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Establece el paso

Jake Peavy no tiene a donde ir en una mañana lluviosa en Arizona; está de pie en el marco de una puerta y matando tiempo hablando de béisbol con Steve Stone y otro reportero. Pero tratar de mantenerse en el ritmo de una conversación con Peavy es como tratar de batear en su contra, debido a lo intenso del asunto.

El hombre está encendido. Está encendido acerca de los Medias Blancas. Está encendido acerca de la rotación abridora. Está encendido acerca de Gavin Floyd y John Danks. Está encendido acerca del pitcheo en la División Central de la Liga Americana. Está encendido acerca de enfrentarse a los Mellizos de Minnesota mientras que respeta la profundidad de su alineación.

Es como si Peavy hubiese guardado toda la energía de los meses que pasó en la lista de lesionados el verano pasado, luego de unirse a los Medias Blancas. "Pienso que podemos hacer algún daño," dice, y Stone asiente.

Los Mellizos, favoritos en la División Central de la Liga Americana, tienen una fuerte alineación y una rotación profunda, y los recursos para hacer cambios a mitad de temporada provenientes de un nuevo estadio. Los Tigres tienen a Justin Verlander y Rick Porcello, y un limpio Miguel Cabrera. Los Indios están armados con Fausto Carmona, quien ha lucido en grande en esta primavera, y con lo que aparenta será una fuerte ofensiva.

Los Reales tienen un plan.

Los Medias Blancas tienen a Peavy, al tope de lo que debe ser un fuerte grupo de cinco abridores, si él se acerca a lo que fue en tres salidas para los Medias Blancas al final de la temporada pasada, si él se acerca a lo que fue en sus años con los Padres. Con San Diego, Peavy se estableció como el tipo que quería la pelota en el juego grande, un tipo que tuvo marca de 6-1 en sus salidas en el Dodger Stadium, contra el archirrival de los Padres.

Pero los Medias Blancas lo adquirieron la pasada temporada en un momento en el que estaba en la lista de lesionados con una dolencia en el tobillo, y por semanas, él era el tipo que solía pasearse por el camerino. Don Cooper, el coach de pitcheo de los Medias Blancas, trabajó con Peavy durante su periodo de rehabilitación, y llegó a conocer a Peavy; otros no pudieron. Un jugador en los Medias Blancas llegó a mencionarle a Cooper que él realmente no sabía si Peavy estaba realmente comprometido con lo que el equipo estaba tratando de conseguir. Cooper trató de tranquilizar al jugador, diciéndole cuan diligente estuvo Peavy en su rehabilitación, y cuanto le importaba; simplemente Peavy no estaba en posición de asumir un rol de liderato, porque estaba lastimado.

A mediados de la primera salida de Peavy, el mismo jugador volvió donde Cooper, con sus ojos bien abiertos por el entusiasmo y el compromiso que Peavy parecía tener en cada uno de sus pitcheos. Ese jugador le dijo a Cooper: Tenías razón, y yo estaba equivocado. Él es el mejor.

Peavy lanzó 20 entradas y permitió tres carreras en esas tres salidas, otorgando seis bases por bolas y ponchando a 18, y lo que le llegó más a Cooper durante el invierno fue que aún a la luz de ese éxito, Peavy le mencionó que realmente él no había tenido el tiempo para reconstruir su mejor recta – el tipo de pitcheo que debe tener esta temporada, luego de una primavera completa de preparación. "Todo lo que él lanza se mueve," dijo Cooper, en la víspera del entrenamiento primaveral. "Si él logra conseguir la otra parte de la recta que anda buscando, va a ser muchisimo mejor."

"Mira, la cosa es que, no hay muchos tipos que tengan el repertorio y las agallas para ser lanzadores No. 1 en este juego. Quizás hayan 10 o 12 tipos en todo el béisbol que encajen en esa definición. Y él es uno de ellos."

Hay más en el hecho de ser el No. 1 en una rotación que la velocidad de una recta o el movimiento. Cooper le mencionó a Peavy en enero que él todavía no había decidido quien lanzaría el primer juego de la temporada, pero el mismo Peavy se quitó rapidamente de entre los candidatos. Dijo que él no había estado ahí el suficiente tiempo para tener ese honor. Mark Buehrle lanzará el Día Inaugural, seguido por Peavy, Floyd, John Danks y Freddy García.

"No creo que estos tipos [Floyd y Danks] se den cuenta de cuan talentosos son," dijo Peavy. "Estamos hablando de dos tipos que ya han tenido mucho éxito en las Grandes Ligas y tienen cuanto, ¿25, 26 años?"

Floyd tiene apenas 27 años y Danks 24. Pero el propio Peavy tiene 28, y ya tiene un Cy Young y 95 victorias en su carrera y el potencial de conseguir muchas más, para Ozzie Guillén y los Medias Blancas, con su paso frenético.

Otros lanzadores abridores han notado que antes que Peavy tome la lomita, no hace el tradicional calentamiento antes de una salida. No hay extensas sesiones de tiros largas, no serpentea ni se sumerge en sus pensamientos en los jardines. Y cerca de 10 minutos antes de que se supone que esté en la lomita, Peavy sale corriendo del camerino a toda velocidad, hace como 20 lanzamientos, y se declara listo.

Él siempre está listo. Peavy terminó su conversación con Stone y el reportero, y luego se encaminó hacia sus tareas. Debido a la lluvia ese día, la apertura programada de Peavy contra los Cachorros se pospuso, así que Cooper quiso que lanzara un juego simulado en interiores. La puerta se cerró detrás de él.

Y luego se abrió nuevamente. El cohete humano tenía un último pensamiento que decir. "Hey, solo quería dejarles saber que voy a lanzar un partido sin hits," dijo, y se cerró de nuevo la puerta.

En un juego simulado.

Perfecto.