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Línea de 4 puntos: ¿Para qué?

Las posibilidades de que la NBA introduzca los cuatro puntos en el juego son reducidas y, de producirse, no sería una decisión que se tome del día a la mañana. Resulta complicado que un deporte tan arraigado como el básquetbol lleve a cabo una variación ta significativa y que supondría una vuelta de tuerca a la introducción de la línea de tres puntos a finales de los años setenta y principios de los ochenta (con sus respectivos arreglos en los años posteriores). Sin embargo, quién sabe si los ideólogos contemporáneos del baloncesto se dejarán llevar por las ansias de espectáculo.

Ése sería el argumento primordial de la toma de la decisión, el mero espectáculo y la posibilidad de que los resultados se vieran incrementados y tuvieran una puntuación más parecida a la del Juego de las Estrellas. Si la línea de cuatro puntos acabara por instaurarse, el camino hacia su normalización debería ser similar al que vivió el triple, que vio el tiempo pasar desde sus primeras pruebas a nivel amateur en 1935 hasta la primera vez que se utilizó a nivel colegial en 1945 y la American Basketball League en 1961 antes de instaurarse definitivamente en la campaña 1979/80.

Cualquier variación en la puntuación de todo deporte sienta las bases para un cambio sustancial del juego. Si además de por el espectáculo, el argumento del triple fue el de facilitar a los jugadores más pequeños el anotar a canasta si tener que penetrar en la maraña de hombres grandes, ¿cuál será el de los cuatro puntos si cada vez se utilizan menos pívots al uso en el juego?

Las defensas se abrirían, la gestión de las posesiones variarían y los 'cuatropunteros' expertos se jugarían sus lanzamientos en momentos clave en los que los dos puntos serían una renta insuficiente. ¿Qué diría la FIBA? ¿Cómo se tomarían los jugadores el cambio de juego? ¿Sería necesario alargar las medidas de la cancha? ¿Qué opinarían los puristas?

Es cierto que jugadores como LeBron James o Kevin Durant, entre otros muchos, verían mejorado su juego con la introducción de nuevos elementos y que saldría otra raza marcada por la versatilidad en las nuevas generaciones. Sin embargo el básquetbol podría ser más conservador y el juego se desarrollaría más lejos de la canasta.

Son muchas las cuestiones y las interrogantes, demasiados los peligros como para desequilibrar a un deporte ya de por sí espectacular en el que no es necesario rizar más el rizo. El experimento de los tres puntos funcionó y ha elevado el básquetbol a cotas mayores, pero otro gallo cantaría con la hipotética introducción de los cuatro puntos. Son otros tiempos, el baloncesto es infinitamente más mediático y el impacto en el juego complicaría las cosas de una manera innecesaria.

Mejor que las cosas queden como están y todos contentos.