Jerry Crasnick 10y

En el limbo de Cooperstown

Craig Biggio era un jugador muy dificil de detener durante sus dos décadas de trayectoria con los Astros de Houston. Biggio terminó su carrera con 414 bases robadas y 1844 carreras anotadas, el decimoquinto total más alto de la historia y más carreras que las que Frank Robinson, Ted Williams y Honus Wagner anotaron en sus respectivas carreras. Además, él solo apareció en la lista de lesionados una vez mientras atrapaba innumerables lanzamientos a la deriva como catcher, mientras eludía docenas de barridas que intentaban detenerlo como segunda base, y mientras era golpeado por 285 lanzamientos como bateador.

Es impresionante que él se haya quedado quieto por tanto tiempo como para que esa mancha asquerosa de alquitrán de pino crezca sobre su casco.

Así que en enero del año pasado se sintió medio raro que Biggio, con todos sus logros, se haya tenido que sentar y esperar en vano por una llamada de parte del Salón de la Fama. Lo peor de todo es que cuando su teléfono finalmente sonó minutos antes del anuncio oficial, era una falsa alarma de parte de un periodista de Nueva York que solamente lo llamaba para pedirle una entrevista.

Después de todo, Biggio se quedó a 39 votos del 75 porciento requerido para ingresar a Cooperstown. Más allá de Rafael Palmeiro, quien tiró a sus oportunidades por la borda con su testimonio y sus gestos en el Congreso además de su prueba postitiva a dopaje en el 2005, y Pete Rose, desterrado para siempre, todos los otros jugadores de la historia con al menos 3000 hits en su carrera tienen su placa en Cooperstown.

Jeff Bagwell, compañero de Biggio por muchos años en Houston, calificó al proceso de votación como una "parodia". No pasó mucho tiempo hasta que el elefante apareció en el cuarto y la conversación dio un giro repentino hacia donde siempre termina yendo hoy en día. Biggio admitió en una entrevista posterior al anuncio que siente que lo agruparon junto a aquellos que utilizaron sustancias prohibidas a pesar de que jamás haya dado positivo, aparecido en una lista, sido mencionado en el libro de José Canseco o hasta sido asociado con ellas durante sus 20 años de trayectoria.

"Creo que es un poco injusto, pero la realidad indica que esa fue la época en la que nosotros jugamos", dijo Biggio. "Obviamente, algunos jugadores son culpables y otros no, y es doloroso para aquellos que no lo fueron".

Aquí estamos un año más tarde, con otra nómina de nuevos miembros del Salón a punto de ser anunciada el miércoles 8 de enero, y esto no se está volviendo más fácil ni menos doloroso -- tanto para aquellos que votan como para los candidatos.

Realidad vs. percepción

El proceso de votación del Salón de la Fama siempre es un desafío para los periodistas, y se ha tornado todavía más difícil últimamente con todas las nuevas estadísticas avanzadas que ponen a los logros de los jugadores bajo una nueva serie de cuestionamientos. Cuando Tom Glavine posee 89 victorias más que Curt Schilling pero ellos dos están separados por un pelo en términos de victorias sobre reemplazo (WAR por sus siglas en inglés) durante su carrera, eso indica claramente que el criterio de admisión ha evolucionado.

Agreguemos al debate interminable sobre los esteroides y una lista de candidatos demasiado larga -- con al menos 20 peloteros con posibilidades realistas de ingresar al Salón de la Fama pero solo 10 casilleros para llenar -- y el proceso de votación se perfila para ser más confuso y controversial que nunca.

Si uno se fija en los resultados más recientes, las noticias nunca seran buenas para Mark McGwire, Sammy Sosa y Palmeiro, quienes recibieron menos del 17 porciento de los votos la vez pasada. Los votantes también deberán ser convencidos sobre Roger Clemens y Barry Bonds, quienes han dañado a sus reputaciones lo suficiente como para que eso pese más que sus logros, los cuales los convertirían en cosa segura bajo circunstancias normales.

El debate sobre los esteroides se siente como una capa de humo espeso en el aire para aquellos peloteros que poseen las credenciales necesarias para ingresar al Salón de la Fama pero se ven rodeados por sospechas basadas en su tipo de físico, mejorías repentinas inexplicables, o "murmullos", o solo porque a alguien se le ocurrió decir algo, y Biggio no es el único pelotero afectado x ello.

• Si uno se basa solamente en lo logrado dentro del diamante, Mike Piazza debería ser ficha fija para el Salón de la Fama. Él participó en el Juego de las Estrellas en 12 ocasiones, fue un bateador temido que ganó el premio "Bateador de Plata" (Silver Slugger) como mejor jugador ofensivo en su posición 10 veces, y finalizó entre los 10 peloteros más votados en las nóminas para Jugador Más Valioso siete veces. Piazza tuvo más cuadrangulares en su carrera, 396, que cualquier otro catcher en la historia de las Grandes Ligas, y se ubica en el puesto número 30 de todos los tiempos en porcentaje de slugging. Piazza corría las bases como si estuviese arrastrando a un tractor, y aun así anotó 100 carreras o más en una temporada ocho veces.

Sin embargo, él recibió apenas un decepcionante 57.8 por ciento de los votos en su primer año como candidato, y todo parece indicar que algunos lo castigaron por motivos que van más allá de sus limitaciones defensivas. Él fue seleccionado en la ronda número 62 del draft y luego se hizo más fuerte para convertirse en un poderoso bateador, y también sufría de ataques de acné en su espalda. En la mente de algunos votantes, eso fue suficiente para calificarlo como tramposo.

Así que Piazza se defendió y dio su punto de vista en su autobiografía publicada en el 2013 llamada "Long Shot" ("Desafiando las Probabilidades"), en la cual admitió que utilizó anfetaminas "un par de veces" pero que luego las dejó ya que se ponía nervioso tras tomarlas. Piazza dijo que sus músculos crecieron debido a un régimen dietético estricto, levantamiento de pesas y un producto llamado GNC Monster Pak -- una combinación de androstenediona, creatina y "varios tipos de aminoácidos".

"Claramente había una línea que se debía cruzar para pasar de los Monster Paks a las sustancias controladas clasificadas como prohibidas", Piazza narro en su libro. "Para conseguirlas, básicamente, necesitabas a un traficante. Tenías que buscar a alguien que te pueda dar algo que no podías conseguir en el supermercado. Tenías que quebrar la ley. Estaba interesado en la fuerza, pero no en la cárcel".

• A pesar de que Bagwell no consiguió llegar a los 500 cuadrangulares, él también es un firme candidato al Salón de la Fama. Bagwell se ubica en el puesto número 22 de todos los tiempos y décimo entre peloteros diestros con un promedio de enbase más slugging de .948. Él es el único primera base con 400 jonrones y 200 bases robadas, y posee un WAR de 79.5, una cantidad superior a Pete Rose, Joe DiMaggio y Johnny Bench. Sin embargo, su tercer año en la nómina pasó de largo nuevamente con un 59.6 por ciento de los votos.

Las sospechas de uso de esteroides de parte de Bagwell, al igual que Piazza, están basadas en simples rumores. Poco antes de que el reporte Mitchell salga a la luz en diciembre del 2007, una estación de television de Nueva York alegó que contaba con una lista de los culpables "esperados". Pero la lista era cualquier cosa menos verdad, y nombres como los de Bagwell, Albert Pujols, Johnny Damon y Albert Belle estuvieron entre las tres docenas de supuestos "culpables" de usar esteroides que jamás aparecieron en el verdadero reporte.

Varios meses después, en mayo del 2008, el periódico New York Daily News reportó que un entrenador de Pasadena, Texas, llamado Kelly Blair le había dicho a sus amigos que él le había proveído sustancias prohibidas a Clemens, Andy Pettitte y Bagwell mientras los tres jugaban juntos en Houston. Sin embargo, Blair le dio dos versiones distintas a la prensa y a un jurado federal sobre sus encuentros con Clemens y Pettitte. Bagwell, por su parte, insistió desde un principio que jamás siquiera conoció a Blair.

Bagwell explicó en una entrevista con ESPN.com en el 2010 que sus músculos del tamaño de Popeye eran producto de una gran cantidad de carne roja y una cantidad de horas inhumana en el gimnasio.

"Yo nunca utilicé [esteroides], y te voy a decir porqué: Sí yo ya podía conseguir entre 30 y 40 cuadrangulares por año e impulsaba 120 carreras, ¿para qué necesitaba hacer algo más?", Bagwell dijo hace tres años. "Yo estaba bastante satisfecho con lo que estaba haciendo, y esa es la verdad honesta de Dios".

• Biggio por lo general ha sido inmune a la especulación relacionada con las sustancias prohibidas, pero en la era moderna del periodismo, las cosas pueden cambiar de un día para el otro. El ex periodista del New York Times (y ganador del Premio Spink) Murray Chass escribió en su blog recientemente que no votaría por 10 peloteros que "han sido expuestos por hacer trampa, admitieron que hicieron trampa o son sospechosos por haber hecho trampa".

La lista de sospechosos de Chass era la siguiente: Bagwell, Bonds, Clemens, Eric Gagne, Paul Lo Duca, McGwire, Palmeiro, Piazza, Sosa … y Craig Biggio.

Biggio se enteró de ello en una conversación telefónica la semana pasada y se vió tan sorprendido como entendiblemente nada contento al saber sobre los comentarios de Chass.

"Duele, porque la gente hace acusaciones que son completamente falsas", dijo Biggio. "Te hace enojar, ya que yo preferiría pasar el tiempo hablando sobre mi rendimiento. Odio perder el tiempo hablando sobre esto en general. Ya es suficiente".

"Yo deje todo lo que tenía en el diamante. Jugué de la manera correcta, limpiamente. Eso es todo lo que en verdad tengo que decir al respecto. Me ofende que la gente quiera hacerme parte de un grupo, ya que es totalmente injusto y no es correcto. No es correcto."

¿Cómo responder?

Los periodistas tienen la opción de seguir su propio criterio interno, una brújula moral propia, pero tal y como la lista de Chass lo demuestra, ese criterio no es demasiado exigente. Dan Shaughnessy, columnista del Boston Globe y votante histórico del Salón de la Fama, no se guardó nada al explicar sus razones por las cuales votó por Frank Thomas pero no por Piazza y Bagwell.

"Al igual que Thomas, tipos como Piazza y Bagwell poseen estadísticas dignas del Salón de la Fama y jamás han dado positivo en una prueba antidoping", escribió Shaughnessy "Pero se ven sucios. Algo no tiene sentido. Thomas tiene sentido".

Los peloteros atrapados en el medio del conflict tienen que elegir entre simplemente ignorar la especulación por miedo a perpetuarla, o negar todo con furia, o tomárselo con calma, o seguir respondiendo preguntas hasta que se irritan y alguien los acusa de ser "defensivos".

¿Cuál es el beneficio de negarlo, en verdad, cuando Ryan Braun negó haberlo hecho con una indignación tremenda un montón de veces hasta que terminó aceptando su suspensión por 65 juegos tras la investigación por el escándalo de Biogénesis el verano pasado? Y sí Alex Rodríguez sigue manteniendo que está limpio a pesar de que ya tuvo un lapso de uso durante tres años en Texas y que las Grandes Ligas alegan tener una montaña de evidencia en su contra que indica que él está involucrado hasta el cuello en transgresiones relacionadas con Biogénesis? El próximo jugador de alto perfil que lo niegue solo se va a encontrar con más dudas y comentarios sarcásticos en Twitter que el anterior.

Los más de 500 encargados de votar siguen inventándose sus propias reglas de manera improvisada mientras el mismo Salón de la Fama no les demarca instrucciones específicas.

Algunos descartan de inmediato a cualquier jugador que tenga hasta la más mínima apariencia de haber usado esteroides, ya sea imaginada o no. Otros simplemente se limitan a mirar a las estadísticas, ya que piensan que es imposible ser detective. Otros (como yo) consideran a cada pelotero por su mérito individual, tratan de ahuyentar el ruido y toman determinaciones que saben que no son 100 porciento perfectas.

Para ser completamente abiertos y honestos, tanto Biggio como Bagwell y Piazza formaron parte de mi nómina el año pasado y lo fueron nuevamente este año. Sus estadísticas pasan la prueba; y ante la ausencia de algo más que rumores y chismes sobre el uso de sustancias prohibidas, simplemente no me siento cómodo privándoles de mi voto.

Biggio y Bagwell siempre fueron dignos del Salón de la Fama para mi, y esa es una opinion compartida por el actual entrenador de los Detroit Tigers, Brad Ausmus, quien jugó junto a los "Killer B's" (las "B's Asesinas") durante años en Houston. Ausmus formó parte de una entrevista telefónica hace poco y recordó como Biggio siempre corría a toda velocidad en jugadas rutinarias aun cuando el juego estaba liquidado, como Bagwell siempre se inventaba algún tipo de barrida rara para anotar desde

"Yo siempre pensé que ellos dos estarían en el Salón de la Fama", dijo Ausmus, "Sigo pensando que estarán allí. Solo tengo algunas camisetas de un grupo selecto de peloteros colgadas en mi casa -- Trevor Hoffman, Tony Gwynn, Nolan Ryan, Roger Clemens, Jeff Bagwell y Craig Biggio. En mi opinión, todos ellos formarán parte del Salón de la Fama en algún momento".

La presencia de Clemens en esa lista demuestra que sus ex compañeros podrían ver a candidatos al Salón de la Fama de una manera distinta que los periodistas y los simpatizantes no comparten completamente. Sin embargo, si hay una cosa que todos pueden entender, es que es peligroso definir al legado de peloteros por generalizaciones y presunciones hechas sin pensar.

"Uno tiene que ser muy cuidadoso con pintar a todos con el mismo pincel", dijo Ausmus. "Es peligroso decir que cualquiera que haya jugado desde mediados de los '90 hasta mediados de la década del 2000 es culpable debido a que algunos confesaron o fueron expuestos utilizando sustancias prohibidas. Es injusto más que nada porque si hay una persona que trabajó muy duro y nunca las tocó pero es culpable por haber jugado en la misma época, esa persona está siendo castigada sin razón alguna".

Mientras Biggio se prepara para afrontar otro dia de espera la semana que viene, él espera que los encargados de votar lo juzgaron por su durabilidad, profesionalismo y otras estadísticas que no tienen nada que ver con la noción preconcebida de que hubo que tomar atajos para conseguirlas. Él es el único jugador de la historia que acumuló 3000 imparables, 600 dobles, 400 bases robadas y 250 cuadrangulares, y él tuvo el privilegio de poder hacerlo durante 2850 juegos y 12, 504 turnos al bate con el mismo equipo. Ese es un club bastante impresionante.

"Me pagaron un sueldo para hacer lo que amo por 20 años, así que me considero bendecido y suertudo por ello". Dijo Biggio. "Si algo bueno llegase a suceder el 8 de enero, creo que sería espectacular para mi familia, para los Astros y para sus simpatizantes. Eso es lo más importante para mi".

Biggio posee la fé suficiente en el proceso como para pensar que su hora ya llegará. Sin embargo, eso se está volviendo cada vez más difícil de creer.

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