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A mantener el ritmo

NUEVA YORK -- A veces, la adversidad puede ser la vitamina necesaria para reanimar a un jugador.

Tal es el caso de Melky Cabrera, el jardinero dominicano los Yankees de Nueva York. La carrera de Cabrera con el club parecía un entuerto hasta hace unos meses, tras haber sido enviado a Triple A en agosto y luego tener que pelear la titularidad en el bosque central con Brett Gardner, una batalla que perdió.

Pero Gardner no rindió como se esperaba, Cabrera le tomó gusto a los hits oportunos y el manager Joe Girardi decidió a fines de abril que el dominicano de 24 años iba a estar en su alineación a diario.

Ambidiestro, Cabrera ha demostrado ser efectivo y paciente de ambos lados del plato, y ahora más desde el lado derecho.

Su muestra más reciente fue el jueves, cuando un jonrón suyo en la octava entrada remolcó las carreras de la diferencia en una victoria sobre los Vigilantes de Texas para dejar a los Yankees junto a Boston con el mejor récord de la Liga Americana.

Fue su sexto bambinazo de la campaña.

Pareciese costumbre que en lo destacado de un juego de los Yankees siempre está un imparable clave de Cabrera y recepciones tumultuosas de sus compañeros en el plato.

La evidencia está ahí: tres de sus hits han sido para acabar un juego, incluyendo el primer jonrón que le bajó la cortina a un duelo en el nuevo Yankee Stadium.

En las Grandes Ligas hay una estadística que mide la producción de un bateador en situaciones decisivas en los últimos innings, y Cabrera acumula promedio de .429 (14 hits en 29 turnos) en las mismas. ¿Qué es una situación decisiva? Eso se define cuando el equipo al bate se encuentra empatado o adelante por una carrera o con la carrera del triunfo en base, al bate o esperando turno.

Y sí, Cabrera se ha convertido en un especialista en esas situaciones y con ello se ha metido en el bolsillo a sus compañeros.

"No sé qué decir sobre Melky. Siempre responde en esos momentos, así de sencillo", comentó el primera base Mark Teixeira.

Esto es asombroso considerando que Cabrera pasó por un duro período en el que estuvo bajo el fuego cruzado de los cuestionamientos de los medios de Nueva York, al vérsele con escepticismo por ser el hombre que sustituyó a Bernie Williams en el bosque central.

"Creo que es más maduro", reflexionó el cerrador panameño Mariano Rivera. "Yo creo que la democión a las menores le sirvió en ese aspecto. Aprendió de esa experiencia. Está siempre preparado para cualquier situación. Tuvo que ganarse el puesto y eso también le sirvió".

Cabrera se toma con mesura la cascada de elogios y el mero hecho que su aporte ofensivo se equipare al de los grandes artilleros del club, como Alex Rodríguez y Teixeira.

"Son las cosas del juego que me han permitido encontrarme en situaciones en las que yo puedo responder", dijo Cabrera a The Associated Press. "La verdad es que no sé. No tengo un secreto, no hay nada especial. Cuando salgo a batear en esos momentos me siento tranquilo. En eso tiene que ver la confianza que me ha dado el manager, la oportunidad de ponerme en el 'lineup' todos los días significa mucho".

Eso sí, el desafío para el dominicano es cuidar de no repetir la trayectoria del año anterior en el que llegó a tener promedio de .291 con seis jonrones, pero terminó con un magro .249.

Pero Girardi dice que Cabrera es un jugador diferente este año, uno que ha conectado de hits en 32 de sus 35 juegos en los que ha ido a batear.

"Es consistente de ambos lados del plato y consigue buenos turnos todos el tiempo. No trata de extralimitarse, busca el contacto y batea líneas y algunas de esas se van del parque", comentó el piloto.

Cabrera, en tanto, tiene presente la amargura de sus dificultades recientes para evitar un retroceso.

"Nunca bajé la cabeza. Esas adversidades me hicieron que trabajase más fuerte que nunca. Siempre supe que iba a volver a subir y ahora mi objetivo es quedarme", indicó.