ESPNdeportes.com 14y

Reclaman su espacio

Aún lejos de las cifras de dominicanos y venezolanos, los peloteros cubanos han empezado a reclamar un espacio en las Grandes Ligas.

Cinco décadas atrás era Cuba, por mucho, el principal aportador de jugadores extranjeros al mejor béisbol del mundo, pero el flujo se cortó de golpe con la llegada de Fidel Castro al poder y la consiguiente eliminación del deporte profesional.

Por muchos años sólo llegaron a las Grandes Ligas algunos peloteros nacidos en la isla, pero crecidos en Estados Unidos, como Rafael Palmeiro o José Canseco, u originarios de Miami con raíces cubanas.

Excepcionalmente, en 1984, Bárbaro Garbey ganó la Serie Mundial con los Tigres de Detroit, siendo el primer pelotero en llegar a las Mayores tras haber brillado en la nueva pelota amateur de la isla.

Pero el hecho que marcó el inicio de la nueva presencia cubana en las Grandes Ligas fue la deserción del lanzador René Arocha en 1991.

A partir de ahí, decenas de compatriotas siguieron su ejemplo, escapando de la isla por diferentes medios, en pos del sueño de jugar en el mejor béisbol del mundo.

Poco a poco, los aún escasos cubanos que están en los respectivos rosters de los equipos comienzan a ocupar lugar cada vez más preponderantes en sus respectivos conjuntos.

Las tres principales figuras de la isla son los campocortos Yunel Escobar (Atlanta) y Alexei Ramírez (Medias Blancas), así como el primera base Kendry Morales (Angelinos).

Este último fue la gran revelación de la pasada campaña, primera en la que tuvo la oportunidad de jugar a diario.

Mientras de él se esperaban unos 80 remolques y alrededor de 20 bambinazos, Morales despachó 34 pelotas sobre las cercas e impulsó 108 compañeros al plato.

En el 2010 se espera una mayor responsabilidad del cubano, quien será uno de los principales artilleros de los Angelinos, ante la salida del equipo del toletero dominicano Vladimir Guerrero.

Por su parte, Escobar es una pieza imprescindible en los Bravos, tanto por sus habilidades defensivas en el campocorto, como por su efectividad y versatilidad con el madero, que le permite al manager Bobby Cox utilizarlo en diferentes posiciones dentro del line-up.

Asimismo, Ramírez entra en la que los expertos señalan como la temporada de su gran despegue.

En el 2008, sin pasar un día en las Menores, el cubano quedó segundo en la votación de Novato del Año de la Liga Americana.

En el 2009 tuvo un cambio radical en su carrera, al pasar al campocorto, una posición que nunca antes había defendido en su vida.

La adaptación a su nuevo rol lo hizo arrancar lento la campaña, aunque logró cerrar con números aceptables.

Para el 2010 y con la tutoría del estelar venezolano Omar Vizquel, el manager Ozzie Guillén le ha pedido al pinareño que asuma el papel de líder del infield de los Medias Blancas, ya mentalmente más asentado como short stop.

Pero no serán Morales, Escobar y Ramírez los únicos cubanos con responsabilidades de peso en sus respectivos equipos.

El torpedero Yuniesky Betancourt será el titular de su posición con los Reales de Kansas City, equipo en el que también milita el catcher Brayan Peña.

Este último es un jugador en pleno ascenso, excelente defensor del plato y recio bateador a la espera de mayor tiempo de juego frente al veterano Jason Kendall, un hombre que ya vio pasar hace rato sus mejores momentos.

Otro receptor que podría pronto establecerse como jugador de todos los días es Alex Ávila, nacido en Hialeah de padres cubanos.

Avila aprovechó bien las oportunidades que recibió el pasado año con los Tigres de Detroit, que entonces contaban con Iván Rodríguez.

Pero ahora su competencia es Gerald Laird, de buena defensa, pero pobre ofensiva, precisamente uno de los puntos más fuertes del cubanoamericano.

Otro cubanoamericano fundamental será Raúl Ibáñez, pieza clave en la demoledora ofensiva de los campeones de la Liga Nacional, los Filis de Filadelfia.

Ibáñez ocupará el jardín izquierdo y bateará quinto o sexto en el orden de los Filis, que buscan llegar a la Serie Mundial por tercer año consecutivo y de antemano salen como amplios favoritos en la división Este del viejo circuito.

En el mismo equipo será pilares del bullpen los pinareños Danys Báez y José Contreras.

Báez al parecer comenzará la temporada como preparador de mesa, alistándole el camino a Brad Lidge, aunque estará listo para asumir ese papel ante cualquier desliz del inestable cerrador de los Filis.

Por su parte, Contreras, aunque relevista, podría ser utilizado por el manager Charlie Manuel como un abridor en caso de emergencia.

Y a fuerza de batazos en la primavera, el miamense Gaby Sánchez se ganó la titularidad de la primera base de los Marlins de la Florida.

Sánchez, uno de los principales prospectos de la organización, ha sacudido el madero con solidez en los entrenamientos, luego de dos brevísimas incursiones en las Mayores en el 2008 y 2009, en las que dejó ver destellos de su potencial.

Y el veterano derecho Livan Hernández demostró que es un sobreviviente por naturaleza.

Invitado al campo de entrenamiento de los Nacionales con un contrato de liga menor, Liván se agenció una plaza en la rotación abridora de Washington, que necesita de hombres con la experiencia del cubano.

Otro cubanoamericano que formará parte del cuerpo abridor de su equipo es Bronson Arroyo, de los Rojos de Cincinnati, equipo que, sin embargo, prefirió no apurar al sensacional zurdo Aroldis Chapman y decidió que este inicie la campaña en las Menores.

Precisamente es en las Menores donde se estará gestando el futuro de los peloteros cubanos en su intento por comenzar a reclamar el lugar preponderante que tuvieron.

Allá se estarán puliéndose, preparando su asalto a las Mayores, los campocortos José "Candelita" Iglesias (Boston) y Aideny Echevarría (Toronto), el antesalista Dayán Viciedo (Medias Blancas), el primera base Juan Miranda (Yankees) y el guardabosques Leslie Anderson (Tampa Bay).

Uno que podria subir pronto, tras causar una muy grata impresión en la primavera, es el relevista habanero Amaury Sanit (Yankees), quien ganó dos patidos y no permitió carreras en seis salidas a la lomita.

Quizás la cifra de cubanos aún no sea significativa, pero es un aviso cada vez más claro de que los peloteros de la mayor de las Antillas se están preparando para en un futuro no muy lejano, cuando la situación político-social se normalice, reclamar el lugar que les pertenece por derecho propio en las Grandes Ligas, un sitio que empezaron a llenar en el lejano 1871, cuando el habanero Esteban Bellán se convirtió en el primer latinoamericano en jugar pelota profesional en Estados Unidos.

^ Al Inicio ^