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Super Bowl XVI: Nace una dinastía

MÉXICO -- Durante los primeros 15 años de su existencia, el Super Bowl fue para ciudades de clima cálido. Para la edición XVI, la NFL decidió tirar los dados por primera vez, con una ciudad fría.

El Pontiac Silverdome, entonces casa de los Detroit Lions, serviría como escenario para la génesis de la nueva dinastía de la NFL, un 24 de enero de 1982.

Los Cincinnati Bengals y San Francisco 49ers, protagonistas de aquel Super Bowl, llegaron de modo sorpresivo, luego de registrar marcas de 6-10 en la temporada previa, respectivamente.

Cincy venía de tres temporadas consecutivas terminando en el cuarto lugar de la desaparecida División Central de la AFC, con una marca combinada de 14 y 34 en esas campañas, y un pobre historial de playoffs de apenas tres apariciones en postemporada, en 13 temporadas de existencia de la franquicia, sin un sólo triunfo de playoffs.

La historia de San Fran era todavía más gris. Los Niners tenían una marca combinada de 15-47 en las cuatro temporadas previas, y solamente cuatro apariciones de postemporada en 31 temporadas previas como miembros de la NFL, también sin triunfos. El primer juego de playoffs de los 49ers ocurrió antes de la era de los Super Bowls, cuando cayeron ante los Lions en 1957, y los tres siguientes, ocurrieron de 1970 al '72. En los tres años, sucumbieron ante los Dallas Cowboys de Tom Landry.

Los Bengals arrancaron la temporada con un cambio mayúsculo en los uniformes, adoptando las franjas felinas por primera ocasión a los cascos, jerseys y fundas.

El inicio del Super Bowl se vio plagado por contratiempos. Uno de los autobuses de los Niners, en el que viajaba el entrenador en jefe Bill Walsh, sufrió un retraso considerable, culpa de una intensa nevada y de la caravana de automóviles del entonces vicepresidente George Bush.

Las cosas no acabaron allí. El corredor Amos Lawrence perdió un balón suelto en la patada de salida inicial para los Niners, regalando extraordinaria posición de campo a los Bengals. Sin embargo, Cincy no pudo capitalizar cuando el mariscal de campo Ken Anderson tiró una intercepción en las diagonales, momentos después.

Un joven mariscal de campo de tercer año de nombre Joe Montana lideró entonces a los Niners 68 yardas en 10 jugadas, para el primer touchdown del encuentro, un acarreo de 1 yarda del propio Montana.

En la siguiente posesión, fue el turno del receptor abierto de los Bengals, Cris Collinsworth, de perder el ovoide, preparando un nuevo touchdown para SF. Los Niners recorrieron 92 yardas y culminaron con pase anotador de Montana a Earl Cooper. Dos goles de campo más tarde, el marcador estaba 20-0 al medio tiempo, marcando la mayor diferencia en el marcador jamás registrada en un Super Bowl.

En la segunda mitad, los Bengals fueron capaces de sumar 21 puntos, pero resultaron insuficientes gracias a dos goles de campo más para los Niners cortesía de Ray Wersching, un una detención de cuarta oportunidad en la yarda 1 de la defensiva.

Por San Francisco, un par de novatos defensivos hicieron jugadas grandes durante el domingo. Ronnie Lott frenó a Pete Johnson en la mencionada cuarta oportunidad, mientras que Eric Wright provocó el balón suelto de Collinsworth. Sin embargo, el premio al JMV del partido fue para Montana, quien completó 14 de 22 pases para 157 yardas con un touchdown por aire y uno por tierra. Por su lado, Anderson tuvo mejores números, aunque insuficientes: 25 de 34 pases completos para 300 yardas con dos touchdowns, pero también dos intercepciones claves para el JMV reinante de aquella temporada.

Los futuros miembros del Salón de la Fama que tuvo el partido fueron Montana, Lott, y Fred dean por parte de los Niners, y Anthony Muñoz por parte de los Bengals, además de ambos entrenadores en jefe, Walsh por SF y Forrest Gregg --un ex jugador de Vince Lombardi en la máquinaria Packer de los '60s-- por Cincy.

El triunfo del Super Bowl XVI sirvió para cerrar un par de círculos importantes. Antes que nada, los Niners vengaron finalmente las derrotas de postemporada previas ante los Cowboys, superándolos en el Juego de Campeonato de la NFC con la inmortal conexión entre Montana y Dwight Clark que hoy conocemos simplemente como "The Catch". Por otra parte, Walsh obtuvo el Trofeo Lombardi dirigiendo en contra del equipo que él mismo ayudó a armar, los Bengals, como pupilo del legendario Paul Brown. Walsh había sido clave en el desarrollo de Anderson como pasador de NFL, y fue en Cincy donde tuvo su génesis el sistema ofensivo que alcanzaría su máximo esplendor con Montana en los controles: la Ofensiva de Costa Oeste. Curiosamente, a Walsh no le gustaba esa denominación, y él prefería que se le refiriera como Ofensiva Cincinnati.

De la mano de Montana y Walsh, los Niners ganarían tres Super Bowls más en el transcurso de la década, incluyendo un segundo capítulo ante los Bengals, para marcar una época convertirse en el equipo de la década de los '80s.

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