Alejandro Pérez 10y

La decisón de Ginóbili

BUENOS AIRES -- El básquetbol argentino espera, entre expectante y ansioso, la definición de Emanuel Ginóbili sobre si participará, o no, en la Copa del Mundo de España con la selección nacional. Esa será La Decisión, así con mayúsculas, porque ella influirá en el potencial y las posibilidades del equipo, dentro y fuera de la cancha.

El jugador avisó que dará su respuesta una vez que termine la participación de San Antonio Spurs en la temporada de la NBA, y lejos de aclarar el panorama, agrega más condimentos a las elucubraciones que se pueden realizar en torno a su presencia en la ciudad de Sevilla el 30 de agosto.

¿Por qué Ginóbili no confirmó todavía si jugará en la selección argentina este año? Porque como en cada decisión deportiva que tomó en toda su extensa y brillante carrera, evaluará, con sus ventajas y desventajas, la realidad del momento.

Hoy, cercano a los 37 años, edad en la que la mayoría de los deportistas están en franca retirada o ya viviendo el retiro efectivo, él goza aun de un alto nivel de rendimiento. Entonces, lo que más sopesa para definirse es su condición física.

Atendiendo esto, ¿qué puede pasar si San Antonio, como amenaza una vez más, llega a la final de la NBA? Estaría terminando cerca del 20 de junio, con poco más un mes para descansar, ya que los entrenamientos de la selección comenzarán cinco semanas antes del Mundial. ¿Le parecerá suficiente tiempo de vacaciones? ¿Aceptará alejarse 50 días de su familia, poco después de llegar su tercer hijo (Luca nació este lunes, segun tuiteó el propio Ginóbili)?

Se sabe, y ese ha sido un rasgo maravillosamente distintivo de los nombres más brillantes de la Generación Dorada, que jamás pidieron prerrogativas a la hora de entrenar. Se sometieron como el resto al rigor de cada práctica, estuvieron siempre en la línea de partida de cada entrenamiento y nada indica que esta vez será distinto.

Por eso, no solo alcanzará con que Ginóbili termine sano su tarea con los Spurs, sino que también habrá que organizar y contemplar otras cuestiones para facilitar su presencia en el seleccionado.

Por ejemplo, el calendario de cinco partidos en seis días que ofrecen los grupos del Mundial (entre el primero y el segundo juego habrá apenas 18 horas de descanso para Argentina) es algo que no debe agradarle al escolta.

El dato no es menor, ya que uno de los motivos por los cuales generalmente le escapó al Torneo de las Américas fue por el sistema impiadoso de 10 partidos en 12 días. "Ese torneo te mata", explicó siempre Ginóbili.

Por el contrario, y más allá de la importancia del evento, Ginóbili nunca dudó de participar de los Juegos Olímpicos de Londres, entre otros motivos, porque el fixture se construyó con un día de descanso entre cada partido.

Con este panorama, tanto el entrenador Julio Lamas como la Confederación Argentina de Basquetbol también deben estar evaluando cómo será la preparación del seleccionado para la Copa del Mundo. Será un desafío para ambos decidir entre una planificación que dosifique entrenamientos, viajes y partidos con descansos apropiados de recuperación o una seguidilla de partidos sucesivos (y desgastantes) en busca del necesario ritmo internacional.

Cuidado, este punto debería mantenerse aún sin Ginóbili en el plantel. Si algo le pueden sobrar a la selección argentina para el Mundial son veteranos a los que proteger: Prigioni (37 años), Nocioni (34) y Scola (34), a los que también podrían sumarse Leonardo Gutiérrez (36) y Herrmann (35). Mucha gente que necesita una preparación que contemple su edad.

Pero al comienzo expuse que la presencia de Ginóbili también influirá en lo que suceda fuera de la cancha con la selección y eso genera incertidumbre.

¿Pro Enter, la empresa que comercializa al seleccionado, podrá vender igual la publicidad alrededor del equipo con la figura de los Spurs que sin él?

¿Con o sin Ginóbili será igual el cachet que cobre la selección por su participación en cada partido de preparación o será similar lo que genere por recaudaciones en los amistosos que dispute en Argentina?

¿De tenerlo en el plantel Lamas administrará su presencia en los amistosos? ¿Cómo se manejará el reclamo del público argentino que pagará una entrada para ver a una de las legendarias figuras de la Generación Dorada?

No me olvido cuando en el Orfeo de Córdoba, previo a los Juegos Olímpicos de Atenas, la gente reprobó a Magnano y al propio Ginóbili, tras un segundo partido seguido en el Super 4 en el que quedó afuera del equipo, porque se recuperaba de una lesión.

Tampoco se puede pasar por alto el impacto mediático que puede tener el seleccionado con y sin Ginóbili. Con él un sector del periodismo acompañará porque las posibilidades deportivas obviamente aumentan, otros estarán por el morbo que provoca la que puede ser la última función de algunos de los olímpicos de 2004, mientras que otros, que no saben si la pelota de básquetbol es redonda o cuadrada, se asomarán por el atractivo que su solo nombre despierta. Y todos deben ser bienvenidos en la búsqueda de una difusión masiva.

Con Delfino en proceso de recuperación, pero dependiendo de un milagro para llegar a la Copa del Mundo, la presencia de Ginóbili cobra mayor valor. Y es cierto que lo rodea una atmósfera optimista sobre su esperada decisión.

La inmensa mayoría reza por contar con Ginóbili, quien con solo un sí, acomodaría una buena cantidad de aspectos, deportivos y comerciales.

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