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¿El adiós de Tiger Woods?

El dolor de espalda es una más, en una larga lista de complicaciones físicas Getty Images

BUENOS AIRES -- El 23 de agosto de 2011 intentaba situarme en la poderosa personalidad de un Tiger Woods pleno de ganas de vivir, a los 35 años de edad. A esa altura, hace casi 30 meses, su mente trabajaba en forma intensa. Divorciado, envuelto por la soledad, sin su padre, su mentor, su consejero, ¿a quién consultar sus dudas? ¿A quién transmitirle sus sentimientos?

La mente estallaba y empezaba a presionar los hilos conductores de su enfermedad física. Los recuerdos de sus operaciones lo cubrían:


1994:
Como estudiante de primer año de la Universidad de Stanford, le hicieron una cirugía para extirpar dos tumores benignos y el tejido de la cicatriz en su rodilla izquierda.


2002:
Experimentó una operación artroscópica en su rodilla. La cirugía fue realizada por el Dr. Thomas Rosenberg en el centro quirúrgico de HealthSouth en Park City, Utah. Durante el procedimiento de una hora fueron quitados el líquido en el exterior e interior del ligamento cruciforme anterior y varios quistes benignos.


2008:
El martes 15 de abril, dos días después de ser segundo lugar en el Masters de Augusta, le realizaron una cirugía artroscópica en su rodilla izquierda, en el Park City, UT, para reparar el daño del cartílago. Había comenzado a sentir dolores al dañarse su ligamento cruciforme anterior mientras jugaba en Orlando a mediados de 2007, pero optó por no operarse en aquel momento.


2008:
El miércoles 18 de junio, dos días después de ganar el US Open 2008, se anunció que debía efectuarse una cirugía reconstructiva en el ligamento cruciforme anterior en su rodilla izquierda. También se dijo que el dolor en su pierna durante el US Open resultó de una fractura de tensión doble a su tibia izquierda, que él sufrió mientras rehabilitaba la rodilla en mayo. La cirugía fue realizada el martes 24 de junio, en el Park City, Utah, por el Dr. Thomas D. Rosenberg y el Dr. Vernon J. Cooley, que hicieron cirugía artroscópica en la misma rodilla en abril. También reparó un cierto daño del cartílago. El procedimiento tomó un tendón del tendón de la corva derecho y lo colocó en la rodilla izquierda.

La mente continuaba la labor y reconstruye las consecuencias de sus decisiones a los terribles dolores más recientes:


9 de abril de 2011:
Comienza su odisea. Hoyo 17 de la tercera vuelta del Masters 2011, pega entre los árboles y se nota que rota la pierna izquierda. Sufre un tirón en el ligamento medio colateral de la rodilla izquierda y una leve tensión del tendón de Aquiles izquierdo, al golpear la pelota desde un ángulo incómodo sobre un montón de paja de pino. Pese a la lesión, juega la vuelta final y concluye cuarto.


27 de abril:
Por Twitter expresa: "Un daño menor me impide jugar el Wells Fargo la semana que viene. Ofrezco disculpas a los organizadores del torneo y a los fanáticos, pero estoy trabajando duro para recuperar la salud". También trascendió que los médicos le habían aconsejado reposo y tratamiento de agua fría, y tratamiento de tejidos blandos, aunque él en su Twitter hablaba de trabajo duro.


10 de mayo:
Reaparece en The Players Championship y abandona al terminar los primeros nueve hoyos, después de tres bogeys y un triple bogey. "Primero sentí una molestia en la rodilla, luego en el tendón de Aquiles y finalmente se me acalambró el gemelo", declaró Woods. "Practiqué varios golpes por primera vez desde que me lesioné, el lunes en Isleworth, el campo de golf donde habito en Orlando, antes de jugar aquí nueve hoyos el martes y otros nueve el miércoles". Cuando se le preguntó si estaba sorprendido por lo que había sucedido, afirmó: "Sí, de hecho estoy muy sorprendido. El tratamiento estaba muy bien. Me sentía mejor. A lo mejor no fue suficiente y admito que probablemente hubiera sido preferible dejar antes la cancha".

A partir de allí desapareció y como todo desaparecido visual, que comunica su existencia a través de su Twitter, abundan las versiones. "Debe usar botas y muletas para poder caminar". "Se traslada en sillas de ruedas".

La carencia de partes médicos ensombreció más el panorama, por más que en su Twitter dijera: "Estoy extremadamente decepcionado de no poder jugar en el U.S. Open 2011, pero es tiempo de escuchar a mis doctores y concentrarme en el futuro. Esperaba poder jugar, pero si lo hacía, arriesgaba a lesionar aún más mi pierna izquierda. Mi rodilla y mi tendón de Aquiles no han sanado completamente. Espero estar listo para el AT&T National (que comienza el 30 de junio), los próximos dos majors y el resto del año".

Yo me imaginaba a Tiger sentado frente a un televisor, siguiendo el US Open 2011 y descargando sus dudas, en preguntas que nadie le respondía: "¿Los médicos me dicen la verdad o sólo mantienen mi esperanza? ¿Volveré a jugar al golf? ¿En caso que pueda, podré pegar como lo hacía antes de esta inactividad?"

UN CORTO REGRESO TRIUNFAL Y LA APARICIÓN DEL DOLOR DE ESPALDA
El reconocido kinesiólogo de deportes argentino Jorge A. Mastrángelo me comentó en aquella ocasión: "Volverá a jugar periodos cortos, después tendrá recaídas y surgirán nuevas lesiones". Dicho y hecho.

Tiger tuvo en 2013 un año de chispazos. Cinco victorias, regresó a ser número 1 del mundo, el mejor jugador del PGA Tour, pero ninguno de los Majors quedó en sus manos, que se agarraron la cintura haciendo sonar el clarín de alguna lesión.

Las alarmas han saltado sobre el estado de su salud de Woods. A los 38 años, anunció este martes, 17 de marzo de 2014, que no jugará el Arnold Palmer Invitational.

"Yo, personalmente, llamé a Arnold para decirle que por desgracia no voy a ser capaz de jugar en su torneo de este año", explicó el N° 1 del Ranking Mundial en su sitio oficial. "Me gustaría expresar mi pesar a los aficionados de Orlando, los voluntarios, el personal del torneo por tener que perderme el evento".

Me sonaron a palabras parecidas a las escuchadas ante otras situaciones.

Ahora ni siquiera se probará en el Arnold Palmer, su último torneo previsto antes del Masters y el campeonato que ganó en ocho ocasiones y buscaba el récord: nadie en el PGA Tour ha vencido un torneo nueve veces. Su triunfo en Bay Hill el año pasado tuvo un sabor muy especial, pues le permitió recuperar el número uno mundial. Esta vez simboliza todo lo contrario, los achaques de un titán que tiene en la espalda su punto débil.

El dato es escalofriante. Apenas completó nueve de 1.128 vueltas como profesional sin celebrar un birdie. La última fue en la jornada final del Cadillac World Golf Championship. Venía con la espalda hecha un nudo, después de su retirada por lesión del Honda Classic y sin ninguna práctica cuando el jueves salió desde el tee. Pero Tiger sacó el orgullo del campeón herido y cuestionado, y con una tercera vuelta de 66 golpes se vistió de rojo el domingo para pegarle el bocado al título. Pero la espalda volvió a pincharlo, se quedó sin birdies y su mente resistió un nuevo cimbronazo.

El Arnold Palmer Invitation era la última oportunidad de demostrarse a sí mismo que podía jugar cuatro recorridos sin sentir molestias y sin que los dolores afecten su nivel de juego. Woods no tenía previsto jugar otro torneo, luego de éste, antes del Masters. Esos planes podrían cambiar ahora. Si su espalda mejora, podría participar en el Houston Open, la semana previa al Masters, para poner a prueba su condición. Pero todas son especulaciones y dudas. Dudas que se extienden incluso a la presencia del N° 1 del mundo en Augusta.

Si llega recuperado a Augusta, Tiger buscará su quinta chaqueta verde sin haber jugado torneo alguno en un mes y sin victoria alguna este año. Nunca, en sus cuatro victorias anteriores (1997, 2001, 2002 y 2005), llegó a Augusta sin ningún triunfo en la temporada.

En la vida, todo tiene su principio y su fin. Presiento que Tiger Woods está muy próximo a su final como golfista. Una verdadera pena si esto sucede, cuando su talento y personalidad, a los 38 años, tiene tanto que dar. Por eso deseo equivocarme, porque mientras hay vida, existe esperanza.