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Empieza la cacería

PARIS -- El Tour de Francia comienza el sábado, pero ya hay varios pedalistas en la mira de los encargados de controlar el uso de sustancias prohibidas.

Las autoridades emplearán medios jamás usados antes en la lucha contra el dopaje y enfocarán su atención en pedalistas con historias sospechosas.

Pat McQuaid, jefe de la Unión Initernacional de Ciclismo, afirma que en la prueba habrá más controles que nunca antes. Se calcula que se harán unos 520 controles.

Cuando se le preguntó si este será el primer año sin escándalos de dopaje, McQuaid dijo que "no soy optimista ni pesimista... (porque) siempre hay un idiota que intenta algo".

En las últimas semanas, unos 50 ciclistas que se espera compitan en el Tour han sido sometidos a controles intensos. Entre estos figuran líderes de equipos, favoritos para la victoria y una cierta cantidad de pedalistas del montón con historias sospechosas, indicó McQuaid.

La lista de sospechosos fue elaborada en base al nuevo "pasaporte biológico" de la UIC. Ese pasaporte incluye muestras de orina y sangre suministrada por los ciclistas, que son comparadas con muestras del día de la carrera.

Cualquier fluctuación en relación con los niveles básicos puede constituir un indicio de dopaje, por más que no se haya encontrado ninguna sustancia en particular.

McQuaid dice que el pasaporte es "una importante arma disuasoria".

Las autoridades pueden anunciar los ciclistas a los que les harán controles hasta 15 minutos antes del inicio de una etapa, lo que puede ayudar a pillar a los tramposos desprevenidos.

Las muestras de los ciclistas serán congeladas y preservadas, para ser analizadas en el futuro, con métodos más sofisticados, que podrían detectar cosas que hoy pasan inadvertidas.

McQuaid indicó que, como en el pasado, el ganador de cada etapa y el líder de la general deberán someterse a controles automáticamente, junto con otros seis pedalistas.

Las sustancias dopantes de moda son la EPO, que incentiva la producción de glóbulos rojos, y una versión más avanzada llamada CERA. Las autoridades también están pendientes del uso de la sangre del propio ciclista con fines estimulantes.

Esas transfusiones son difíciles de detectar, pero el director de la agencia encargada de luchar contra el dopaje en Francia dijo en una entrevista la semana pasada que las autoridades han mejorado sus métodos gracias a Bernhard Kohl, ciclista que se retiró el mes pasado y que terminó tercero en el último Tour. Posteriormente se comprobó que usaba CERA.

Kohl dijo que a lo largo de su carrera se sometió a numerosos controles que dieron negativo pese a que se había dopado.

La Agencia Mundial Antidopaje aprobó nuevos métodos de detectar la EPO, pero no se reveló en qué consisten.

Antes del inicio del Tour, todos los ciclistas deberán presentar dos muestras de sangre que será analizada y almacenada. Durante la carrera, dos inspectores harán nuevos controles después de cada etapa.