MÉXICO, D.F. -- Podría decirse que los Rayos del Necaxa sufrieron una transformación camaleónica para este campeonato, ya que contrataron refuerzos en todas sus líneas y después del pésimo torneo bajo la conducción de Enrique López Zarza, no era para menos.
La directiva prefirió mantener en el timón al técnico y llevar a sus filas nuevos jugadores, pues le urge a los hidrocálidos reponerse de tantos trancazos en el campeonato mexicano.
El ataque de los Rayos en esta ocasión es de envidiar, ya que América le dio a Kléber y Padilla, al tiempo que se sumó a la causa al mediocampista colombiano Frankie Oviedo, quien creemos que todavía tiene futbol para dar, aunque se decidió sacrificar a un hombre como Tressor Moreno.
También llegó de Pumas Gerardo Galindo, un joven con mucho juego en sus botines, y el experimentado central Joaquín Beltrán, así como un jugador de reciente ingreso en México, Nicolás Olivera.
En fin, que ya le hace falta a los de Aguascalientes emular sus hazañas de los 90, cuando su sede era la capital y eran considerado el equipo de la década.
De manera que luego de los resultados negativos del campeonato pasado, donde no calificaron a la liguilla, ahora se prepararon para ser protagonistas y por lo tanto comienza a temblar el sector Uno, ya que al ser el equipo más reforzado, se convierte automáticamente en uno de los más temidos.
PARA TENER EN CUENTA
LA FIGURA: Kléber Boas. Llegó del América en calidad de figura. Su única responsabilidad es hacer goles, todo está en que el brasileño se adapte y olvide su molestia por haber sido transferido sin su consentimiento.
LOS NUEVOS: Joaquín Beltrán, Gerardo Galindo, Osvaldo Lucas, Kléber Boas, Aarón Padilla, Frankie Oviedo, Nicolás Olivera (URU), Owaldo Lucas, Óscar Zea, Alexandro Álvarez, Ricardo Navarro
LOS QUE SE FUERON: Tressor Moreno, Fabián Peña, José Alberto Hernández, Ariel "Chupa" López
EL ENTRENADOR: Enrique López Zarza. Ya no hay excusas. La directiva no se atrevió a despedirlo, sino que por el contrario, le dio todo su apoyo y a López Zarza no le queda más que entregar buenas cuentas. Sobre todo que le armaron una delantera envidiable.