Washington Cucurto 10y

Hinchas de River desesperados

BUENOS AIRES -- Queridos lectores, la situación de River es brava, pero no es para dramatizar. Perder con All Boys por la mínima diferencia y jugando bien no es el fin de nada. Al contrario sostengo que cada pálida de la vida, debe darnos fuerza para mejorar y seguir por el buen camino.

De hecho, hay cosas más importantes en el país: la mala paga de los docentes, el paro en la Provincia de Buenos Aires, la inflación que terminará comiéndonos las entrañas y creo será decisiva en un futuro muy cercano.

Como bien dice mi amigo Roberto Giop, gran dirigente de fútbol, "así somos los argentinos". Complejos, difíciles, jodidos, exagerados, dementes, megalómanos, delirantes. Hoy fui a comprar un kilo de peras a la verdulería y el verdulero, socio e hincha de River me lo dijo clarito:
-- River tiene cuatro millones de socios. No merecemos un equipo así, capaz de perder con All Boys. Y vos tenés que hacer algo.
-- Y ¿yo que tengo que ver? No soy hincha de River. Le respondí sorprendido.
-- Pero escribís de fútbol y tenés una responsabilidad. Dentro de poco vas a hacer mucho por nuestro club, además de escribir las pavadas que escribís...

Le pagué las peras y volví hacia la Pajarera, el edificio donde vivo desde que nací. Me encontré con el portero, que nunca limpia nada y estaba con la camiseta de River puesta.

-- Cucu, se viene una brava. Nos estamos organizando los hinchas de River en el barrio. No queremos vivir más en esta situación.

No le respondí y seguí caminando hacia el ascensor. Era obvio que había un plan y querían involucrarme. Me relajé y pensé en mi licuadito de peras. Ya tenía la licuadora prendida. De pronto, me tocan el timbre y son los 50 hinchas de River que hay en el edificio. Querían hablar conmigo.
-- Cucu, estamos desesperados...
-- Muchachos, vayan a tocarle la puerta a Ramón Diaz, yo no tengo nada que ver con este mal momento. Además, déjenme decirles lo que pienso: están bastante bien, piensen que el año pasado estaban en la B.
Pero ellos no me escuchaban.
-- Formamos la organización Unidos por un gallinero valiente y la idea es echar a Ramón Diaz y copar el club.

Una especie de golpe encubierto. El primer golpe de estado futbolero. La idea me pareció buenísima, delirante, inviable, pero buena.
-- ¿Y cómo piensan convencer a los otros hinchas gallinas?
Entonces saltó un gordito, con el bigote al estilo de Labruna, con un gorrito que era de la década del 80:
-- Eso lo vas a hacer vos, Cucu. Tenés que escribir contando lo que estamos planeando.

Estos muchachos estaban realmente desesperados. ¿Cómo podían pensar que una simple crónica podría convocar a tantos hinchas? Entonces me contaron que pensaban jackear la página del club y subir mi crónica.

-- La única forma de salvar a River es sacar a todos los que están.
-- ¿Incluidos los jugadores?
-- Muchos ya demostraron que no están para vestir la camiseta.
-- Tiene que haber una depuración o vamos a desaparecer de la faz del Planeta Tierra. Queremos que vuelva Matias Almeyda y el Chori Dominguez y a partir de ellos, armar un equipo competitivo. Y queremos de presidente a un hincha de verdad. Pensamos en el verdulero de la esquina.
-- ¿El verdulero de la esquina? ¡Ustedes están locos!

Les cerré la puerta en la cara. Pero desde el pasillo me amenazaron. Juraron no dejarme en paz. "Te vamos a rayar el auto".

Pero no tengo auto. River juega mal, pero no hay que volverse locos. Cambios, hay que hacer seguro, pero no así.

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