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La precocidad de Anthony Davis

LOS ÁNGELES -- La proyección de Anthony Davis está a la altura de los más grandes de la NBA. La ascensión de su juego seduce a base de una soltura y madurez tan precoces como premonitorias. Su progreso es palpable, y a punto de cumplir los 21 años de edad saca a pasear sus virtudes sin complejo alguno; ni dentro ni fuera de la duela después de que una marca de calzado infantil le haya hecho dar el salto al mundo de la publicidad. Pero la adaptación de este joven a un mundo de mayores goza de una normalidad absoluta, y es así por lo que en su segunda temporada como profesional, Davis sigue empeñado en deslumbrar.

Para el pívot de los New Orleans Pelicans la distancia entre destacar en la NCAA, ser el número uno del draft en 2012 y ser comparado con jugadores como Alonzo Mourning, Shaquille O´Neal o Hakeem Olajuwon es ínfima.

Sus cualidades le dotan de una singularidad privilegiada y distinta a los patrones de otros jugadores con los que comparte la posición de ala-pívot. Si en Kentucky Wildcats, John Calipari no tardó en elogiar una versatilidad que les llevó a ganar el campeonato universitario en 2012 y ser elegido como el Mejor Jugador de la Final; en la NBA, esas mismas cualidades están germinando de manera idéntica.

A punto de enfrentarse a Minnesota Timberwolves, Davis acumula 20.5 ppj, 10.5 rpj y es el máximo bloqueador de la liga con 3.30 bpj, más de un bloqueo por delante de Serge Ibaka (2.50). Si finalizara la temporada con estas cifras (o llegara a 20 ppj, 10 rpj y 3.0 bpj), entraría en el prestigioso club formado por Mourning, O´Neal, Olajuwon, David Robinson y Bob McAdoo. Los cinco únicos jugadores en lograr dicha marca desde la campaña 1973-74. (Davis se convertiría en el primero en lograrlo desde la temporada 1993-94).

Y es precisamente en sus números donde se despejan una virtudes físicas que potencian al jugador que es, pero sobre todo al que llegará a ser.

VERSÁTIL SINGULARIDAD

Con 2.08 metros de altura y casi 100 kilogramos (6' 10'' y 220 libras), Davis está capacitado para todo. Su envergadura le permite hacerse dueño y señor de la pintura. Ataca y defiende el aro con solidez.

Su sólida presencia en defensa logra que sus rivales anoten con dificultad; es capaz de frenar un 56.0 por ciento de los intentos de ataque al aro, unos números que le colocan como el sexto mejor opositor de los 46 jugadores que cuentan con al menos seis intentos en contra por juego. Davis se impone, entorpece, batalla y agarra rebotes.

Pero su cualidad más primorosa es su velocidad en las transiciones. Cuando acaba la faena en ataque, Davis se planta en defensa con rapidez y con una agilidad que le hacen marcar la diferencia con respecto a sus marcadores. Es entonces cuando el jugador comienza su recital ofensivo.

Acumula 137 puntos logrados al palmear la bola del aro a la red y es el cuarto jugador de la NBA más efectivo en este sentido, empatado con Dwight Howard y solo superado por Andrew Drummond (210 puntos), Nikola Pekovic (188 puntos) y Kevin Love (152 puntos).

Su acierto en los disparos a media y larga distancia también le está dando algunas alegrías a los Pelicans, que acumulan cinco victorias en los últimos siete partidos gracias en gran medida a sus actuaciones.

Ante Atlanta Hawks el miércoles, sin ir más lejos, fue capaz de anotar una canasta de larga distancia crucial para consumar la victoria ante Gustavo Ayón y compañía. No le tembló el pulso y dejo claro por qué ha sido capaz de convertir, a esta altura de la temporada, 15 lanzamientos de media distancia más que en toda la campaña pasada en 34 intentos menos (42.9 por ciento en la actualidad y 29.4 por ciento en la pasada). Su acierto a canasta actual en cómputo general es del 51.8 por ciento.

MOMENTO IDÓNEO

Sin embargo, y aunque los Pelicans se encuentran sumidos en su mejor racha de la temporada hasta el momento (5-2), su nivel de competitividad en la Conferencia Oeste no está siendo el óptimo y el futuro no luce alentador.

Con un balance de 21-27, Nueva Orleans se encuentra a siete encuentros de los puestos de playoffs y son la onceava franquicia con peor balance de la NBA. Las perspectivas en el draft de 2014 tampoco son halagüeñas ya que si quedan por detrás de los cinco primeros en elegir, su primera ronda iría a parar a Philadelphia 76ers. Además, las posibilidades de firmar a algún agente libre de garantías son muy escasas. El gasto en salarios del año que viene será de 54 millones de dólares, mientras que el tope salarial es de 62.9 millones.

Eric Gordon (14.2 millones de dólares, Tyreke Evans 11.7 millones de dólares), Jrue Holliday (11.0 millones de dólares), Ray Anderson (5.3 millones de dólares) y Anthony Davis (5.6 millones de dólares) se llevan el grueso del presupuesto y las opciones de que abandonen la nave antes de la ventana de febrero son nimias.

Con la posibilidad de jugar en los Pelicans durante tres años más, Davis es un joven valor en alza y con perspectivas de futuro abrumadoras. No se encuentra en la franquicia ideal para llegar a lo más alto, pero sí en la etapa idónea para estar en un equipo no contendiente que le curte como un líder nato a marchas forzadas.