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Dream Teams en la Serie del Caribe

MIAMI (ESPNdeportes.com) -- La ardiente rivalidad
deportiva entre Puerto Rico y República Dominicana ha
sido el principal ingrediente que mantuvo viva en los
pasados 36 años la Serie del Caribe de béisbol, que
anualmente enfrenta a los campeones de la pelota
invernal caribeña.

Dominicanos y boricuas no solamente sostienen una de
las más duras rivalidades del béisbol internacional,
sino que además se han repartido a placer las coronas
disputadas en la segunda etapa de la Serie de Caribe,
dejando apenas migajas a México y Venezuela, los
otros dos participantes en el torneo.

La Serie del Caribe nació en 1949 (primera etapa) con
Cuba, Panamá, Puerto Rico y Venezuela. El torneo
colapsó en 1960, cuando Fidel Castro prohibió el
béisbol profesional en Cuba.

Dominicanos y mexicanos se unieron a venezolanos y
puertorriqueños para rescatar el torneo a partir de
1970 y desde entonces se han realizado 35 ediciones
del certamen.

Dominicana aparece como principal ganador con 15
títulos, seguidos de Puerto Rico con 14, mientras que
Venezuela y México están empatados con cinco títulos
cada uno.

La rivalidad beisbolistica entre dominicanos y
boricuas se ha mantenido en aumento debido,
principalmente, a la gran migración dominicana hacia
la Isla del Encanto.

Cada año, cientos de dominicanos arriesgan sus vidas
en el peligroso Canal de La Mona para tratar de
alcanzar un mejor porvenir en Puerto Rico, que ofrece
mejores condiciones de vida a sus habitantes debido a
su posición de estado libre asociado a los Estados
Unidos.

Aunque es muy difícil establecer la cantidad real de
dominicanos que viven en Puerto Rico, debido a que la
mayoría permanece en la clandestinidad e ilegalidad,
el número pasa de 200 mil con facilidad.

Esto permite que se produzca un fenómeno único en el
béisbol mundial cuando equipos dominicanos juegan en
Puerto Rico: Los aficionados del visitante igualan y
en ocasiones superan fácilmente a los locales en las
gradas.

Fue gracias a esa rivalidad, la huelga de peloteros de
Grandes Ligas, y a una necesidad urgente de ofrecer un
espectáculo atractivo al público puertorriqueño, que
no tenían la Serie del Caribe desde hacia 10 años, que
en 1995 se ensamblo uno de los equipos más poderosos
de todos los tiempos: El Dream Team de Puerto Rico.

Los Senadores de San Juan, reforzados, pusieron en el
terreno del Hiram Bithorn de San Juan a un estelar en
cada posición, incluyendo a algunos de los mejores
peloteros que había en las Grandes Ligas en esos
momentos.

El futuro miembro del Salón de la Fama de Cooperstown
Roberto Alomar se unió a Carlos Baerga, Bernie
Williams, Juan González, Edgar Martínez, Carlos
Delgado, Rubén Sierra, Rey Sánchez y Carmelo Martínez
en una alineación que destrozó a los lanzadores
contrarios, incluyendo a los abridores dominicanos
Pedro Martínez y José Rijo en el tercer y sexto día
respectivamente, para que Puerto Rico ganara invicto
con 6-0.

Las únicas dos derrotas de los Toros del Este de
Dominicana fueron ante Puerto Rico.
Esto provocó que los dominicanos se propusieran
ensamblar su propio Dream Team para la siguiente
edición, que se realizó en Santo Domingo.

Aunque no tan deslumbrante como los boricuas del '95,
el plantel qusiqueyano fue espectacular. Allí
estuvieron Raúl Mondesi, Moisés Alou, Stan Javier,
Henry Rodríguez, Gerónimo Berroa, Julio Franco, José
Vizcaíno, Pedro Martínez, Carlos Pérez, José Mesa y
Yorkis Pérez.

Pero lejos de ver jugar a un "Equipo de ensueño", los
aficionados dominicanos sufrieron una pesadilla y
abandonaron el parque Quisqueya luego de que los
locales cayeran en los primeros dos partidos antes de
concluir s participación con foja de 2-4.

Liderados por el derecho Esteban Loaiza y el jardinero
norteamericano Darryl Brinkley, los Tomateros de
Culiacán mexicanos capturaron su tercer título, en
tanto que Puerto Rico se ubicó en segundo lugar.

Sin embargo, desde 1996 en adelante, Dominicana
comenzó un dominio aterrador que le ha llevado a ganar
seis de las ultimas nueve confrontaciones caribeñas.

A la inversa, Puerto Rico ha ido desmejorando
paulatinamente al punto de que no gana desde el 2000 y
entrará a la cita de Maracay y Valencia el próximo
jueves con una mala racha que la ha visto caer en 13
de sus últimos 14 partidos.

En el aspecto individual, el club más ganador de todos
los tiempos es el Licey con nueve conquistas, seguido
por los Cangrejeros de Santurce, de Puerto Rico, con
cinco, y por las Aguilas Cibaenas, de Dominicana, con
cuatro.

Dominicana domina 43-33 la serie particular ante
Puerto Rico y estos dos países han necesitado de un
partido extra en tres ocasiones (todas en Puerto Rico)
para definir al campeon (1987, 1999 y 2003). El
choque final de 1999 podria ser considerado uno de los
partidos más grandiosos en la historia de la Serie del
Caribe.

En San Juan, Licey y Mayagüez terminaron empatados en
el primer lugar al final del calendario regular, que
incluyó dos encuentros entre ellos a casa llena en el
Bithorn.

El intermedista José Vidro pegó cuadrangular en la
primera entrada para que Puerto Rico tomara ventaja
1-0, pero los dominicanos empataron en el segundo con
sencillo remolcador de Willy Otañez y ampliaron a 4-1
cuando el inicialista David Ortiz despachó jonrón de
dos carreras en el tercer acto.

Los puertorriqueños hicieron dos carreras en la
séptima entrada y empataron con jonrón de Wilfrdo
Cordero en la novena entrada.

En el episodio número doce, Ferdinand Rodríguez
descargó un sensacional cuadrangular para dar ventaja
5-4 a los Indios.

En el cierre de la entrada, Luis Castillo, Henry
Rodríguez y Ron Belliard alcanzaron las bases,
preparando el escenario para un doblete ganador de
Ortiz, quien fue arropado por una multitud de personas
cuando llegó a la intermedia.

Nuevamente en el 2003, cuando la serie se jugó en
Carolina, el campeón dominicano (Aguilas Cibaeñas)
forzó un partido extra para doblegar a los locales
Indios.

Los Criollos de Caguas de 1987 anotaron cuatro
carreras en la séptima entrada y agregaron seis en la
octava para terminar apabullando 13-2 a las Aguilas
dominicanas en un partido extra y así conquistar la
corona.

En Maracay y Valencia, ciudades del centro-nororeste
de Venezuela que acogerán la edición del 2006, es
posible que ni Puerto Rico ni Dominicana sean los
favoritos, pero individualmente asumirán sus dos
enfrentamientos como duelos a muerte para mantener
viva una de las rivalidades más duras del béisbol.