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El día que el fútbol giró 180 grados

Maradona se terminó de consagrar en el Mundial 1986 Getty Images

BUENOS AIRES -- Diego Maradona, el futbolista más famoso y del que más se escribió y habló en todos los idiomas en el último tramo del siglo XX, daba su primer paso hacia el estrellato hace treinta años, el 20 de octubre de 1976, cuando debutó en la Primera División del fútbol argentino.

Era un miércoles, y en el modesto estadio del Argentinos Juniors, donde se formó, 7.700 aficionados pagaron la entrada para ver el partido del equipo profesional del club frente al Talleres de Córdoba correspondiente al campeonato Nacional.

Pocos imaginaron que serían testigos de un hecho histórico y muchos más aseguraron haber estado allí esa tarde de calor agobiante. Sus parientes, sus amigos e incondicionales hinchas del Argentinos Juniors en el barrio de La Paternal estaban enterados de que, al menos, jugaría unos minutos, por que el técnico Juan Carlos Montes lo había convocado para ir al banco.

Faltaban diez días para que cumpliera los 16 años. Soñaba con ser campeón y jugar un Mundial, como lo dijo en una entrevista de la televisión en blanco y negro cuando asombraba en los torneos infantiles en los que participaba con el equipo "Los cebollitas", que dirigía su descubridor, Francisco "Francis" Cornejo.

Ganaba Talleres por 0-1 y estaba por terminar la primera parte del partido. "Montes, que estaba en la otra punta del banco, giró la cabeza hacia mí y me clavó la mirada como preguntándome '¿Se anima?'. Yo mantuve la mirada y esa, creo, fue mi respuesta. Enseguida empecé con el calentamiento y en el arranque del segundo tiempo entré", comentó Maradona años después en si libro "Yo soy el Diego".

"Vaya Diego, juegue como usted sabe, y si puede tire un caño" (pasar el balón entre las piernas del rival), le dijo el entrenador en el momento en que sustituía al mediocampista Rubén Giacobetti.

"Le hice caso: recibí la pelota de espaldas a mi marcador, que era Juan Domingo Cabrera, le amagué y le tiré la pelota entre las piernas; pasó limpita y enseguida escuché el 'Ooooole' de la gente, como una bienvenida", recordó "el diez", que ese día tenía la camiseta número 16.

Ese "caño" fue el recurso que lo marcó para siempre ante la afición argentina. Argentinos Juniors perdió el partido, pero a muy pocos le importó ese detalle. El país entero hablaba del pibe de oro en los días siguientes, y nunca dejó de hacerlo.

"Pelusa" o "Pelusita" era el apodo de aquel pequeño malabarista que, hasta pocas semanas antes del debut soñado entretenía a los espectadores en el descanso de los partidos que disputaba el equipo profesional del club, haciendo piruetas con una pelota que nunca dejaba picar en el suelo.

"Pelusa", Diego, o "el morochito" (pelo negro) de Villa Fiorito -donde comer todos los días era poco menos que una hazaña-, se convirtió rápidamente en Diego Armando Maradona, el astro del fútbol que asombró al mundo con sus genialidades en los campos de juego y sus desplantes al poder y que tuvo en vilo a millones de aficionados y admiradores con sus problemas con la droga.

Varios títulos de campeón coronaron su carrera: en el Mundial Sub'20 de Japón'79 con la selección Argentina; en la Liga de su país con el Boca Juniors en 1981; en el Mundial de México'86 con la selección absoluta de Argentina y dos veces en la Liga de Italia, 1986-87 y 1989-90, con el Nápoles.

También fue campeón de la Copa del Rey con el Barcelona en la temporada 1982-83, y más tarde de la Copa de la UEFA y de la Copa de Italia con el Nápoles.

Volvió a jugar en España con el Sevilla en los años noventa y en su país vistió, en un período breve, la camiseta de Newell's Old Boys. Sin haberse retirado como futbolista, fue entrenador de Racing de Avellaneda y de Deportivo Mandiyú de su país.

En 1993, cuando la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) celebró el centenario de la organización de ese deporte en el país, sus dirigentes determinaron que Maradona había sido el mejor futbolista argentino de la historia y le dieron un premio.

Un año después, la AFA dispuso retirarlo del Mundial de Estados Unidos'94 tras el resultado positivo de un control antidóping al que fue sometido en Boston al terminar el partido Argentina-Nigeria.

Esa misma entidad quiso en 2001 completar el reconocimiento que hizo en 1993 y retirar la camiseta número diez -con la que estuvo identificado durante toda su carrera- de las selecciones nacionales, medida con la que Maradona dijo haber soñado alguna vez. La FIFA se opuso.

Maradona se retiró el 25 octubre de 1997 como jugador del Boca Juniors -en momentos en que se sospechaba que había dado positivo otra vez-, tras ser sustituido en un clásico Boca-River por Juan Román Riquelme, quien durante varios años fue señalado como su sucesor en la selección.

A principios de 2000 estuvo al borde de la muerte al sufrir una crisis cardíaca en la ciudad uruguaya de Punta del Este y vivió varios años en Cuba, donde se sometió sin rigor alguno a un tratamiento por su adicción a las drogas.

En aquellos tiempos su vida fue un calvario, sometido por el consumo de drogas que redujo al mínimo su capacidad cardíaca y su capacidad de resolución, y le llevó a la ruina económica.

Tocó fondo en 2004, cuando una recaída le dejó postrado en una clínica de Buenos Aires, alrededor de la cual se reunieron multitudes para manifestar su idolatría por el futbolista más importante de la historia argentina.

Se recuperó, bajó de peso, fue el presentador de un exitoso programa de televisión, le pagan fortunas por su participación en anuncios publicitarios y comenzó a jugar partidos amistosos de veteranos con los que gana más dinero que muchos futbolistas profesionales en el mundo. El día 30 de este mes cumplirá 46 años.