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Gronk revela su rostro amable

Su secreto es muy simple: "Mis movimientos de baile siempre se ensayan, no importa dónde esté". Martin Schoeller

Luego de dos temporadas plagadas de lesiones, Rob Gronkowski, ala cerrada de los Patriots, es nuevo el Gronk de siempre, realizando atrapadas espectaculares a una mano, arrollando a los defensivos secundarios y entreteniendo de paso a todo el mundo. Lindsay Czarniak platicó con Gronkowski, para discutir temas que van desde cómo lidió con los momentos difíciles hasta qué se siente -en serio-hacer que Bill Belichick sonría.

Czarniak: ¿Cómo es la vida para tí en Boston actualmente? ¿Cómo es un día normal caminando por la calle?

Gronkowski: A veces puede ser un caos. La gente se acerca por todos lados. A veces, te puedes cubrir con una sudadera y lentes, y así puedes pasar desapercibido. Pero puede ser de locura a veces con la gente que intenta tomar fotos. Y luego, está Twitter, las redes sociales. Cualquier persona te puede filmar y publicarte en Twitter. Así que debes conocer tu entorno, saber con quién estás y con quién platicas.

Escuché que eso no evita que practiques tus movimientos de baile.

No, mis movimientos de baile siempre se ensayan, sin importar dónde esté. Bien sea en mi casa o fuera, en las instalaciones de los Patriots, en el gimnasio, debes cuidar tus pasos de baile. Eso te ayuda con tu trabajo de pies.

¿Eso te ayuda con tu trabajo de pies dentro del campo?

Creo que cuando practico algunos movimientos de baile durante la semana, mis pies son más rápidos. Por bailar, puedo reaccionar más rápido.

Gronk, ¿estás hablando en serio?

Sí, claro.

¿En verdad?

Sí. Solamente mueve tus pies, muévelos rápido.

Incluyendo los playoffs, te perdiste 17 juegos las pasadas dos temporadas por una serie de lesiones. ¿Qué fue lo más difícil de esto para tí?

Lo más difícil fue estar sentado en casa y no poder hacer nada al respecto. No soy alguien que se quede sentado todo el día viendo televisión. Necesito moverme, necesito ser activo, hacer cosas en la casa -ejercicio, algún deporte, lo que sea. Al estar sentado pienso, "Vaya, quisiera estar jugando básquetbol o algo, lo que sea".

Durante ese periodo, ¿cuál fue el punto más bajo?

Luego de la lesión de la rodilla el año pasado. Recién había vuelto de la cirugía en la espalda y en el brazo, y me perdí algunos juegos. Volví a mediados de temporada el año pasado. Cuando me lesioné de la rodilla, no sabía qué esperar. Esa noche, tuve muchos pensamientos alocados en mi mente. "¿Qué pasará? ¿Por qué me ocurre esto? Recién volví".

¿Cuál era tu peor temor?

¿Alguna vez podré jugar fútbol americano de nuevo? ¿Qué ocurre con mi carrera? Pensaba en cosas como esas. Lloras. Tenía a los trainers conmigo, a mis padres. Pensaba, "¿Se acabó mi carrera?". Nunca me había lesionado de la rodilla. Nunca había experimentado un dolor así.

¿Cómo era la experiencia en la habitación donde te examinaban?

Recuerdo que estaba en la máquina de Rayos-X luego que me habían sacado del terreno en el carrito de asistencias médicas. Y tenía además una conmoción, así que no recuerdo bien. Lo que si recuerdo es que estaba llorando y gritando sobre la máquina cuando me sacaban la radiografía. Le sostenía la mano al trainer, mi padre estaba a mi lado. Yo estaba llorando y preguntando, "¿Se acabó? ¿Ya no podré jugar?". Recuerdo muy poco, producto de la conmoción que sufrí.

En serio dijiste, "¿Se acabó? ¿Ya no jugaré más?"

Sí, llegué a pensarlo. Se lo decía al trainer. Y él me decía, "No, volverás y fortalecido". Cuando cosas así ocurren, es alocado. No sabes qué pensar. ¿Por qué te ocurre eso? Me había esforzado demasiado para volver a jugar.

¿Qué te dijo tu padre?

Él me apoyó mucho, intentando tener una vibra positiva de todo. Decía que estaría bien, que volvería, cosas así.

Y volviste. ¿Cómo se sintió eso?

No tienes nada de confianza cuando vienes de una cirugía, porque no puedes hacer nada. Te quedas como, "¿Alguna vez podré sanar?". Dicen que me faltan siete, ocho, nueve meses. Wow, debes entrenar todo ese tiempo. Debes encontrar lo positivo y pensar, "Al menos no estoy corriendo sprints todos los días como mis compañeros". Ellos están de un lado a otro y yo estoy en rehabilitación.

¿Qué tan difícil fue eso para tí?

La gente tiene cierta percepción: Ellos ven a Gronk y piensan que eres muy duro. Definitivamente, hay mucha gente que duda. Cuando enciendes la televisión, todo mundo duda de ti, diciendo que nunca volvería a ser el mismo, que nunca alcanzaría el nivel de 2011 y 2012, cualquiera que fuera. Se siente genial convertir a todos esos escépticos en creyentes.

¿Hubo algún momento en donde tuviste esa sensación con más fuerza?

El juego de Cincinnati en la Semana 5. En los primeros cuatro encuentros, jugaba poco, pero fue ahí cuando me sentí perfecto. Pensaba, "Vaya, me siento muy bien". Le dije a los coaches, "Estoy listo". Le dije a mi hermano, a mis amigos: "Verán que en este juego hago algo". Luego del encuentro ante Cincinnati, tuve la mentalidad de que estaba dominante una vez más. Desde entonces, todo mundo me ha dicho, "Subiste de nivel". Nadie creía en mí. Nadie esperaba que volviera con ese nivel, pero sabía que podía hacerlo. Simplemente, necesitaba el tiempo adecuado y seguir esforzándome cada día".

Luego de esa recepción de 26 yardas para touchdown contra los Colts el 16 de noviembre, vi a Bill Belichick volviéndose loco en la banca. ¿Qué sentiste en ese momento?

Eso fue genial. Cuando el coach Belichick se te acerca durante un juego y te dice algo, es genial. Dijo, "Gran jugada" y "Nadie puede detenerte". Es una gran sensación al tener el respeto del coach, y quieres devolverle la atención esforzándote. Me hace sonreír el verlo tan contento.

No vemos a Belichick de esa forma muy a menudo. ¿Es tan serio como parece?

Sí, así es de serio. Sin duda. Es lo que ven ustedes. No se anda con rodeos, te dice la verdad de frente. Es un gran coach, aprendes mucho con él.

Hablando de grandes momentos tuyos dentro del campo, háblanos de esa recepción a una mano que tuviste contra los Broncos el 2 de noviembre.

Cuando ves el balón en al aire, quieres hacer una jugada. Simplemente salté, estiré la mano y la atrapé. No pensé en ese momento que fuera algo especial. Simplemente reaccioné con el balón, se sentía como cualquier otra recepción. Luego observé la repetición y me quedé, "¡Vaya! ¿Eso fue lo que ocurrió?".

¿Has visto la recepción de Odell Beckham Jr.?

Sí, la ví. Primero pensé, "Es interferencia de pase". Y luego, saltó y la agarró y me quedé, "¡Ohhhhhhhhhhhhhhhh! Esa recepción fue de locura!".

¿Cómo la clasificarías comparada con la tuya?

Diría que es la mejor recepción que he visto en mi vida. Así que me superó, se la concedo.

¿Quién es la persona favorita a quien le hayas atrapado un pase?

Tom Brady, sin duda. Todavía recuerdo que yo estaba temblando la primera vez que él me lanzó un pase. Estaba nervioso, "Tengo que atraparlo, tengo que atraparlo". Fue un pase de solamente 10 yardas, durante los calentamientos. Casi lo dejo caer, por los nervios. Necesité un par de prácticas para quitarme los nervios.

¿Qué es lo más significativo que te ha dicho Tom Brady?

Él solía gritarme todo el tiempo. Yo pensaba, "¿Por qué me trata así?". Siempre se aseguraba que tomara mis rutas correctas, me gritaba que estuviera en el lugar correcto. Y luego, un día llegó conmigo y me dijo, "Rob, sabes que me agradas. Tienes mucho potencial. Solamente quiero estar en la misma página. Quiero que des tu máximo esfuerzo". Y fue cuando todo tuvo sentido. Y dije, "Oh, ahora sé por qué es así". Eso de hecho me motivó. Tengo que hacer lo correcto. Si Tom Brady lo cree, yo también. Significó mucho que me dijera que veía potencial en mi persona".

¿Le constaste a alguien cercano esa conversación?

No, realmente. Siempre le dije a mis amigos que Tom era cruel conmigo.

¿Cómo describirías tu relación con Brady?

Tenemos una gran relación. Bromeamos en el vestario. Dentro del campo, tenemos una gran química y una gran conexión. Seguro, somos grandes amigos y sentimos que somos muy diferentes a cómo éramos en mi año de novato.

¿Qué le regalas a Tom Brady en Navidad?

Recepciones. Creo que es lo único que quiere. Realmente nunca le regalo nada. Quizá este año. Veamos primero qué me regala él.

Él dice que tú tienes la facilidad de no tomarte las cosas tan en serio. ¿Bromeas mucho con él?

A veces, él está muy serio en la práctica y yo bromeo, para que todos se rían. A veces, él me ve bromeando y se une, comienza a contar chistes y a bromear. Es bueno ver que se relaje, porque no puedes estar furioso todo el tiempo.

Alguna vez mencionaste que te encantaría ser niño de nuevo. ¿Cómo fue crecer en el hogar de los Gronkowski?

Fue muy divertido. Tengo cuatro hermanos, así que con ellos y con nuestros amigos jugábamos todo tipo de deporte en el sótano. Lo que fuera. Estábamos ocupados todo el tiempo.

¿Cuál fue la mejor lección que aprendiste de todo eso?

Me hizo fuerte física y mentalmente. Mis hermanos mayores me atacaban y mis padres dejaban que lo hicieran. No intentaban interrumpirlos, porque saldrían golpeados si intentaban entrometerse. Eso me hizo fuerte físicamente -porque mis hermanos me montoneaban- y mentalmente, porque debía ordenar mis pensamientos para enfrentarlos.

Aquí estás fotografiado al lado de gatitos. ¿Cómo es el lado suave de Gronk?

¿Mi lado suave? Me gusta acurrucarme.

¿Qué otra cosa desconoce la gente de tí?

No sé, quizá que soy adicto al ejercicio. Antes de dormirme, hago abdominales y lagartijas. Cuando veo televisión, hago lagartijas. Incluso, veo SpongeBob.

Así que miras el programa de SpongeBob, ¿Y te tiras al piso para hacer lagartijas?

Sí. Me tiro al piso y hago lagartijas. Todo tranquilo.