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A un paso de la meta

Wainwright, Molina y Pujols celebran la victoria AP

SAN LUIS -- El primera base dominicano Albert Pujols disfrutó más que nadie el triunfo por 5-4 que los Cardenales de San Luis lograron en el cuarto partido de la Serie Mundial, aunque su aportación en el apartado ofensivo no fuese la más destacada.

"No importa lo que haya hecho esta noche con el bate, lo que cuenta es que hemos logrado una gran victoria con un béisbol de equipo y en el que David Eckstein ha surgido como un gran héroe para demostrar el gran jugador que es", declaró Pujols. "El triunfo era muy importante para nosotros porque nos permite mantener la ventaja de campo".

Pujols, que se fue en blanco en dos turnos al bate después de recibir dos bases por bolas, mantuvo la misma filosofía del principio de la Serie Mundial, que su única preocupación era ir partido a partido.

"Ahora hemos logrado tres triunfos que nos colocan más cerca del título de la Serie Mundial, pero nos falta el decisivo, que es el cuarto y por eso tenemos que seguir más concentrados que nunca y pensar sólo en el quinto partido como tal", destacó Pujols.

El primera base dominicano tal vez ha oído hablar de la Serie Mundial de 1968 cuando los Cardenales también tenían una ventaja de 3-1 frente a los Tigres y se quedaron sin el título de campeones al perder el "Clásico de Otoño" por 4-3.

Pujols que estuvo como siempre impecable en el juego defensivo, reconoció que el equipo había jugado un gran béisbol en los momentos decisivos para poder remontar la desventaja de 0-3 con la que se pusieron al concluir la parte alta de la tercera entrada.

"No es fácil hacerle carreras a un equipo como los Tigres y con un lanzador como Jeremy Bonderman que dominaba con su recta desde el montículo", comentó Pujols. "Ahora debemos descansar al máximo esta noche para estar listos mañana cuando lleguemos de nuevo al parque, sin pensar lo que sucedió en 1968".

El receptor boricua Yadier Molina, de 24 años, volvió a confirmar el gran momento por el que atraviesa con el bate al irse de 2-1 con impulsada y recibir dos bases por bolas.

"Ha sido un gran partido, con todos los elementos que hacen que los fanáticos disfruten, y al final conseguimos una gran victoria", comentó Molina. "Hemos dado un gran paso, pero tenemos que seguir haciendo mejor que nunca las cosas para alcanzar el gran objetivo del título de la Serie Mundial".

Los Cardenales, que buscan su primer título de la Serie Mundial en 24 años, lo ganaron en 1982, tendrán la oportunidad de conseguirlo mañana, viernes, cuando disputen en el mismo escenario del nuevo Busch Stadium el quinto partido del "Clásico de Otoño" que se juega al mejor de siete.

"No estamos pensando en el título sino en volver a jugar el mejor béisbol como equipo para ver luego lo que sucede al final del partido", comentó el manejador de los Cardenales, Tony La Russa. "Es ahora cuando menos tenemos que perder la concentración y pensar sólo en el juego".

La Russa reconoció que el triunfo logrado en el cuarto era "muy importante" porque no sólo estaba en juego el ponerse a otro más del título sino que mantenían la ventaja de campo.

"Nuestro objetivo no es volver a Detroit y para evitarlo teníamos que lograr la victoria en el cuarto partido y luchar el quinto por conseguir el mismo resultado", valoró La Russa.

El veterano manejador de los Cardenales reconoció que todo el equipo hizo un gran trabajo, pero que la explosión de bateo que aportó Eckstein fue decisiva.

"La clase de Eckstein es indiscutible, pero una vez más surgió en el momento que más lo necesitó el equipo", señaló La Russa. "el conseguir la primera carrera en la parte baja del tercer episodio fue el momento clave para comenzar nuestra recuperación y no quedarnos fuera del partido".

Por su parte, Jim Leyland, el manejador de los Tigres, reconoció que su equipo se mereció mejor suerte, especialmente después de haber surgido con una ventaja de 3-0, pero el error cometido en l aparte baja del séptimo episodio que permitió a los Cardenales anotar dos carreras iba a pesar como una losa.

"Supimos reaccionar para empatar el marcador, pero nos quedamos cortos en el octavo y los Cardenales supieron aprovechar una vez más todas las oportunidades que le dimos para que anotasen", agregó Leyland. "No es ningún secreto que tenemos que ganar el quinto partido".

Leyland dijo que su equipo iba a luchar hasta el final y en el quinto partido saldrían más que nunca con la mentalidad ganadora, además recordó lo sucedido en 1968 entre ambos equipos y en 1985 cuando los Cardenales también con la ventaja de 3-1 perdieron por 4-3 la Serie Mundial frente a los Reales de Kansas City.