BUENOS AIRES -- Hace un par de años tuve la suerte de concurrir a la Feria del Libro de Curitiba, una de las más grandes, locas y extraordinarias ferias de libros que podamos imaginarnos. Curitiba, ya es todo un espectáculo. Cerca de Paraguay, es una ciudad levantada hace 200 años por los portugueses. Está rodeada de ríos y mucha vegetación.
Como casi todo en Brasil, en Curitiba todo es gigantesco. Los árboles miden más de 500 metros de altura, el verde explota por todos lados y en ciertos pasajes de la ciudad uno se asombra por la belleza de sus plazas. Llegué una medianoche invitado por un grupo de jóvenes poetas que habían conseguido un espacio para leer en la feria.
Todo es sorprendente y mágico en Curitiba. A veces suceden cosas en la calle, en los bares e incluso en los colegios que nos hacen pensar en un cuento de García Márquez. Es una ciudad llena de personajes que tienen su propio encanto y, por lo general, uno queda fascinado con ellos y... con las mujeres que son dueñas de unos cuerpos, una oratoria y una fantasía muy propia de la región.
¿Será la proximidad del Amazonas y de las Cataratas lo que genera esa fuerza incontenible en la gente?
Curitiba es, sin duda, una ciudad para visitar. Los otros días, cuando surgió la noticia de que podían sacarle la sede para el Mundial, pensé: "es la fuerza de la naturaleza". No tuve la menor duda de que fuerzas extrañas, relacionadas con las creencias y con la magia, conspiran día a día para que el Mundial no se juegue en esa ciudad.
No sé si esto está mal. Un estadio nuevo será una gran inversión y un buen motivo de ganancias para esta ciudad, que se mantiene firme a sus raíces hace más de 200 años.
Construir un estadio cerca del Amazonas es un delirio. Los ríos subterráneos, la fuerza de las napas siempre en pleno movimiento, más la fuerza que sale de los mismos árboles, haría que un estadio se derrumbe al poco tiempo de construido.
"Es el poder verde, Cucu, lo que hace que en Curitiba y en Manaos las cosas no se den tan fácilmente", me dijo por aquel tiempo un joven antropólogo que daba una charla en la feria. Su tema: "las fuerzas invisibles del Amazonas".
Este joven estudioso confesaba que la zona de Curitiba era una especie de Triángulo de Las Bermudas selvático. Los puntos de energía del planeta confluyen en esta ciudad.
Construir un estadio sería una locura, inclusive los mismos puntos de energía pueden desprenderlo de su plataforma como si fuera un terremoto al revés y enviarlo al medio del río Paraná.
Aquello me pareció una locura, pero cuando vi las noticias de estos días que especulan con que en Curitiba no se desarrolle el Mundial, me quedé helado.
Curitiba es una ciudad especial. Pero también es cierto que hay cosas de la naturaleza que nos parecen increíbles y que la ciencia humana todavía parece no encontrarle respuesta.