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Lo mismo, pero diferente

MÉXICO -- Son siete puntos, exactamente la misma cantidad con la que Estados Unidos logró su pase a la siguiente fase de la Copa Oro.

Pero, ¿por qué será que los siete del Tri no saben igual?

Más allá de la polémica, que ya va siendo exagerada en torno a lo que el propio Javier Aguirre llamó "un lapsus", y que si somos objetivos en efecto fue un lapso de desesperación por la situación que se vive al interior del Tri, el equipo aparentemente cumplió y bien con el objetivo.

Ganar dos partidos, empatar uno y avanzar como primer lugar de su grupo suena bastante bien, pero en la realida el pesar y la desconfianza no abandonan al Tri y lejos de eso como ya comentamos anteriormente, el sentimiento invadió incluso a aquel Javier Aguirre que llegó con ímpetu y seguridad, con garra y entrega.

Son los mismos siete puntos que para la Selección B de Estados Unidos son muy valiosos y se les reconoce el esfuerzo, incluso el empate sobre un Haití que les tenía acorralados, mientras que el empate mexicano ante Panamá terminó en tragedia.

Y es que si para los vecinos del norte es un mérito que sus juveniles logren imponerse en la región frente a equipos de mediano nivel, para los nuestros su actuación deja mucho qué desear, a pesar de los resultados favorables.

Son los mismos siete puntos, pero mientras Estados Unidos ha jugado un fútbol más ordenado, con mayor lucimiento y esquema táctico, los nuestros no se han mostrado con garra, con la supremacía que se supone les antecede sobre rivales como Panamá, Nicaragua e Islas Guadalupe.

La prensa y la afición se sentían temerosos de adelantar al Tri como vencedor de estos cotejos por lo pobre de su funcionamiento, pero a fin de cuentas se logró el objetivo, pero sin dejar satisfecho a nadie.

Ya Javier Aguirre lo declaró en televisión nacional en una entrevista inusitada en la que ofreció disculpas públicas a la afición por el incidente contra el jugador panameño Ricardo Phillips y en la que reconoció que el Tri, no ha dado lo que se esperaba de ellos, aún con sus siete puntos.

Para los norteamericanos el panorama se ve sencillo independientemente del rival, ya que cualquiera les apuesta como campeones de esta Copa Oro, un torneo de pobre nivel, pero que dejará en claro quien ostenta la supremacia de la región.

Eso no significa que sea un hecho. Antes tendrán que ganar cada partido, pero para México y tras lo que le vimos frente a Estados Unidos, el próximo rival Haití, parece ser un escollo duro en el camino y Javier Aguirre tendrá que emplear a sus mejores hombres y lograr la sintonía para que puedan dar un desempeño aceptable que les permita avanzar, porque no sólo está en juego su pase a las finales.

El duelo frente a Haití es más que un requisito, porque para llegar al Azteca con técnico en la banca el Tri necesita acceder a la final de la Copa Oro y para recobrar la confianza al menos deben jugar esa final, precisamente.

Doblegar a Estados Unidos, aún con sus juveniles sería una motivación extraordinaria para el Tri previo a su duelo hexagonal, pero el panorama no se ven tan sencillo y el primer paso, Haití será una prueba importante para la selección mexicana.

Del resultado del domingo dependerá en mucho el futuro del Tri rumbo a Sudáfrica 2010.

Y sí, son los mismos siete puntos con los que México y Estados Unidos enfrentan la segunda fase de la Copa Oro, pero en circunstancias diametralmente opuestas.

Son siete puntos que le dan esperanza a los juveniles norteamericanos, pero desconfianza y temor a un Tri que no encuentra el rumbo, al parecer con ningún técnico.

Como quien dice, parece lo mismo, pero no lo es... ¿no cree usted?

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