Damián Didonato 10y

Sedes 2014: Río de Janeiro

BUENOS AIRES -- Aunque siempre se creyó que el primer partido de fútbol en Brasil se disputó en Sao Paulo allá por 1895, las investigaciones realizadas en los últimos años decretaron que en realidad la primera pelota brasileña se pateó seis meses antes de esa fecha y en Río de Janeiro. Eso tiene más sentido, ya que la verdadera capital del futebol es la Cidade maravilhosa.

El escocés Thomas Donohoe llegó a Sudamérica en 1893, para trabajar en una fábrica textil de la localidad carioca de Bangu. Este trabajador europeo había jugado en varios clubes de Busby y cuando arribó a Sudamérica debió importar las pelotas y los botines desde su país natal. En abril de 1894 organizó el primer partido de fútbol disputado en Brasil, un cinco contra cinco.

Lo que pasó después es bien conocido. Río de Janeiro se enamoró perdidamente de ese juego y comenzó a vivir por y para la pelota. Sus calles y sus playas se llenaron de niños y de adultos que sólo pensaban en el fútbol. Este deporte comenzó a marcar el pulso de la urbe y se transformó en una parte muy importante de ella.

Hoy, Río de Janeiro es para muchos la ciudad más futbolera del planeta. Allí nacieron miles de cracks que luego alegraron a todo el planeta con su talento y otros tantos que sólo se divirtieron e hicieron divertir a sus amigos. En este núcleo urbano se levanta el Maracaná y también aquí vive un clásico espectacular como Flamengo-Fluminense. Por todo esto, Río será el centro del mundo durante junio y julio de 2014.

Fluminense Football Club fue el primer club carioca exclusivamente dedicado al fútbol. Aunque ya existían Vasco da Gama y Flamengo, estos fueron fundados como clubes de remo, por lo que el 21 de julio de 1902 nació el pionero de los equipos de fútbol en Río, Flu. Además, el Time de Guerreiros es el decano de los "grandes" en Brasil.

Nueve años más tarde, en 1911, un grupo de jugadores del Fluminense tuvo una pelea con la junta directiva y decidieron llevar este deporte a Flamengo. El capitán Alberto Borghert, quien había sido remero del Fla, lideró a los diez futbolistas que formaron el primer plantel del Mengao. Su encuentro debut es aún hoy la máxima victoria de la historia del club: 16-2 contra Mangueira.

Así nació el Clássico das Multidões o, como lo bautizó el periodista Mario Filho -quien le dio su nombre al Maracaná-, simplemente Fla-Flu. El primer duelo fue el 7 de julio de 1912 y se saldó con una victoria 3-2 del Fluminense. Es, según muchos, el clásico más popular del mundo y registra el récord de asistencia en un partido de Liga, cuando el 15 de diciembre de 1963, 194.603 espectadores presenciaron la final del torneo carioca.

Pero no sólo de este clásico vive Río, porque otros grandes brasileños también respiran el cálido aire carioca. Vasco da Gama fue uno de los primeros clubes de la ciudad; Botafogo es el equipo de los bohemios y también uno de los más "desafortunados" del planeta y Bangu tuvo a Domingos da Guia y a Zizinho en su plantel.

Quizás el personaje que mejor resume el espíritu del fútbol de Río de Janeiro es Garrincha. Manuel Francisco dos Santos nació en una favela y nunca se fue de allí. Es reconocido como el segundo mejor jugador de la historia de Brasil, pero para muchos es el más querido de todos. Su apodo es claro acerca de esto. Le decían "La alegría del pueblo".

Otros cracks como Ronaldo, Romario, Zico, Jairzinho, Parreira, Didí y Nílton Santos nacieron en la capital. Y estos son sólo algunos de los nombres que hicieron grande al fútbol de esta ciudad, que hoy se prepara para recibir a la Copa del Mundo, pero que ya tiene experiencia en grandes acontecimientos futboleros. Organizó el Mundial 1950, varias Copas América y tres finales de Copa Libertadores.

De hecho, la hazaña más grande de todos los tiempos se llevó a cabo en esta ciudad, que aún hoy, 62 años después, la recuerda con vergüenza. El "Maracanazo" de Uruguay en 1950 es una deshonra para todo Brasil, aunque también es un hecho que hace más grande la leyenda de la capital carioca. En 2014, el Scratch intentará enterrar para siempre esa final y ganar la sexta Copa en su campo de juego más amado.

Río de Janeiro, es sin duda, la capital del fútbol brasileño, la sede de la Selección más ganadora de la historia. Por esa razón su estadio más importante será el segundo en recibir dos finales de la Copa del Mundo. Todo Brasil sueña que esta vez el final sea diferente.

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