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El valor de la experiencia

BUENOS AIRES -- Agustín Calleri es un tenista tan brillante como impaciente. Su filosofía es tirar, tirar y tirar. A veces acierta y obtiene las victorias más increíbles. A veces falla, y pierde con jugadores a los que debería vencer. Pero es fiel a una filosofía. Y tiene un corazón enorme, un espíritu de lucha gigante. Y unas ganas de ganar que se le notan desde siempre.

Hoy, este cordobés de 32 años, nacido en Río Cuarto, no goza de su mejor presente. Pero quiere ser parte de una serie histórica. Se ilusiona con jugar el dobles y con lograr lo que no logró ante Rusia en 2006: ganar su punto y ganar la serie.

PALO Y PALO
Calleri tiene un largo recorrido en el circuito de la ATP. Su primer triunfo fue hace un poco menos de 10 años, ante Jan Vacek en Roland Garros '99. Ese año llegó a cuartos de final en Umag, llevó al gran Pete Sampras a dos tie-breaks en la tercera ronda del US Open y ganó tres challengers. Fue su presentación entre los grandes.

En los años siguientes alternó títulos en challengers y buenas actuaciones en torneos sobre polvo de ladrillo. Terminó entre los primeros 50 del mundo en 2002, año en el que tuvo dos match-points frente a Nicolás Massú en la final de Buenos Aires, y en el que llegó a los cuartos de final del Masters Series de París.


En 2003 logró su primer título: en Acapulco, después de ganarle la final a Mariano Zabaleta y alcanzó el mejor ránking de su carrera: el N° 16. Ese año también llegó a la final de Estoril (perdió con Davydenko) y a la del Masters Series de Hamburgo (cayó con Coria). Fue el año en que venció al N° 1 del mundo, Juan Carlos Ferrero, en la Copa Davis, en España y por semifinales.

En 2004 perdió otras dos finales sobre polvo: Costa do Sauípe y Amersfoort. Pero su segundo festejo llegaría en 2006, en Kitzbühel, también frente a un compatriota: Juan Ignacio Chela.

Desde entonces, no ha tenido mayores alegrías en el circuito: apenas ganó este año el título de Buenos Aires en dobles, y también llegó a la final de la modalidad en Acapulco. Ahora espera pegar el grito más grande de su carrera, en el nombre de un país.

EN LA DAVIS
Cuando Agustín comenzó su odisea en la Copa Davis, el panorama de Argentina era muy distinto al que tiene hoy en día. De hecho, el Gordo debutó en un repechaje para mantener la categoría en el Grupo Americano I. Fue en el 2000, en Canadá. En esa serie ganó el primer punto ante Sebastien Lareau y perdió el último frente a Daniel Nestor, cuando la derrota en el match ya era un hecho. También durante ese mismo año ayudó a que, finalmente, el país mantuviera la categoría al vencer a Colombia en Bogotá.

En 2001 fue parte de las dos series previas al regreso del equipo al Grupo Mundial: jugó el dobles en una victoria contra México y el dobles más el quinto punto de singles en un triunfo contundente -esta vez en casa- frente a Canadá. No estuvo en el equipo que le ganó a Belarús para asegurar la vuelta a los primeros planos.

De ahí en adelante alternó titularidades, suplencias y ausencias en un equipo que comenzó a contar con más variantes. Apareció la generación de Nalbandian, Coria, Gaudio, Cañas y Acasuso, y Agustín comenzó a tener menos chances en el equipo. Sin embargo, participó en un par de instancias trascendentales.

Sin ir más lejos, en 2003 jugó dos puntos frente a España, en Málaga. Aunque el de Río Cuarto no había estado en las series anteriores, después de estar 2-0 abajo en el primer día de aquella serie, Argentina dispuso que jugara la dupla Calleri-Arnold para el dobles: fue victoria ante Corretja y Costa. Como si eso hubiera sido poco, Calleri jugó al día siguiente el partido de su vida y le ganó -en su casa y sobre su superficie favorita, la arcilla- al entonces número uno del mundo, Juan Carlos Ferrero. Pero Argentina perdió el quinto punto y su esfuerzo no sirvió para alcanzar la final.

Tendría su revancha. Después de participar en la victoria ante Marruecos -ganó un single y el dobles- y la derrota ante Bielorrusia -cayó en singles y en dobles-, ambas como visitantes, ambas en 2004, y de jugar apenas un single de primera ronda ante República Checa en 2005, Calleri volvió a ser un miembro regular del equipo en 2006.

Ese año jugó el dobles de primera ronda ante Suecia (victoria, junto con Nalbandian), el single ante Croacia en cuartos (cayó con Ljubicic) y el dobles (también con Nalbandian) de la semi ante Australia. Además, agregó otra victoria en singles cuando ese duelo de semis ya tenía su destino escrito. Para coronar el año, fue parte del equipo finalista en Moscú, aunque sólo participó del dobles y cayó -junto con Nalbandian- ante Safin y Tursunov.

Este año sólo estuvo ante Gran Bretaña, serie en la que logró una victoria importante ante Bogdanovic y una derrota que ya no importaba frente a Jamie Murray. No estuvo en el equipo frente a Suecia y tampoco contra Rusia.

Su regreso será en la final. Su segunda final. Quizá la experiencia le sirva para, esta vez, lograr el festejo tan deseado.