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Jaque Mate

Joel Casamayor (der) recibía el implacable castigo del mexicano Juan Manuel Márquez AP

MÉXICO -- Para los que gustan de las peleas tácticas, y de la técnica boxística en todo su esplendor, lo vivido el sábado por la noche en el MGM de Las Vegas, Nevada, fue simplemente espectacular.

Después de observar a Juan Manuel Márquez y Joel Casamayor, dos veteranos que rebasan los 35 años de edad, me convenzo más de que el elemento más subestimado en el boxeo es el cerebro, la inteligencia.

Estos dos magníficos exponentes del pugilismo latinoamericano, se han mantenido a lo largo de los años en los primeros planos gracias a una soberbia técnica, pero sobretodo, porque son más inteligentes que sus rivales.

Fue una auténtica delicia observar el desplazamiento de ambos en el cuadrilátero, era como un juego de ajedrez entre dos grandes maestros.

Márquez consiguió una victoria gigantesca en su ya de por sí fantástica carrera. Noquear a Casamayor es algo que nadie había logrado en un cuadrilátero. Y lo hizo en la división del cubano, en el peso ligero, en donde Márquez apenas debutaba. Se temía que Márquez perdiera velocidad, pegada y resistencia, pero demostró muchas cosas en el fin de semana de la independencia de México.

Juan Manuel Márquez venía de una dolorosa derrota por decisión dividida ante el filipino Manny Pacquiao. Márquez sabía que no podía ligar fracasos si quería volver a enfrentar algún día al Pacman. Y vaya manera de gritarle al mundo, que a sus 35 años está más vigente que nunca.

El combate inició con acción, con un Casamayor veloz, certero y agresivo. Mientras Márquez trataba de entender los movimientos del cubano, estudiando su timing y preparando su ofensiva.

Casamayor, dominó los primeros episodios gracias a su mayor alcance, fortaleza física y a esa izquierda privilegiada que le ha abierto el camino en tantas batallas. Sin embargo a la mitad de la pelea, Márquez ya dominaba en base a mejores y más largas combinaciones que se impactaban en el rostro del cubano.

Y aquí, es donde me gustaría detenerme un poco. Casamayor sorprendió a muchos al presentar un plan de pelea agresivo, atípico en su conducta, pues, normalmente, El Cepillo impacta y se mueve, ahora, conectaba, y se movía poco, tomó la iniciativa en muchas partes de la pelea y por momentos hizo boxear hacia atrás al mexicano.

La gran diferencia entre el boxeo de uno y otro, fue la manera de aterrizar sus golpes. Casamayor lanzaba el 1-2 con buenos resultados, además de su relampagueante gancho de izquierda. Sin embargo, con el paso de los rounds, Márquez logró intuir, anticipar y bloquear la mayoría de los embates de su rival.

Al mismo tiempo, Márquez comenzó a establecer lo que por años lo ha hecho famoso y muy difícil de vencer: combinaciones. Y combinaciones a dos manos de 3, 4 y hasta 5 golpes. Se pueden evitar 1, 2 ó 3 de esos intentos, es una ráfaga precisa de impactos en diferentes partes del cuerpo y con diferentes trayectorias, el problema de las combinaciones largas para el que las defiende, es que posiblemente, el cuarto o quinto puñetazo ya no se "vea", y eso fue lo que empezó a ocurrir.

Márquez, comenzó a tomar confianza y a soltar las manos. Esto provocó un corte sobre el ojo derecho y una herida en el puente de la nariz del cubano. Pero el mexicano no vivía en un lecho de rosas, acabó con el ojo derecho muy inflamado, producto de la puntería y repetición de la izquierda de Casamayor.

Para el séptimo round, todo parecía indicar que el mexicano estaba abriendo una brecha importante, sin embargo, Casamayor regresó para volver a equilibrar el combate.

Pero, Márquez, inició su letal ofensiva al cuerpo que terminó por lastimar a Casamayor. Márquez, entendió en algún momento que había concentrado su ataque en el rostro y que había olvidado su ofensiva a la parte media. En cuanto aumentó el volumen de castigo a las zonas blandas, la pelea se abrió, dio un giro total.

Era otro motivo de preocupación para Casamayor, ahora tenía que cuidarse del castigo arriba y abajo, y al mismo tiempo ofender a su rival.

En el undécimo Márquez conectó con una derecha brutal que envió a la lona al cubano, quien se levantó valientemente para continuar el combate, sin embargo, una salvaje ofensiva del mexicano acabó por derribar otra vez al isleño, quien cayó lastimado y fuera de combate.

Así, se había decretado el nocaut a favor de Márquez. Era la primera vez que Casamayor era noqueado en su ilustre carrera.

Márquez, demostró a propios y extraños el nivel que tiene. Márquez, demostró que pertenece al salón de la fama. Márquez, demostró que es el mejor peleador mexicano de la actualidad si a condiciones, habilidades y trayectoria nos referimos. Márquez, demostró que es un fuera de serie, un personaje callado, respetuoso, apegado al gimnasio y sumamente profesional, a quien no se le conoce un sólo escándalo fuera de los cuadriláteros (cosa que por momentos llega a ser hasta común y frecuente en éste medio).

Honor a quien honor merece, Casamayor, cayó como los grandes, haciendo un combate digno, nunca huyendo al pleito y buscando con esto, tener acceso a las grandes peleas que por muchos años se le negaron.

Casamayor nunca había sido noqueado en su carrera, a pesar de haberse enfrentado a verdaderas bestias de la división como Acelino Freitas, Diego Chico Corrales o José Luis Castillo. Sin embargo, lo de Santacruz había evidenciado que los mejores años del cubano habían quedado atrás y posteriormente Katsidis envió el primer aviso de lo que podía seguir.

Si bien Casamayor derrotó al australiano de manera convincente, también hay que mencionar sin afán de molestar a nadie, que Katsidis, es un peleador unidimensional, es decir, sólo sabe atacar, pero no se sabe defender y para triunfar en las grandes ligas, lo menos que puedes hacer es quitarte los golpes de encima.

Para finalizar, La estupenda pelea entre Casamayor y Juan Manuel Márquez fue sumamente cerrada, tan es así que dos de los tres jueces tenían empatado el combate después de 10 episodios 95-95, y otro llevaba 97-93 a favor del mexicano, Mientras la de un servidor, apuntaba 96-94 a favor de Márquez.

Casamayor aceptó la derrota como todo un caballero demostrando que las bravatas de la promoción fueron sólo eso, una promoción para calentar la función. Al mismo tiempo, el mexicano reconoció la capacidad y dureza del isleño.

Ya veremos qué sigue en el destino de ambos, por lo pronto, Casamayor, a descansar, y posteriormente a cerrar con broche de oro una magnifica carrera.

Para el Dinamita Márquez se manejan los nombres de Nate Campbell y Juan Díaz mientras termina el circo De La Hoya- Pacquiao.