LAS VEGAS -- Cuando llega Manny Pacquiao a algún lugar, es común encontrarse cazadores de autógrafos, que se dividen entre los fieles seguidores, aquellos que darían la vida por una foto o una firma del filipino, y aquellos cuya astucia les permite conseguir autógrafos de todas latitudes y pueden ofrecer a un considerable precio a gente dispuesta a comprar una foto o algún accesorio firmado.
Sin embargo, apenas llegó a esta ciudad y se corrió la voz, mucha gente llegó a las inmediaciones de la Universidad de Nevada en Las Vegas en donde acostumbra a trabajar Manny la última semana previa al duelo y se le ve practicar sus últimos movimientos.
Hasta ahí llegó un fanático que mostró que su afición no era cualquier cosa, sino una verdadera pasión mística por el considerado mejor peleador filipino de todos los tiempos y uno de los mejores de la historia.
A diferencia de otros, el fan no llegó con alguna camiseta y menos con una fotografía: el lienzo en el que pidió la firma a Manny Pacquiao era su cabeza rapada, algo que causó la gracia del púgil filipino y se empeñó en hacer un verdadero trabajo artístico sobre la cabeza del individuo.
Pacquiao tomó el plumón grande que llevaba su seguidor, le pidió se agachara e hizo una firma tan grande que cubrió toda la cabeza del individuo, que estuvo presumiendo a todos el autógrafo de su ídolo, sin reparar en el que dirán por la 'locura' que había cometido.
Así como él, hay decenas de seguidores en esta ciudad que aprovechan los momentos en que los peleadores se presentan en público para tomar autógrafos y fotos; pero este tipo, originario de esta ciudad, se volvió de plano loco y encontró en Manny a un fiel cómplice en el momento.