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LAS VEGAS -- En la pelea que se llevó la noche, Manny Pacquiao derrotó a Timothy Bradley por decisión unánime, luego de una demostración brillante y contundente, tras su regreso al cuadrilátero. Fue una importante victoria del peleador filipino, de quien se hablaba que tal vez estaba en su momento decendente en su carrera boxística y hoy demostró que hay 'Pacman' para rato. En el clásico round de estudio, 'Pacman' se mostró más ofensivo que Bradley. Sus puños trataron de dar en el blanco con rectos que visiblemente el norteamericano esquivaba con soltura, pero con respeto. Posteriormente, Pacquiao caminaba hacia el frente, intentando sorprender a un temeroso Bradley, pues sus golpes lo lastimaban rápidamente. El boxeador filipino salió al cuadrilátero con calzoncillo blanco con vivos en azul, mientras que el púgil norteamericano lució un short café con grecas militares y vivos negros. Conforme transcurrían los episodios, Bradley se acomodaba mejor sobre el ring y comenzó a sacar su boxeo defensivo, esquivando los golpes de Pacman, sólo provocando un poco de cansancio en su rival. Pese a esto, su táctica no lo redituaba, debido a que Pacquiao estaba en gran forma y su velocidad regresó a él o tal vez nunca se fue. Los músculos de Bradley no le representaban miedo a Pacquiao, quien los dejaba ver como inservibles con sus combinaciones, principalmente de recto y ganchos al hígado. Llegó el momento que Bradley parecía una 'pera loca' humana y tenía que recurriar al típico abrazo. Prácticamente era muy notorio su cansancio ante el filipino que parecía una máquina de dar golpes. Para el décimo round, Pacquiao se veía imponente, su ofensividad ante Bradley era clara. Hasta ese instante su rival no lo había puesto en ningún aprieto. Las tarjetas marcaban 97 para Pacquiao y 93 para Bradley, situación que era fácil de comprender, el filipino había dominado de principio a fin la pelea. Para el último episodio, se le revisó a Pacquiao la ceja que tenía lastimada, pero no pasó a mayores.
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