Kevin Baxter
Especial para ESPN.com
18y

Una comunicación más fluida

SANTO DOMINGO-Cuando el fenecido Chico Carrasquel dejó Venezuela para unirse a los Medias Blancas de Chicago en 1950, se sabía apenas dos palabras en inglés: ham (jamón) y eggs (huevos). Ese vocabulario limitado dificultó el arte de la conversación, aunque sí podía pedir algo de comer. Entonces para combatir la soledad, se hablaba a sí mismo en el espejo.

"Tenía que hablar con alguien", solía decir el venezolano. "Y ese alguien era yo. "

Cinco décadas y media después, otro torpedero venezolano está en Chicago, sólo que esta vez Ozzie Guillén está dirigiendo a los Medias Blancas. Y el idioma vuelve a ser un tema relevante.

Pero esta vez se trataba de los jugadores de habla inglesa que podían sentir la tentación de hablarse a sí mismos. Bajo Guillén, era tan común escuchar español de una novela latinoamericana como SportsCenter en inglés del televisor en el clubhouse. Y el manager era tan propenso a estar charlando en español con la mitad de su cuerpo de lanzadores nacidos en Latinoamérica, como en inglés con la otra mitad nacida en los Estados Unidos.

Está claro que el béisbol ha avanzado mucho desde que los jugadores latinos pedían su comida al señalar las fotos de los platos en el menú, o jugaban lesionados porque no sabían expresar bien cuáles eran las molestias que sufrían. Tampoco ha habido otra opción para el juego, ya que casi un 25% de los jugadores en rosters de las mayores el Día Inaugural eran latinos, y casi un 40% de los en ligas menores venían de América Latina.

"¿De dónde vienen tantos peloteros?" pregunta Rafael Pérez, director de desarrollo internacional de los Mets, desde la academia del equipo en la República Dominicana. "Vienen de aquí."

Y ahora equipos como los Mets, Medias Blancas y Cleveland están haciendo cada vez más para ayudar a sus jugadores a hacer la transición del Tercer Mundo a la Serie Mundial, mucho más allá de un simple "yo lo tengo " (I got it) en inglés.

En el caso de los Indios y los Mets, por ejemplo, están enseñando ciencias, literatura y química.

"Los Indios dijeron que querían enseñar más que inglés ", dijo Lynette Nadal, profesora en la Northwood University en West Palm Beach, Florida, además de coordinadora educativa para Cleveland desde hace ocho años. "Porque si un jugador llega a Grandes Ligas, quieren que sea un jugador de cierta cultura frente a los medios. Queríamos peloteros con estudios y con la sabiduría de tomar las decisiones correctas en la vida."

Entonces el año pasado los Indios empezaron a mandar a la escuela a cada jugador en su academia en R.D., transportándolos a un colegio por autobús de tres a cinco días por semana, para realizar hasta tres horas y media de estudios. Para el final de ese primer año, tres jugadores habían completado la escuela primaria y cinco terminaron el bachillerato-un logro impresionante en un país donde menos del 40% de estudiantes elegibles siquiera se toman la molestia de asistir a la escuela secundaria, y mucho menos terminarla.

"Jamás pensé que terminaría el bachillerato. Pensé cuando firmé que sólo jugaría béisbol", dijo Luis Polonia Jr, hijo del ex ligamayorista y leyenda del béisbol dominicano. Como tantos otros prospectos, Polonia Jr. dejó la escuela para jugar pelota. "Pero pude terminar gracias a Cleveland. Somos afortunados."

Ahora si un jugador se lesiona y es dejado libre, tiene la opción de estudiar con miras a otra carrera, algo que hubiera sido imposible sin haber completado el bachillerato. De hecho un jugador, Angel Franco, se inscribió en una universidad local a sólo unas semanas de haber sido dejado libre por Cleveland. Otro, Janel Frías, pondera dejar el béisbol para estudiar medicina.

"Es algo positivo que nuestros jugadores se gradúen de la escuela, pero nuestra meta es hacer de ellos jugadores más completos ", dijo Ross Atkins, director de operaciones latinoamericanas de los Indios. "Su capacidad de aprender es crucial en su desarrollo como jugadores. Y un beneficio secundario es que deben llevarse algo para la vida, si al final no progresan en el béisbol.

La idea ha sido un éxito tan grande, que los Mets la copiaron durante el invierno, inscribiendo a sus prospectos dominicanos en las mismas clases en el Colegio Instituto Escuela, una escuela privada en un vecindario de clase media-alta en Santo Domingo. Allí los jugadores toman clases básicas como cívica, geografía, álgebra e historia, además de francés y informática básica.

Dice Valoree Valdez de Lebrón, hija de un oficial consular y directora de la única escuela en R.D. acreditada para dar las clases que querían los Indios y los Mets, que por lo menos dos equipos más han indagado sobre el programa. Ambos vacilaron cuando supieron el costo-casi US$800 por estudiante por nueve meses de clases, lo que equivale lo que gastan en sus academias para enseñar béisbol. Pero una vez sus graduados empiecen a hacer impacto en Grandes Ligas, Nadal y otros esperan que suba la cantidad de equipos interesados en el aspecto educativo.

"En el béisbol hay líderes y hay imitadores", reconoció Pérez, de los Mets. "Cleveland tuvo visión. La parte educativa ayudará a desarrollar a los jugadores…un pelotero con más cultura tendrá mayores posibilidades de llegar a las mayores. Y al mismo tiempo, creo que es lo correcto. Hay que tener algo de conciencia social también."

Podría ser el programa social más revolucionario que ha emprendido el béisbol desde que Nadal comenzó a ofrecer clases de inglés para los Bravos y los Expos durante la primeravera hace 16 años. Aquellas clases, que iban más allá del béisbol para incluir etiqueta para cenar, además de viajes a supermercados, bancos y el correo, son ahora obligatorias para todos los equipos de Grandes Ligas.

"La idea es béisbol, además de enseñar estrategias en la vida, a través de diálogos, diferentes actividades educativas, vocabulario y la realización de diferentes roles, todo en un solo paquete", dijo Nadal. "Los jugadores de los años 50 y 60, ellos aprendieron sí o sí. Los tiraron al mar y tuvieron que aprender a hablar inglés para sobrevivir. Pero también me pregunto cuántos simplemente no pudieron lidiar con esos retos."

El lanzador panameño de los Orioles, Bruce Chen, dijo que él hubiera sido uno de los que no sobrevivieron. Firmado por los Bravos a las dos semanas de cumplir 16 años, le hacía tanta falta su casa que una vez empezó a llorar durante una de las clases de Nadal. Cinco años después, está en la lista de destacados del decano en la Universidad de Georgia Tech, donde estudia ingeniería civil. El año pasado terminó segundo en la rotación de Baltimore con 13 victorias y efectividad de 3.83.

"Lo último que quieres es hacer muchas preguntas", recuerda Chen. "Si lo haces, luces como que no sabes nada. Teníamos demasiada vergüenza para reconocerlo."

Las lagunas culturales y de idioma se han manifestado en otras áreas también. Luis Castillo de los Mellizos, por ejemplo, sonó una alarma de fuego en un hotel de su equipo una vez porque pensaba que era dispensador de champú. Y el año pasado durante la primavera, varios jugadores de liga menor llegaron tarde para varias actividades del equipo, porque rehusaban ponerse la ropa ante cámaras de seguridad en sus habitaciones---las cámaras eran en realidad detectores de humo.

Sin embargo, la comida sigue como el problema mayor. No sólo se alimentó Carrasquel exclusivamente con jamón y huevos en la primera parte de su carrera, sino también que Chen recuerda que se limitaba a comer pizza para llevarse, porque sus compañeros de habla hispana no sabían pedir otra cosa. Pero al menos sabía lo que estaba recibiendo.

"En Clase A íbamos a McDonald´s y todos los latinos decían lo mismo cuando ordenaba la comida" recuerda el puertorriqueño Mike Lowell, de los Medias Rojas. "No sabían si estaban pidiendo pollo o una hamburguesa."

Y según Pérez, de alguna manera no hubiera importado en los Mets, un equipo que bajo el mando del gerente general dominicano Omar Minaya, no lo ha pensado dos veces a la hora de hacerle la vida más cómoda a sus prospectos latinos. Entonces, cuando Pérez se dio cuenta de que los Mets no servían mucho más que hamburguesas y pollo en sus instalaciones en la Florida, mandó a los cocineros a un restaurant dominicano en el área para que aprendieran a prepara yuca y plátanos.

"No le estamos dando un mejor trato que a los estadounidenses. Sólo que tenemos que entender de dónde vienen", dijo Pérez. Si el 30% de los jugadores son latinos, al comida debe reflejar eso y el 30% debe ser destinada a los latinos. Y le conviene también a los estadounidenses…es bueno que lo conozcan."

Ese deseo de que las culturas se conozcan es también la razón por la cual el equipo manda hasta cinco prospectos estadounidenses a R.D. cada otoño, para que puedan entrenar en su academia latina. Allí viven, comen y practican con jugadores que algún día podrían ser sus compañeros de Grandes Ligas. Ha sido una experiencia reveladora para ambas partes.

"La mentalidad hacia el pelotero latino en cuanto a la sensibilidad hacia su experiencia, eso tiene que cambiar ", dijo Pérez, dominicano que jugó en la Universidad de South Alabama, donde tuvo como compañero de cuarto a Luis González, de los Diamondbacks. "Si un jugador latino ve que tú haces un esfuerzo por conocerlos, ellos harán lo mismo. Creerán que los entiendes, y se sentrán más cómodos. Eso es normal."

Entonces Pérez ahora espera expander la idea, dando clases en diversidad cultural a coaches y mánagers de liga menor.

"Todo el tiempo tratamos de subir el nivel educativo de los jugadores latinos, pero no hemos hecho nada para ayudar a los coaches para que entiendan nuestra cultura", dijo Pérez, que una vez estuvo de gerente de proyectos para una compañía de cómputos, donde habí a gente de media docena de países. "Cuando desarrollas talento, si eres maestro, se trata de entender de dónde viene un individuo. Hay que comprender lo que lo motiva."

Pero mientras los Indios y los Mets son pioneros en la forma en que desarrollan a sus prospectos latinos, los Medias Blancas están cambiando la forma en que se hacen las cosas a nivel de las mayores. No sólo tienen a Guillén como manager, uno de dos dirigentes latinos en Grandes Ligas, también cuentan con un venezolano y un boricua en su cuerpo de coaches, y hasta tres traductores en el clubhouse a dario.

Eso creó un ambiente en que jugadores sensibles como José Contreras, Juan Uribe y Timoniel Pérez-que pasaron problemas en otros lados-triunfaron. Y eso rindió frutos para que Chicago ganara su primera serie mundial desde 1917, el primer título para un manager latino.

"Es bien distinto", dijo Contreras. "Conocemos a Ozzie como el manager, pero también lo conocemos como persona. Conocemos a su esposa y a sus hijos. Eso ha sido parte del éxito de este equipo, pero sobretodo con los latinos. La relación que tiene con nosotros y la confianza que nos da en el trreno…es mucho mejor."

Tampoco quiere decir esto que un manager estadounidense, o el jugador estadounidense, sea una especia en extinción. Aunque el número de jugadores foráneos se ha duplicado desde que se empezaron a mantener los récords hace unos años, más del 70% de los jugadores en rosters del Día Inaugural habían nacido en los Estados Unidos.

De cualquier manera, ha habido algunos cambios que jugadores de antes podrían valorar. Hace unos pocos meses, por ejemplo, Eric Reed de los Marlins se pasaba la mayor parte de su tiempo en un hotel de Santo Domingo, ya que no confiaba en su español para manejarse en la calle. "No es tan malo", comentó. "Si hago gesto a lo que quiero, me lo dan en los supermercados."

Enconces, ahí está. El cambio cultural en el béisbol ha dado un giro completo, con la caída de tantas barreras que los latinos encuentran un clubhouse acogedor en Chicago, y yuca y plátanos en los Mets, mientras que en el béisbol invernal, los estadounidenses se sienten algo perdidos. Y por supuesto, le conviene a los jugadores. Pero también a los equipos. ¿Necesitas una prueba? Pregúntale a los Medias Blancas.

Kevin Baxter es periodista nacional de béisbol para el Miami Herald y co-autor del libro Miracle sobre Miami: cómo los Marlins del 2003 Sorprendieron al Mundo. Se le puede contactar en el kbaxter@MiamiHerald.com. Para más sobre el béisbol dominicano y los programas educativos de los Mets de Nueva York y los Indios de Cleveland, pueden consultar http://www.miami.com/mld/miamiherald

^ Al Inicio ^