Bruno Altieri 10y

La maldición de los Blazers

Luego del campeonato de 1977 obtenido frente a los Philadephia 76ers en seis partidos, con Bill Walton a la cabeza, los Portland Trail Blazers cayeron en una maldición recurrente que pareció formar parte de un ritual de magia negra. Una condena que englobó un círculo de fuego imposible de atravesar: al igual que en calabozos y dragones, cada vez que un mundo mejor se presentó como posible, la puerta se cerró en el momento justo de la esperanza, provocando una desazón irremediable.

Los Blazers han visto una y otra vez como el oro se esfumaba de sus manos. Las malas decisiones se abrazaron a los infortunios y lo que pudo ser maravilloso terminó siendo una pesadilla repetitiva.

Sin embargo, la actualidad parece ser diferente. La llegada de Damien Lillard al equipo se combinó a Nicolas Batum, LaMarcus Aldridge y Robin Lopez, entre otros, para confeccionar una estructura sólida, a las órdenes de Terry Stotts, que tiene lo necesario para ser el equipo de la redención en estas tierras.

¿Por qué hablamos de "redención"?¿Cuáles fueron los ingredientes que alimentaron los malos designios en Portland? A continuación, compartimos una serie de instantes que quemaron las alas de Portland, sistemáticamente, a escasos metros de abrazar el sol.

  • La temporada 1977-78 y la lesión de Bill Walton.

  • El año siguiente al campeonato obtenido por los Blazers, el núcleo de jóvenes lucía prometedor y exitoso. La dinastía roja y negra lucía como una posibilidad concreta de extenderse.El equipo comenzó con un récord de 50-10 cuando Walton, máxima figura del equipo, empezó a sentir dolores en un pie. El doctor Robert Cook decidió operar a 'The Big Red Head', anticipando una recuperación de sólo dos semanas. Sin embargo, las molestias continuaron al punto tal de sufrir una fractura de stress en el segundo partido de primera ronda de playoffs ante Seattle Supersonics; se perdió la temporada entera 1978-79, y tras jugar sólo 14 partidos en 1979-80, dilapidó las siguientes dos temporadas por más problemas físicos. El tres veces campeón con UCLA, nunca más regresó al nivel de un MVP. Sólo llegó a ganar, con la camiseta de Boston Celtics, el premio al mejor sexto hombre del año en 1986 (fue campeón en esa temporada). Se retiró en 1990 del básquetbol profesional.

  • El momento más nefasto de la historia: Sam Bowie le gana a Michael Jordan.

  • El Draft de 1984 será recordado como el error más grande de todos los tiempos. O el acierto más importante de la historia, si es que acaso vives en Chicago.Los Rockets seleccionaron con el primer pick a Hakeem Olajuwon y los Blazers, que tenían a Michael Jordan en bandeja (los Bulls, claro, tenían el tercer pick), se inclinaron por... Sam Bowie. Bowie, centro de la Universidad de Kentucky de 2.16 mts. de altura, se rompió la pierna izquierda en su segunda temporada. En la siguiente, la pierna derecha. Y en 1987, mientras caminaba en una pretemporada, se rompió la tibia derecha. Se retiró en 1995, vistiendo la camiseta de Lakers, sin pena ni gloria. Jordan, por su parte, es considerado el mejor jugador de todos los tiempos. Ganó seis campeonatos con los Bulls, incluyendo el título de 1992 ante, justamente, los Blazers de Clyde Drexler, Terry Porter y compañía, poniendo un poco más de sal en la herida de una franquicia que aún siente el dolor recurrente de las esperanzas abatidas.

  • El enfoque hacia lo global: Arvydas Sabonis.

  • Los Blazers fueron una de las primeras franquicias en encontrar oro en el viejo continente.Sin embargo, circunstancias políticas obligaron a quedarse a la espera en el momento más importante del equipo en años. El gigante lituano, símbolo del básquetbol internacional por años, fue drafteado por Atlanta Hawks en 1985, pero no pudo arribar a la NBA por ser menor de 21 años, en el medio de la Guerra Fría. En 1986, los Blazers pidieron pista, lo seleccionaron en el Draft -fue cancelado el pick de Atlanta por la reglamentación de edad- pero no pudo arribar hasta 1995, ya con 31 años y con una rotura en el tendón de aquiles de por medio, sumada a artritis en sus rodillas. Sabonis, quien ganó la medalla de oro con la Unión Soviética en el mundial de 1982, recién pudo salir de su país en 1989, tras obtener el oro olímpico en Seúl 1988 con el último equipo soviético que participó, dejando en el camino al conjunto estadounidense que tenía a un joven David Robinson en sus filas. Jugó algo más de 500 partidos con la camiseta de los Blazers y pese a ser un veterano en la NBA, aún tuvo tiempo de exhibir su habilidad para jugar en el poste, su capacidad sobrenatural para pasar el balón y su gran inteligencia para el juego. El centro de 2.21 metros es considerado un misterio en el mundo del básquetbol: ¿qué hubiese sido de los Blazers si hubiese llegado a principios de los '90, en el momento más importante de la franquicia? De nuevo, el potencial se presenta como un alarido en la noche.

  • La catástrofe llamada Greg Oden.

  • La maldición de los Blazers parecía haberse terminado en la Lotería de Draft de 2007: con sólo 5.7% de chances de ganar el pick número uno, la franquicia de Portland había dado el gran golpe y tenía la posibilidad de elegir el primer puesto de las promesas.La gran decisión estaba sobre la mesa: Greg Oden o Kevin Durant, en lo que terminaría siendo una reminiscencia de Sam Bowie o Michael Jordan. Los Blazers se quedaron con Oden, centro de 2.13 metros de la Universidad de Ohio State, cometiendo uno de los errores más graves de la historia del básquetbol. Oden se lesionó la rodilla en la pretemporada y se perdió la Liga completa. Sin embargo, la condena iba a ser mayor: en 2008-09 jugó 61 partidos y lo peor de todo es que mostró condimentos de estrella. Pero nuevamente su mayor participación iba a ser en la enfermería: en 2009-10 jugó sólo 21 partidos antes de volverse a lesionar la rodilla, y las siguientes dos temporadas ni siquiera vio acción por agravar sus lesiones. Mientras hoy despunta el vicio del básquetbol como jugador de rotación de Miami Heat -firmó un contrato tras casi tres años sin ver acción-, Durant se perfila para ganar su primer MVP en la NBA, siendo, junto a LeBron James, el talento más grande que tiene la mejor liga del mundo en estos tiempos. Una demostración de que se puede tropezar, literalmente, dos veces con la misma piedra.

  • Brandon Roy, la esperanza, y sus rodillas.

  • Roy fue la cara de los Blazers durante un lustro, que comenzó a mediados de la década del 2000. Explosión anotadora, talento para el dribbling y buena visión de juego dormían en un mismo envase.Sin embargo, nuevamente la frustración llegaría envuelta en lesiones de rodilla. Roy, quien arribó a la franquicia en 2006 procedente de Washington Huskies, fue novato del año en esa temporada y fue tres veces seleccionado para el All-Star Game (2008-10). El problema ocurrió en diciembre de 2011, cuando manifestó dolores en sus rodillas pese a mostrarse noche a noche, para el mundo, al nivel superlativo habitual. Roy se sometió a una operación artroscópica en ambas rodillas en febrero de 2011 y jamás regresó a sus producciones estelares. La falta de cartílagos en la zona afectada había producido un deterioro irreparable. Luego del receso por el lockout que azotó la Liga en aquellos años, B-Roy anunció su retiro del básquetbol. Especuló con un regreso en 2012-13 con la camiseta de los Timberwolves, pero fue cortado en mayo del año pasado por la franquicia debido a las lesiones combinadas con producciones debajo de la media NBA. "Si no vuelvo a jugar otro partido, estaré completamente contento con mi carrera", dijo tras su salida de Minnesota.

  • Joel Przybilla, Marcus Camby, Rudy Fernández, Fabricio Oberto, LaMarcus Aldridge y más.

  • Przybilla había tomado el puesto de centro en la franquicia de Blazers tras la irremediable salida de Greg Oden, quizás la lágrima más dolorosa de Portland en los últimos años.En diciembre de 2009, Przybilla sufrió una rotura de la rótula de la rodilla derecha tras caer de forma aparatosa en la lucha por un rebote. Se operó, regresó a las canchas y en marzo de 2010 su lesión se agravó mientras se duchaba, perdiéndose toda la temporada por lesión. Fue transferido en 2011 a los Charlotte Bobcats como parte del intercambio que trajo a Gerald Wallace a la franquicia. El caso de Marcus Camby no es tan diferente. Su llegada a los Blazers se produjo por las lesiones de Przybilla y Oden, y su lesión en enero de 2011 de meniscos lo obligó a mirar el resto de la temporada desde el banco de suplentes. "¿Realmente nos picó una serpiente? ¿Estamos malditos? Dudas y conversaciones surgen de todo esto", dijo Camby tiempo después a Marc Stein, de ESPN.com, aceptando la posibilidad real de un conjuro en contra de su equipo. Rudy Fernández, por su parte, llegó como uno de los novatos más prometedores de la Liga y tuvo que dejar la franquicia, sin pena ni gloria, tras problemas recurrentes en su espalda. Un poco de lesiones y otro poco de Nate McMillan, fueron los condimentos que formaron el elixir que acabó con Rudy en Portland. LaMarcus Aldridge, hoy figura trascendental, vio cómo se cerró la temporada 2011-12 con una lesión cadera, en un dolor que parecía ser menor. Y finalmente Fabricio Oberto, campeón con Spurs en 2007, anunció su retiro en noviembre de 2010 vistiendo la camiseta de Blazers tras un problema cardíaco que le provocaba palpitaciones. "Tomé esta decisión para poner a mi salud y mi familia por encima de este deporte", señaló. Creer o reventar.

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