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Baño de realidad

La gran sorpresa del Clásico fue el revés dominicano AP

NUEVA YORK -- Desde antes del Clásico Mundial de Béisbol, la discusión sobre los equipos favoritos al título parecía dar por descontado que el mismo sería para un representante latinoamericano o si el anfitrión Estados Unidos se tomaba en serio el torneo.

¿Y Asia? Bien, gracias. Corea del Sur y Japón pasaban como convidados, con una especie de comedido respeto a que los primeros ganaron la medalla olímpica de oro el año pasado y que los segundos salieron campeones de la edición inicial del Clásico.

Con su rica historia, Cuba se veía nuevamente en la final. República Dominicana y Venezuela, los pesos pesados de Latinoamérica por sus nutridas legiones de peloteros que se destacan en las Grandes Ligas, también se daban golpes de pecho.

Este Clásico se ha encargado de darles un baño de realidad.

Para Latinoamérica, la segunda edición deja más sinsabores que alegrías. El mito de invencibilidad de Cuba se disipó más, República Dominicana sufrió un humillante eliminación a las primeras de cambio y Venezuela no pudo asegurar al menos que un equipo de la región estuviese en la final.

Luego que su equipo sufriese una segunda derrota a manos de la modesta Holanda, el manager dominicano Felipe Alou formuló la mejor descripción tras acusar el golpe del fracaso.

"En todos mis años como jugador y dirigente, nunca había visto algo parecido. Me he dado cuenta que la calidad del béisbol va en aumento", afirmó Alou.

La cuestión es que todo este tiempo se vendió la idea que el mejor béisbol del mundo se disputa en las Grandes Ligas y lo que ha ocurrido es que este Clásico se ha encargado de desacreditar tal percepción.

Después de todo, el equipo de Corea del Sur que le dio una soberana paliza 10-2 a Venezuela, apenas cuenta con un pelotero que juega en las mayores. Japón, que jugaba con Estados Unidos la otra semifinal, no pasa de la media docena de veteranos de Grandes Ligas.

El solitario representante surcoreano, eso sí, se encargó de dejar su huella. Choo Shin-Soo, jardinero de los Indios de Cleveland, disparó un jonrón de tres carreras que coronó el racimo de cinco en el primer inning que sepultó las ilusiones venezolanas la noche del sábado en el Dodger Stadium.

Choo no perdió la oportunidad de destacar el nivel del seleccionado surcoreano, pese a estar conformado casi que exclusivamente por jugadores de la liga local.

"No existe tanta diferencia", replicó Choo cuando le pidieron un análisis entre ambos mundos. "Todos los jugadores coreanos son excelentes. La diferencia es casi nula. Espero que algún día puedan ir a las mayores en grandes cantidades".

Luis Sojo, el manager de Venezuela, quedó encandilado con Suk Min Yoon, el derecho de 22 años que maniató a los bates de Miguel Cabrera, Magglio Ordóñez y compañía. Yoon apenas ha permitido dos carreras en cuatro salidas en el Clásico.

"Verlo lanzar (a Yoon), pues seguro que abrió muchos ojos. El bullpen estuvo fenomenal ... Me sorprende que no hayan tantos coreanos en las mayores, pero creo que eso va a cambiar de ahora en adelante".

Los equipos latinoamericanos, en cambio, se quedaron cortos en sus expectativas.

En el caso de Cuba, la eliminación antes de las semifinales fue de ribetes históricos por ser la primera vez desde 1951 que no pudo llegar a la final de un torneo mundial de envergadura.

El revés provocó que el ex presidente Fidel Castro escribiese en una de sus reflexiones que el béisbol cubano se había rezagado: "Nos hemos dormido sobre los laureles y estamos pagando ahora las consecuencias", dijo.

Peor le fue a Dominicana, que fue semifinalista en 2006 y pintaba para ir lejos. Tal vez se puedan escudar en la excusa que fue el equipo más afectado por las numerosas ausencias de figuras estelares, al participar sin Manny Ramírez, Albert Pujols y Alex Rodríguez, entre otros.

Puerto Rico ganó invicto como local su grupo de primera ronda y arrancó la segunda vuelta en Miami con una victoria por abultamiento de carrera sobre Estados Unidos, pero un relevo de pesadilla les costó el boleto a las semifinales. Se dejaron voltear una desventaja de dos carreras en la novena entrada y terminaron tendidos en el terreno por un sencillo de dos carreras de David Wright.

Lo de México fue flojo, al endosar un total de 15 carreras en sus dos derrotas de la segunda ronda y además sufrir un par de reveses por abultamiento en la primera.

Y peor anduvo Panamá, que se regresó a casa sin tan siquiera haber anotado una carrera.

El manager de Corea del Sur deslizó una de las claves para el éxito de su equipo: mucho estudio. "Entre abril y octubre, estamos pendientes de las Grandes Ligas. Los hemos visto muchísimas veces. Sabemos cuáles son sus fuertes", dijo Kim In Sik.