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SANTA CLARA -- Anquan Boldin no se amarga. Le duele un poco, quizás. Tiene una pequeña cicatriz. A nadie le gusta ser desechado. Sin embargo, ahora no importa. Por mucho que quería quedarse en Baltimore con los Ravens --aunque, comprensiblemente, no lo suficiente para aceptar una reducción salarial de 2 millones de dólares-- Boldin está en el lugar perfecto. No podía haber funcionado mejor para él o los San Francisco 49ers. Para Baltimore, no tanto. Pero esto no se trata de la amargura, arrepentimiento o restregar su éxito en la cara de su ex empleador. Boldin ayudó a los Ravens a ganar el Super Bowl la temporada pasada. Sin él, probablemente no habrían podido ganar cuatro partidos de playoffs y levantar el segundo Trofeo Lombardi de la franquicia. No, esto es acerca de su oportunidad de ganar otro anillo, esta vez con el hermano de su antiguo entrenador en jefe. Que todo lo que Baltimore quiso a cambio fue una selección de sexta ronda del draft, bueno, Boldin no puede reparar en eso. "No pude haber caído en una mejor situación, para ser honesto, con el grupo de jugadores a mi alrededor, el grupo de entrenadores", declaró Boldin luego de que los 49ers derrotaron a los Carolina Panthers para avanzar al Juego por el Campeonato de la NFC contra los Seattle Seahawks. "Creo que caí en la situación perfecta", agregó. "Es una bendición para mí, definitivamente". Boldin tiene razón. San Francisco era el lugar ideal para él. Por eso, debe darle las gracias a John Harbaugh. Harbaugh no canjeó a Boldin a un lugar desolado. Lo envió a un contendiente que sufrió una dolorosa derrota en el Super Bowl. Boldin lo vio desde el instante que llegó a San Francisco. Los jugadores y entrenadores, incluyendo Jim Harbaugh, estaban hambrientos. No estaban satisfechos con haber llegado al Super Bowl. Querían más, y lo querían ya. Boldin lo entendió. Lo sabía. Caminaba con su anillo puesto no para fanfarronear, sino como un ejemplo de lo que los Niners querían. Estaba justo ahí, el ejemplo de lo que el equipo estaba tratando de alcanzar. Rápidamente Boldin vio que los jugadores querían "hacer bien lo que habían hecho mal". Y Boldin quería más, también. Quería demostrar que lo que se hablaba contra él era equivocado. Los Ravens se vieron envueltos en problemas de tope salarial, pero lo que se decía de Boldin era que ya no podía separarse de los defensivos porque era demasiado lento. No valía 6 millones para los Ravens. Hasta ahora, ha sido de gran valor para los Niners. Mientras Michael Crabtree, el receptor N° 1 de San Francisco, estuvo fuera de acción hasta diciembre mientras se recuperaba de una lesión en el tendón de Aquiles, Boldin fue clave para la ofensiva de San Francisco. Terminó la temporada regular con 85 recepciones para 1,179 yardas y siete touchdowns. Fue su primera temporada de 1,000 yardas desde el 2009, su último año con los Arizona Cardinals. En los playoffs es donde Boldin ha sido más efectivo. En cuatro partidos de postemporada para los Ravens la campaña pasada, Boldin tuvo 22 recepciones para 380 yardas y cuatro touchdowns. Tuvo una gran actuación en el Super Bowl, con seis recepciones para 104 yardas y una anotación. En dos partidos para los Niners esta postemporada, Boldin suma 11 recepciones para 174 yardas. Aunque no ha llegado a la zona final, un castigo por interferencia de pase sobre él la semana pasada contra Carolina dejó la mesa puesta para un touchdown de Vernon Davis. Y Boldin ha brillado consiguiendo primeros intentos para los Niners. Luego de no atrapar ningún pase en el primer cuarto ante Carolina, terminó con ocho recepciones para 136 yardas, todas a excepción de una de sus recepciones significaron primeros intentos. "Es un gran jugador, y ese probablemente es el mayor cumplido que se le puede dar a alguien que juega fútbol americano", expresó Jim Harbaugh. "Creo que es tan duro como cualquier jugador en cualquier posición de la NFL, tanto mental como físicamente. Todos tenemos un gran respeto por Anquan y lo que hace por este equipo. Es un gran, gran compañero". Los compañeros de Boldin están de acuerdo. "En los partidos, siempre está mentalizado, y sabe de qué se trata este juego", expresó el guardia ofensivo Alex Boone. "Sabes que va a ser difícil jugar contra él, y hace un gran trabajo. Creo que vale una selección de primera ronda, y creo que los Ravens se deben estar lamentando en este momento". Ahí está de nuevo el tema: la selección del draft que se pagó por él. Cuando a Boldin se le pregunta si sentía que valía más que una selección de sexta ronda, bromeó, "Pueden preguntarle eso a Baltimore". John Harbaugh reconoció al término de la temporada que los Ravens no pudieron reemplazar la producción de Boldin, aunque emplearon algo del dinero ahorrado para firmar a varios jugadores talentosos a la defensiva. Cuando se le preguntó sobre Boldin a principios de esta semana, Harbaugh dijo que no quería condenar o defender el canje. "Adoro a Anquan", refirió Harbaugh. "Siempre lo haré". Ahora nadie adora a Boldin más que los 49ers. Desechado por un equipo, adorado por el siguiente. Para Boldin, no podría haber resultado mejor.
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