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El Rey está conforme

LeBron James

(Getty Images)

El año pasado, perdieron ante los Celtics en los playoffs. Ahora, LeBron y los Cavaliers quieren el título

Cuando se encendieron las luces y comenzaron a rodar los créditos al finalizar el estreno de un documental sobre él y sus viejos amigos en el Toronto International Film Festival el mes pasado, LeBron James admitió abiertamente que tuvo que secarse las lágrimas.

Según LeBron, fue la primera vez que se permitió llorar desde que estaba en el octavo grado y su equipo de AAU perdió el juego de campeonato nacional cuando él falló el tiro final.

Es difícil contradecirlo, pero no cabe duda de que algún lagrimón se le habrá escapado frente a su casillero en el TD Banknorth Garden en mayo. Agotado tanto física como mentalmente tras el ajustado Juego 7 que terminaron perdiendo ante los Celtics, fue un cierre difícil para una campaña que podría haber sido su mejor temporada individual en cinco años de carrera. Fue un momento muy emocional para James, quien casi le regala a su equipo un triunfo realmente inesperado en playoffs por segunda campaña consecutiva.

Una hora después, subió al podio en la sala de conferencias de prensa y, con el gerente general Danny Ferry y el propietario de los Cavs, Dan Gilbert, parados detrás suyo, dijo abiertamente que debían mejorar el roster. Algo así como lo que hicieron los Celtics para consagrarse campeones.

Durante el transcurso del verano, Ferry realizó un canje para incorporar al alero Mo Williams, renovó los contratos de los escoltas Daniel Gibson y Delonte West, disparando la nómina de Gilbert a más de 90 millones de dólares, y seleccionó a dos grandotes prometedores en el draft, J.J. Hickson y Darnell Jackson. Casi todo esto sucedió mientras James estaba en China con el Equipo de Redención.

No podemos decir que haya sido una renovación al estilo Celtic, pero cuando James llegó a casa con una medalla de oro en la mano, su actitud había cambiado mucho. Se mostró muy efusivo en su entusiasmo por la próxima campaña.

"Éste es el equipo más profundo y talentoso que hemos tenido desde que yo estoy aquí", dijo James. "Nunca he estado tan ansioso antes de empezar una campaña. Tenemos una gran oportunidad de competir por el campeonato".

¿Son los Cavs realmente mucho mejores que aquel conjunto que compiló una marca de 44-38 y fue eliminado en la segunda ronda la temporada pasada? ¿O simplemente se trata de un caso de euforia de pretemporada combinada con la satisfacción de llevar el oro olímpico en el cuello? Tal vez sea un poco de los dos.

Delonte West

Getty Images

El escolta Delonte West y el resto de los perimetrales deberán tomar decisiones importantes

Los Cavs tropezaron con una gran variedad de contratiempos la temporada pasada, algunos por su culpa y otros no. Los holdouts de Sasha Pavlovic y Anderson Varejao hace un año los despojaron de la magia que traían de su primera aparición en las Finales en el 2007.

El campo de entrenamiento se llevó a cabo bajo una nube negra, y encima después emprendieron un viaje a China por 10 días que les desajustó por completo los relojes internos tan sólo dos semanas antes del inicio de la campaña. Los Cavs luego enfrentaron el calendario más difícil que hayan tenido en noviembre con 10 juegos afuera de casa. Después de eso, James se lastimó un dedo, lesión que lo dejó afuera de cinco partidos consecutivos y disparó un derrape que duró desde fines de noviembre hasta principios de diciembre. En total, James se perdió siete partidos y hubo dos que no pudo terminar por lesiones la temporada pasada, y los Cavs los perdieron todos. Fue la mayor cantidad de partidos que James se ha perdido en una campaña por lesiones.

Así fue que arrancaron con una negativa de 9-13, marca de la que el equipo nunca pudo recuperarse por completo. Especialmente porque una vez que Pavlovic y Varejao firmaron, ambos estuvieron afuera mucho tiempo por lesiones. El centro Zydrunas Ilgauskas nunca se había perdido tantos juegos en seis años de carrera por lesión, y los Cavs tuvieron que seguir lidiando con un calendario caprichoso. Por ejemplo, de las 21 instancias en las que jugaron partidos en días consecutivos, tuvieron que disputar el segundo juego fuera de casa. Terminaron dichos partidos con una marca de 5-12.

A eso debes sumarle varias semanas de inestabilidad causada por el importante intercambio de 10 jugadores en febrero, mediante el cual llegaron West, Ben Wallace, Wally Szczerbiak y Joe Smith.

Así que tal vez no se merecían más que el cuarto sembrado del Este en la postemporada, pero los Cavs sentían que eran mejores de lo que decía su marca. Reafirmaron este punto de vista al despachar a los Wizards en la primera ronda de la postemporada y plantarles un gran desafío a los Celtics en la segunda.

Con bastante más estabilidad en el roster este mes de octubre, sin 15 horas de vuelo en avión ni giras de seis juegos por el Oeste en la segunda semana de la temporada, los Cavs creen que tendrán un inicio más fácil. Eso no dice nada sobre lo que realmente esperan corregir; las masivas dificultades ofensivas que han sufrido a lo largo de varias campañas.

Con Williams, los Cavs creen que podrán levantar un poco el ritmo del equipo cubriendo dos necesidades: una segunda alternativa anotadora y algunas canastas fáciles en transición.

No será Chris Paul o Steve Nash, pero Williams es el mejor armador ofensivo que los Cavs han tenido desde que canjearon a Andre Miller por Darius Miles en el 2002. Además, cubre otro hueco en el roster que los estaba lastimando. Más allá de James, quien ganó el título de anotaciones la temporada pasada, los Cavs no tenían otro jugador capaz de crear su propio tiro.

Esta falla, por la que los aficionados y los analistas se vienen lamentando durante años, hacían de los Cavs un equipo fácil de marcar en media cancha ya que simplemente dirigían todas sus marcas a James y las cosas se estancaban.

"Mi trabajo aquí es empujar el balón y mover un poco las cosas", dijo Williams. "Eso es lo que hago. Lo he estado haciendo durante toda mi carrera así que no es nuevo para mí".

Aunque se sometió a dos cirugías durante la temporada baja, una en el pulgar y otra para reparar una hernia deportiva, Williams ha sido el punto culminante de la pretemporada. Alentado por el entrenador Mike Brown, ha empujado el balón en cada oportunidad que ha surgido tanto en los partidos como en las prácticas. Incluso tomó a un par de compañeros por sorpresa iniciando contraataques rápidos después de anotaciones, una técnica hasta ahora desconocida en los Cavs.

Con la combinación de West, quien sobresale por su manejo de balón con gran velocidad, y Gibson, quien ha ganado agilidad al operarse una lesión crónica de tobillo este verano, los Cavs sienten que tienen una nueva dinámica ofensiva esta temporada.

Brown incluso ha ajustado sus principios defensivos planeando una alineación de tres escoltas para presionar -- una táctica que no usa casi nunca. Eso incluye algunos planes de usar a James como ala-pivote en una alineación baja.

"No digo que intentaremos ser como los Suns o los viejos Kings, anotando en siete segundos", dijo Brown. "Pero ahora tenemos un personal diferente y esto les sienta bien. Intentamos sacarle provecho".

Lo que parece es que los Cavs están intentando aprovechar todo el talento de James. En la posición de ala-pivote con un armador ofensivo, se asemeja al estilo con el que se destaca en el Team USA -- estilo que disfruta pero casi nunca juega durante la temporada de NBA.

Si funcionará o no, es cuestión de conjeturas. Hasta ahora, Brown ha logrado que sus equipos defiendan con un nivel de primera pero no ha tenido éxito como instructor ofensivo. Williams tuvo algunos problemas de química con Michael Redd en Milwaukee y reconoce que no se ha comprometido demasiado con la defensa estas últimas campañas. Los dos grandotes titulares de los Cavs, Ilgauskas y Wallace, ya pasaron los 30 hace rato y no parecen estar preparados para correr.

No obstante, James está en mejor forma que nunca, el calendario es más favorable y si hay algo que al equipo no le falta es optimismo.

"Ahora no tenemos excusas", dijo James. "Deberíamos poder salir a dominar".