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Fuera de peligro

ORLANDO -- El pelotero dominicano Edwin Encarnación fue dado de alta el sábado de un hospital de Miami, al que fue trasladado desde República Dominicana tras sufrir quemaduras en la cara a causa de fuegos artificiales durante la celebración de Año Nuevo.

Edwin Encarnación

Encarnación


Encarnación sufrió quemaduras de primer y segundo grado en la frente y el lado derecho del rostro, luego que un petardo le golpeara en la mandíbula y explotara cerca de su boca.

"Gracias a Dios todo está bien con mi cara. No tengo fracturas o daños graves y no necesitaré ningún tipo de cirugía", dijo Encarnación a ESPNdeportes.com por teléfono mientras salía del Hospital Jackson Memorial de Miami.

"Los médicos dicen que tendré que pasar una semana sin tomar el sol, pero que podré entrenar sin problemas en dos semanas", agregó el antesalista de los Azulejos de Toronto.

Encarnación narró que el incidente ocurrió en su casa en La Romana, en el este de República Dominicana, mientras celebraba la llegada del Año Nuevo la madrugada del viernes. Un hermano del pelotero encendió un petardo que en lugar de salir hacia arriba, voló lateralmente hacia un grupo de personas y golpeó a Encarnación.

El jugador fue atendido de emergencia en una clínica local y el viernes en la tarde fue trasladado a Miami en compañía de su prometida, Jennifer Peña, la hija mayor de Tony Peña, entrenador de banca de los Yankees de Nueva York y manager de las Águilas Cibaeñas, el club al que pertenece Encarnación en la liga invernal dominicana.

"Me atendieron muy bien en Dominicana, pero cuando los médicos comenzaron a hablar de operaciones en el rostro, me comuniqué con mi agente Paul Kinzer para que buscara un vuelo privado y me llevara a un hospital especializado en quemaduras", dijo Encarnación.

"El muchacho está bien, solamente lo llevaron a Estados Unidos por precaución", dijo Peña desde Santo Domingo.

Encarnación, quien cumplirá 27 años la próxima semana, bateó .225 con 13 jonrones y 39 carreras empujadas en 85 partidos con Cincinnati y Toronto en el 2009. Batea para promedio de .260 en cinco temporadas en las ligas mayores.

Una molestia en la mano izquierda le hizo perder dos meses de acción y lo mandó al quirófano al final de la pasada temporada. La operación impidió que jugara para su suegro en la pelota invernal.

"Ya estoy completamente recuperado y en dos semanas estaré entrenando a todo vapor para estar en forma para los entrenamientos de primavera", dijo Encarnación.