<
>

El clima está espeso

MAR DEL PLATA -- Dolor, bronca, resignación, un fastidio tremendo. La derrota argentina en la final de la Copa Davis, en casa y ante una España sin el rey Rafael Nadal, pegó durísimo en el equipo. No fue una caída más, ni mucho menos, ya que se perdió el invicto de 10 años de local. Y vaya si lo reconoció el capitán Alberto Mancini, quien se mostró enojado en la conferencia de prensa y dejó muchísima tela para cortar.

El entrenador apareció acompañado únicamente por José Acasuso, que venía de perder con Fernando Verdasco el cuarto y decisivo punto, que marcó el 3-1 a favor de los visitante. Le preguntaron por qué faltaron David Nalbandian, Juan Martín del Potro y Agustín Calleri y contestó que les avisaron que sólo debían ir él y Acasuso. "No hubo otra razón", fue su lacónica respuesta.

Uno de los temas más picantes fue el de la supuesta pelea a trompadas entre Nalbandian y Calleri el sábado, después de la derrota en el dobles. "Todos debemos reflexionar y hay que ver qué cosas se dicen. Ayer estuvieron diciendo por todos lados que el equipo se agarró a las piñas. De ustedes para acá, todos debemos ver bien qué decimos y hacemos", afirmó.

Y siguió, enojado, tomando el micrófono de mesa y sin temblarle la voz: "Los dimes y diretes se convierten en un boomerang contra nosotros y todos debemos hacer una autocrítica. Nosotros mismos debemos aprender muchísimo de todo esto para poder aspirar a ganar la Davis".

Hagamos un punto y aparte. Mancini salió a hablar que algunos periodistas con trayectoria hablaron de problemas internos del conjunto albiceleste. Y Guillermo Salatino, de Fox Sports y Radio La Red, le aclaró que un jugador le había recriminado eso y entonces le quiso aclarar al capitán que él no se refirió a ese tema, que sólo contó lo que decían algunos canales de TV.

Así, la conferencia general empezó a tomar una temperatura impensada, con idas y vueltas fuertes con los colegas. Salatino le explicó que se sentía mal porque sólo algunas veces los tenistas argentinos iban a las conferencias y no había acercamiento con la prensa. "No hay que generalizar", le respondió Mancini. Y agregó: "No te hagás cargo vos, nadie te nombró".

Y volvió por un momento al tenis en sí. "Acá hay varios factores que influyeron para perder esta final en casa. Ahora es muy pronto para sacar las mejores conclusiones, lo iré viendo con el correr de los días y las semanas. Estuvimos muy cerca de ganar la serie en algunos momentos de los partidos pero no se nos dio", explicó Luli, con un gesto adusto como nunca antes.

La seriedad que traía de la cancha y pasó por el vestuario la continuó en el camino a la charla oficial con los medios. Y ni qué hablar ante las preguntas del periodismo. "Ya me preguntan si seguiré como capitán y no lo sé. Esto es muy duro y las reflexiones las tendré con el tiempo", agregó.

Enseguida, salió al cruce de alguien que le dijo que Arturo Grimaldi, el vicepresidente primero de la Asociación Argentina de Tenis, aseguró que esta había sido la última Copa Davis para Mancini como conductor. "No sé si sigo. Ya hablé con los que lo deben saber y punto", fue lo único que quiso decir.

NO QUISO HABLAR DE FRACASO
Y salió a escena el tema del fracaso vivido, de la gran oportunidad desaprovechada. "Llamar fracaso a un proceso con dos finales y una semifinal más es poco serio. Hay que ser necio y no tener objetividad para plantear esto así, en esos términos. Eso es una falta de respeto, es faltarles el respeto a los jugadores", comentó, con una bronca que era imposible de ocultar.

El ambiente estaba espeso. Es que no se trataba de una mera derrota. Argentina acababa de perder la tercera final que jugó en toda su historia y la primera como local. Pero tampoco su fastidio tenía que ver con la caída deportiva en sí, porque se siguió haciendo hincapié en algunos aspectos que influyeron y desembocaron en esto.

"Sin dudas, España fue un muy buen rival, con gran nivel. La ausencia de Nadal los motivó más, pero igual las claves de la victoria de ellos dependieron de nuestros problemas. Todo tiene que ver con todo. Ellos supieron capitalizar nuestros inconvenientes", remarcó enérgico Mancini.

Y no dudó ante las recurrentes consultas sobre si Del Potro debía cuidarse físicamente y no ir a la Copa Masters de Shanghai, para así haber podido llegar más descansado a esta final. "Uno puede sugerir cosas, pero termina siendo una cuestión de prioridades", expresó. Clarito, ¿no?

Digamos que, sin querer entrar en detalles, dejó sentada, en gran medida, su opinión. Y enseguida otra vez un periodista le estaba preguntando sobre la baja de Del Potro y lo cortó, diciéndole que de eso ya habló, era la consulta previa, y entonces no hablaría más de eso. Hmmmmmm...

Salió a escena, sin dudas, el tema del equipo como equipo, lo que hace falta para sacarse la espina de poder obtener la famosa ensaladera de plata. Y Mancini aseguró: "Habrá que ver cómo mejorar en equipo. Sin dudas, siempre dije que no debíamos hablar tanto de la sede, se politizó todo, se habló de plata, de varias cosas, y así se perdió un poco el foco, eso seguro".

Vale la pena recordar, por si hay algún fanático del tenis al que le falle la memoria que Nalbandian salió a criticar ferozmente a los dirigentes de la AAT porque Córdoba, su provincia, no fue elegida por la Federación Internacional para albergar la final y criticó a Mar del Plata. En tanto, Del Potro, de Tandil, cerca de La Feliz, salió a respaldar a la ciudad que finalmente fue sede. En fin...

Es evidente que ahora que la final terminó todos deberían sentarse a hablar y poner las cartas sobre la mesa. Sería lo ideal. De hecho, acá en Mar del Plata siguen sonando fuertes versiones que indican que el viernes a la noche, en el Hotel Costa Galana, donde se hospedó el equipo local, Nalbandian volvió a recriminarle a Del Potro, tras su derrota ante Feliciano López, por qué fue al Masters a China en lugar de quedarse en el país y prepararse bien para esta final histórica.

Por eso, cuando el río suena... Después podrán salir a desmentirlo, pero está claro que, por algunas respuestas y comentarios, más fuentes confiables que aseguran algunas discusiones, se nota que hay una interna complicada y eso suele transmitirse en el rectángulo de juego.

UNA BAJA QUE CAMBIÓ MUCHO
"Contábamos con todos los jugadores bien y con Del Potro no a pleno. El problema fue que él se terminó lesionando y abrió una brecha en el equipo. Es una pena porque no se aprovecharon las posibilidades que tuvimos en los partidos. Nosotros teníamos un equipo compacto, con dos singles muy fuertes, pero esa baja cambió mucho todo. Así la serie se abrió y fue todo muy difícil", afirmó el capitán.

La ausencia del resto del conjunto albiceleste en la conferencia fue tema de más conflicto. Salatino le aclaró que Del Potro y Nalbandian debieron ir también a la conferencia, ante el aplauso de varios periodistas que apoyaron su pedido. "Seguro David te estará escuchando por televisión y sabrá esto", le contestó Mancini.

El dolor de no haber podido levantar la esquiva ensaladera lo tiene mal. "Igual, creo que Argentina tiene años por delante. Hay que ser positivos. Hay jugadores para ganarla, si se lo proponen. En el tenis argentino y en nuestro país hay mucho que aprender. Somos un pueblo especial, debemos ser unidos y tirar para adelante. Esta es la realidad del país. Y hoy estamos en la vidriera por esta final", agregó.

Consultado por el nivel físico de Acasuso, que decayó en el final, Mancini fue clarito: "No pasó por la falta de partidos y ritmo en el circuito últimamente. Está muy bien preparado, pasa que la presión y los nervios los viven estos chicos desde hace 15 días. Y eso, a la hora de jugar un partido con tanta presión, es durísimo. Eso te saca mucho físico, sin vueltas".

Chucho aclaró: "Estaba bien físicamente. Ahora estamos muy tristes por perder. Somos tres jugadores y el capitán los que ya habíamos perdido la final del 2006 en Rusia y por eso la bronca es mayor. No venía bien, pero Juan no estaba bien y Agustín jugó un partido largo en el dobles y por eso entré yo. Si no hubiera estado entero y tenía que jugar, entraba igual".

Pero otra vez se calentó el clima. Se recalentó, digamos, ante otra pregunta sobre la autoreflexión del equipo por lo que pasó. Y Acasuso le pidió la palabra al capitán y aseguró: "La prensa sabe que la gente cree lo que se les dice. Nos molestan las críticas con mala leche, no las constructivas. Nos hacen mal a nosotros. Usteden tienen el poder de informar".

Entonces, Salatino volvió a escena al decirles "no tuvimos acceso a ustedes". En realidad, hizo hincapié en que Nalbandian no quiere hablar, en general, con los medios. "No hay que generalizar", le dijo Mancini. Y el periodista especializado en tenis expresó que "queremos que aclaren quién dijo que se pelearon a trompadas, dicen que fue un periodista con prestigio y acá somos sólo dos o tres (sic)..."

Enseguida se escucharon silbidos y un uuuuuhhhhh que calentó aún más una conferencia inédita, casi increíble por momentos, bizarra, con cosas que llamaron la atención a todos. Y rápidamente Mancini agregó: "No nos podemos pelear más. Terminemos con esto, listo". Y así fue, lastimosamente, un final muy triste. Para lamentar, sin dudas.