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Lo que pudo haber sido pero no fue

BERLIN (DYN) -- ¿Alguien que no fuera italiano podía imaginar, en la previa del Mundial, que el seleccionado que dirige Marcello Lippi sería el campeón?

Claro que no. De las potencias históricas, Italia era uno de los que más pagaba en las apuestas. El máximo candidato era Brasil, favorito al título como pocos equipos a lo largo de la historia, pero al cabo convertido en la gran decepción por su eliminación en cuartos de final a manos de Francia.

¿Alguien podía pensar que Ronaldinho, quien hasta hace un mes era considerado el mejor jugador del mundo, podía derrapar como derrapó? Por la inexpresividad del brasileño, la mayor decepción individual de la Copa, y porque ningún otro jugador llegó a descollar, el trono que durante muchos años supo pertenecerle a Diego Maradona quedó vacante.

Una variable que acaso nadie imaginaba, tratándose de un torneo en el que convivirían jugadores de la talla de Zinedine Zidane, Juan Román Riquelme, Lionel Messi, Wayne Rooney, Francesco Totti y Cristiano Ronaldo, entre otros.

Con delanteros como Ronaldo, Adriano, Andriy Shevchenko, Hernán Crespo, Thierry Henry, Ruud Van Nistelrooy y Raúl, ¿Podía esperarse que el goleador del Mundial fuera Miroslav Klose?

El alemán hizo cinco tantos, la misma cantidad que había anotado en Corea y Japón 2002, y se quedó con el Botín de Oro. Klose venía de una muy buena temporada en la Bundesliga con el Werder Bremen (anotó 25 goles), pero de ahí a pensar que sería el máximo artillero del Mundial...

¿Sonaba lógico que un crack en potencia como Messi fuera a permanecer más en el banco que dentro de la cancha? A contrapelo de la lógica, eso fue lo que finalmente ocurrió con el pibe del Barcelona.

Antes del Mundial, ¿no era poco menos que un acto temerario afirmar que la Argentina pasaría la primera ronda sin el más mínimo inconveniente? Pues bien, el equipo albiceleste superó el primer filtro con suma holgura y desactivó los pronósticos agoreros de quienes la veían eliminada en la fase inicial, al igual que en Corea y Japón 2002.

El de Alemania sería el Mundial en el que el fútbol africano por fin concretaría su anunciado despegue. Eso tampoco ocurrió. Costa de Marfil, Túnez, Togo y Angola ni siquiera atravesaron sus zonas y Ghana, el único que logró avanzar a octavos, cayó en esa instancia 3-0 frente a Brasil.

Alemania 2006 ya es historia. Como Italia no quedará en la memoria por haber desplegado un fútbol seductor, bien se lo podría recordar como el Mundial de lo que pudo haber sido, pero que finalmente no fue.

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