ese motivo peleará ante Darchinyan en peso pluma. Eso debe hacer la preparación mucho menos presionada, pero subir de categoría también podría tener un efecto negativo.

Por supuesto, hay excepciones a la regla, pero hablando en general, el porcentaje de knockouts de un peleador llega a su punto máximo antes de que la edad o las circunstancias lo obliguen a subir a una división más pesada.

Los oponentes en peso pluma todavía tendrán que respetar la potencia de Donaire, pero hay una buena posibilidad de que no sea tan devastadora como en el pasado.

"Pensé que podía atraparlo con un golpe y me enamoré de esa idea", dijo Donaire tras perder ante Rigondeaux.

De hecho, él sí le dio alcance a su astuto adversario, derribándolo con un gancho de zurda en el décimo round. Pero el cubano se levantó de inmediato, como si tuviera un resorte en la espalda, y Donaire nunca amenazó de nuevo.

[+] AlargarGuillermo Rigondeaux, Nonito Donaire Al Bello/Getty Images

El estilo de Guillermo Rigondeaux fue todo malo para Donaire, como fue en el momento de su pelea en el arco de su carrera como el 'Flash Filipino".
En algo a su favor, Donaire ha dicho que quiere otra oportunidad ante Rigondeaux, y si él supera a Darchinyan, probablemente sí la recibirá. Es una actitud admirable, pero no el mejor movimiento de su carrera. Seguro, hay una probabilidad de que Nonito le gane al único hombre que lo ha derrotado desde 2001, ¿pero por qué arriesgarse? El estilo de Rigo no es nada bueno para él. Gane o pierda, es muy poco probable que la revancha sea estéticamente atractiva.

La vida como peso pluma no será fácil para Donaire. La mayoría de los rivales serán naturalmente más grandes y difíciles de detener que los hombres contra los que peleó en divisiones menores. Al menos, no tendrá que preocuparse de Mikey García, quien subirá a superpluma cuando pelee contra Román "Rocky" Martínez en la misma función que la revancha ante Darchinyan.

Haciendo un recuento, está claro que ser el actor de respaldo al lado de Manny Pacquiao ha sido una desventaja para Donaire. Manny le abrió la puerta a una nueva era de éxito para los peleadores filipinos, pero su inmensa popularidad ha eclipsado a todos los que le siguieron los pasos, incluyendo a Donaire.

Independientemente de lo que depare el futuro, Donaire ha hecho bien las cosas. La derrota ante Rigondeaux quizá haya sido el principio del fin, pero la revancha contra Darchinyan bien podría ser un nuevo comienzo.

Él ya no luce tan resplandeciente como después de la primera pelea contra Darchinyan. La vida le ha dejado unas cuentas líneas más al rostro de Donaire, y él ya no pueda pasar como un adolescente. Pese a eso, él nunca ha sufrido una paliza severa y le deben restar unos cuantos años buenos.

Quizá sea el tiempo suficiente para comprobar que él no es el próximo Manny Pacquiao, pero el mejor Nonito Donaire que pueda ser.