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Un año para el recuerdo

BUENOS AIRES -- El año futbolístico que acaba de terminar fue uno que tuvo una primera mitad predecible y otra que fue decididamente ilógica.

De los cuatro campeones que tuvo el fútbol argentino, dos de ellos, al inicio de sus respectivos campeonatos, claramente no estaban en el lote preferencial. Pero el hecho de conseguir una cierta continuidad en el juego hizo que ganaran en confianza, esa que los llevo, ahora sí lógicamente, al titulo.

San Lorenzo, con la confianza que le dio su director técnico, de a poco se afirmó y empezó a ganar partidos que antes ni los jugadores mismos se sentían capaces de hacerlo. Esa confianza en las propias fuerzas fue un plus suficiente para hacer la diferencia con sus rivales directos, que estaban más preocupados por la Copa Libertadores.

Claro que luego del Clausura le costo mantener esa regularidad. Así cayó eliminado en la Copa Sudamericana de arranque, y esa pequeña crisis de confianza y de resultados hizo que también se entregara en el Apertura. A pesar de eso, fue el equipo que más puntos gano a lo largo de todo el año.

Lanús hizo el camino inverso: tuvo un correcto Clausura, pero un comienzo del Apertura bastante difícil, en el que hasta hubo un gran cuestionamiento hacia algunos jugadores.

Pero de a poco, fue ganando regularidad, con un juego prolijo y parejo que en los partidos claves le sirvió para hacer la diferencia y coronarse muy merecidamente.

En el frente internacional, las copas nos dejaron dos grandes campeones.

La Copa Libertadores tuvo a un Boca Juniors que, en algunos partidos, pero sobre todo en los decisivos, demostró un gran nivel de juego y mucha personalidad. Salvo en la revancha de octavos contra Vélez Sarsfield, donde se lo vio dudar un poco, mostró una gran diferencia con respecto al resto de los equipos.

Su pico lo alcanzó en las dos finales, con Juan Román Riquelme como abanderado de un muy buen juego, cortando así la hegemonía que tuvieron los brasileños en los últimos dos años.

Por su parte, la Copa Sudamericana fue el escenario para que se luciera, inesperada pero merecidamente, un Arsenal que no titubeó ante los poderosos. Comenzó eliminando a San Lorenzo, el campeon del Clausura, para seguir con otros grandes del continente como Chivas de Guadalajara, River Plate y, finalmente, el América de México.

A mitad de año cambio la mitad del efectivo y demostró que con trabajo e inteligencia, además de contar con buenos jugadores, se pueden lograr cosas importantes.

Para el fútbol argentino a nivel de clubes, faltó coronar un gran año con la última competencia en orden cronológico: la Intercontinental, ahora con nuevo formato y nombre, el Mundial de Clubes.

Ahí, un Boca por debajo de su nivel de Copa Libertadores y sin Riquelme, se resignó ante un AC Milan bastante discreto - para muestra está su posición, en la mitad de la tabla, en el campeonato italiano.

Fue una lástima que, tras un buen primer tiempo, Boca luego cayera en las sombras en el segundo y dejara que un Milan con más confianza se llevara la competencia luego de tantos años de sinsabor.

Ahora que dejamos atrás lo que vimos y vivimos en 2007, les quería contar cuáles son mis tres deseos para el año futbolístico que se viene.

  • Que los partidos sean más abiertos, para que eso ayude a que los que creen que no tienen posibilidad sepan que sí las tienen. Como muestra va el Apertura, en el que cuatro de los cinco primeros son los llamados "equipos chicos", incluso con la coronación de uno de ellos por primera vez.

  • Que los árbitros tengan más personalidad y no tanto compañerismo. En un partido de fútbol tiene que haber una autoridad, tal como en una familia, a la que se la aprecie pero también se la respete.

  • Y aquí va el más ansiado, que es el de ver familias que van al estadio a disfrutar de un partido como tiene que ser, y no como ahora, donde existe la incertidumbre por saber si vuelven todos a su casa. Les estoy hablando de seguridad para los normales, y que los que no lo son, que no vayan más a la cancha.

    Ojalá que se me cumplan, dado que quiero mucho al fútbol, y ya empiezo a extrañar cosas de mi niñez donde empecé a amar este deporte.

    Les deseo Feliz Navidad a todos y un 2008 lleno de salud, una riqueza que sólo cuando no la tenemos nos damos cuenta de lo importante que es.

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