Ricardo Mayorga 10y

¿Y el Barça que nos enamoró?

Es año de Mundial y de Messi, como de otros genios de los que se espera demasiado en el próximo Campeonato brasileño, pero lo curioso es que coyunturalmente el 2014 se está convirtiendo en una época crítica para jugadores excepcionales y fundamentalmente para los del Barcelona, que por esta altura no compiten y menos aún, ganan.

Pero ¿qué le está pasando a este Barça que enamoró al planeta con su fluidez de futbol central, donde Messi se convirtió en el barco insignia? Quizá sea un problema más mental que táctico y futbolístico, pero lo cierto es que todo ello pasa por la responsabilidad en las tareas del entrenador. Y no es nada contra el "Tata" Martino a quien conocemos muy bien por sus logros, objetivos y triunfos en Sudamérica y básicamente con su Newlls, Campeón después de haber rechazado la oferta que le llegó desde Colombia.

Martino llegó a un Barcelona exultante que paseaba fútbol, triunfos y títulos por un planeta que se rendía a sus pies y al que muchos terminaron adorando con la imagen de Pep Guardiola como impecable constructor de una idea sensacional para muchos y por pasajes lenta para algunos. Rápida o lenta la propuesta futbolística del Barcelona lo ganó todo con Pep y con él se encumbraron los nombres de todos los integrantes de una plantilla que alimentaba a España y nutría a Brasil, con Alves, a Argentina, con Messi y al final a Chile, con Alexis.

¿Se cansó de ganar el Barça o sus jugadores se hastiaron de fútbol y de triunfos? Dos preguntas que buscan respuesta en el nuevo entrenador por sus estilos que sacrificaron la fluidez futbolística del Barcelona en su circulación de pelota por el centro que convertía a Messi en el protegido de Xavi y en el mejor socio de Iniesta para acercarse y rematar por el centro fungiendo como '9' sin serlo, pero con la más alta cuota de goles de un jugador y de un equipo.

¿Cómo entender que el nuevo sistema sacrifique lo mejor que tenía el equipo, así la repetida respuesta del técnico sea que su intención es sumar variantes sin sacrificar estilo? Pues el estilo del Barça que enamoró al mundo ya no existe ni desde la actitud ni desde el fútbol.

Y ahí quizá está la otra pregunta para Martino sobre cómo es su relación con la plantilla, pero no en términos de cordialidad que entendemos es buena. La credibilidad de los jugadores a la propuesta del técnico parece que no existe y que ese diálogo que logró Guardiola para mantener el ida y vuelta enchufado entre el entrenador y el grupo en este Barça de Martino ya no existe.

En lo futbolístico a Martino parece gustarle querer atacar por fuera, pero casi en zona de conclusión y aunque suena atractivo desde la generalidad, ese intento destierra la esencia del Barça fluido de zona central que empezaba con Busquets y terminaba en Messi... Pep -otra vez Pep, pero es inevitable- circulaba por el centro conociendo las características de sus jugadores e insistía en agregar los laterales desde atrás jugando e inclusive, en ocasiones, inventando y sorprendiendo con hombres como Adriano como variante al ataque.

Martino quizá teme la descompensación y no se atreve mucho con los laterales, dejando la sensación que cuando Alves se va es más una señal de rebeldía del jugador que un sistema elaborado. Y ahí es donde pensamos que falta un diálogo abierto "equipo-entrenador" que le vuelva a otorgar confianza al plantel de lo que puede hacer. Son los mismos que triunfaron antes, que lo lograron todo, que pusieron el mundo a sus pies, ¿por qué hora no pueden hacerlo?

No han pasado dos años desde que se fue Guardiola y pareciera que a esa criatura que no se cansaba de jugar bien y bonito le hubiera azotado un desastre. La respuesta está en Martino y en lo que debe hacer para recuperar la autoestima futbolística de los jugadores que hoy no solo no ganan los partidos, sino que por pasajes se les nota que no compiten en ellos. Si la plantilla perdió la esperanza, entonces se necesita un cambio urgente que devuelva a esos genios al sitio que ocuparon.

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