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En veredas diferentes

LOS ÁNGELES -- Por primera vez en la temporada el Staples Center vibró de verdad con el juego entre Los Angeles Lakers (18-35) y Oklahoma City Thunder (43-12). El público no daba crédito y se frotaba los ojos para comprobar si el plantel que no había vencido en su feudo desde el tres de enero era el mismo que le estaba plantando cara un mes y medio después a la escuadra con mejor balance de la NBA.

Por una vez, la realidad se saboreo con dulzura durante casi 45 minutos de juego en los que los Lakers fueron capaces de agarrar una ventaja (y perderla) de 15 puntos sobre sus rivales, de sacar de quicio a un Kevin Durant que inició con síntomas de nerviosismo pero que ayudó a consumar la victoria de los suyos con 43 puntos, 12 rebotes y siete asistencias. Los púrpura y oro movieron la pelota, defendieron las transiciones, se impusieron en tres de los cuatro cuartos con la mira afinada (48.2 por ciento en tiros de campo y 35.7 por ciento en triples), y todo ello con ocho jugadores que lo dieron todo sobre la duela (otros siete están en el dique seco).

"Si hay algo que nos podemos llevar de este partido es que somos capaces de competir", comentó Kendall Marshall (17 asistencias y 14 puntos). Jugamos muy bien colectivamente durante todo el partido, estamos contentos con la dirección que tomamos esta noche.

El impacto fue directo. Hacía tiempo que no se movía un alma del Staples antes de la bocina final, algo que sucedió este jueves de intensidad elevada a la máxima potencia; con la excepción, eso sí, de Anthony Kiedis, vocalista de Red Hot Chilly Peppers, su chica y alguna que otra 'celebrity' huidiza que no dudó en desfilar hacia la salida en el último periodo).

Craso error. La ocasión mereció que hasta las estrellas se quedaran en la tierra hasta el último suspiro, y es que el encuentro entre el primer clasificado en la Conferencia Oeste contra el último (tras la derrota, los Lakers comparten la última plaza con Sacramento Kings), fue digno de dos contendientes al título.

"Creo que el esfuerzo fue tremendo", señaló Mike D´Antoni. "Lucharon todo el partido. Pasamos un mal momento al comienzo del último cuarto. Movimos bien el balón y siempre intentamos hacer lo correcto, pero las pérdidas de balón nos hicieron daño", afirmó.

Sin embargo todo quedó en un mero amago de éxito de los Lakers que acabó por apuntar la derrota número 26 de los últimos 35 partidos. De esta guisa llega el Juego de las Estrellas, con un equipo que sigue sin tener suerte, que permanece a la deriva y sin ningún representante en la fiesta de la NBA desde 1996 después de que Kobe Bryant no haya podido acudir por su lesión. Será un buen para reflexionar y pensar en los 29 juegos que restan para que finalice la tortuosa temporada regular.

"Me voy a dedicar a mi familia", apuntó Steve Blake.

Voy a descansar y tomarme unos días libres", apuntó un Chris Kaman en buena racha.

"No puedo apartarme del básquetbol. Estaré en el gimnasio y seguiré preparándome para la vuelta", confesó Shawne Williams.

RECESO BRILLANTE PARA OKLAHOMA

Otro gallo canta para los pupilos de Scott Brooks. El coach se encargará de dirigir a los seleccionados de la Conferencia Oeste (Frank Vogel de Indiana Pacers hará lo propio con el Este); y lo hará dejando a su equipo como el mejor plantel de la NBA y con un juego que va en ascenso sin apenas notar la baja de Russell Westbrook.

"Tenemos grandes jugadores que confían en lo que hacen", señaló Brooks. "Todo comienza con nuestros líderes. Russell y Kevin han estado tremendos. Sé que Russell ha estado fuera durante 30 partidos más o menos, pero sigue estando con nosotros. También tenemos a otros jugadores a los que no se les presta tanta atención como Nick Collison, Derek Fisher, Thabo (Sefolosha), Kendrick Perkins, Serge Ibaka, que se han desarrollado mucho", afirmó.

Pero al frente de todo este proceso que apunta maneras de campeonato está un líder de los pies a la cabeza como Durant. El nivel que está mostrando esta temporada es de una magnitud enorme. Es el líder en anotaciones de la liga con 31.5 ppj (5.5 apj y 7.8 rpj) y un 51.0 por ciento de acierto en sus lanzamientos. Sin ir más lejos, Durant ha logrado anotar 30 o más puntos en 16 de los últimos 20 partidos y en superó los 40 puntos en dos de sus tres últimas citas. A pesar de ello, Brooks entiende que su buque insignia no desea ser recordado por sus dotes anotadoras.

"No quiere ser conocido como el jugador que anote 30 puntos por partido sino por ser el líder del equipo. Para liderar tiene que defender y lo hace a un nivel enorme", comentó el coach.

Mientras tanto, Durant sigue a lo suyo, sin prisa pero sin pausa, hurgando en la herida de sus rivales como si nada, tirando del carro para que Oklahoma haya llegado como el mejor equipo de la liga a este punto de la temporada.

"Hay que darle crédito a los coaches por prepararnos para cada juego", comentó tras el partido ante los Lakers. "Tenemos un gran grupo. Perseveramos ante las adversidades y siempre nos mantenemos juntos. Tenemos fe y da igual qué suceda. Perdimos algunos juegos al principio pero seguimos con fuerza. Tratamos de ser constantes con nuestro esfuerzo", apuntó.

Durant evita hablar sobre las voces que le quieren colocar como el Jugador Más Valioso de esta temporada. Cuando acaba de atender a la marea de periodistas desde su lado del vestuario se enfunda en un pantalón de pijama y una camiseta cómoda, se coloca los oros que colgarán de su cuello y los audífonos que le acompañarán rumbo a Nueva Orleans en un vuelo que durará cuatro horas. Pasará en soledad esa calma previa a la tormenta del Juego de las Estrellas, una cita a la que acude desde 2010.

"Estoy deseando que llegue el momento. Es una bendición y será mi quinto All Star. Me entusiasma ir allí y disfrutar del fin de semana con compañeros. Estoy deseando ver a mi familia y disfrutar. Luego viene el segundo tramo de la temporada y deberemos seguir concentrados".

En este punto, tanto su actuación como la del Thunder es para quitarse el sombrero.