Raúl Allegre 10y

Ofensiva en serie

BRISTOL -- Durante años fueron rivales de división. En uno empecé mi carrera en la NFL y en el otro la terminé. En el 2013, los considero dos equipos que han sorprendido en la NFL. Me refiero a los Potros de Indianápolis y a los Jets de Nueva York.

Después de tres semanas, los equipos "sorpresa" de la NFL parecían ser los Delfines de Miami y los Osos de Chicago al iniciar la presente campaña invictos, pero ambos han sufrido tropiezos desde entonces incluyendo derrotas aplastantes en la semana cuatro. Miami incluso derrotó a Indy como visitante. La realidad es que Indy y Jets se están conjuntando de una manera que los hace peligrosos en sus respectivas divisiones más allá de lo demostrado por Miami y por Chicago.

Para muchos, Indianápolis no es sorpresa por haber calificado a la postemporada en el 2012 con 11 victorias. La sorpresa representa las victorias obtenidas ante los dos equipos más duros y físicos de la NFL: San Francisco como visitante y Seattle.

La actuación de Indy en SF fue dominante. Le dieron a los 49s, como se dice, "agua de su propio chocolate" cuando implementaron un plan ofensivo basado en su ataque terrestre. Esa tarde, los Potros lograron 176 yardas por tierra ante una buena defensiva de San Francisco. Controlaron el tiempo de posesión por más de 36 minutos y asediaron a Colin Kaepernick a lo largo del partido.

La manera de ganar ante Seattle fue diferente. El equipo de Pete Carroll empezó dominando la línea de golpeo y corriendo el balón con efectividad. En otros años, una defensiva bajo tal presión tendía a sucumbir al castigo físico y a desgastarse en el transcurso del partido. No así esta versión de los Potros. Con la situación apremiante, la ofensiva fue la primera en salir al rescate con un pase de TD de 73 yardas de Andrew Luck a T.Y. Hilton, y cuando parecía que Seattle retomaba la iniciativa, los equipos especiales pusieron su "granote" de arena bloqueando un intento de gol de campo regresándolo para TD. En ese momento empezó a cambiar el rumbo del partido.

No es que Indianápolis tenga una gran ofensiva, defensiva o equipos especiales. Ninguna de estas tres fases del juego es dominante por sí misma. Es la manera como se complementan en los momentos más difíciles y como se dan energía entre sí.

Después de resistir el embate inicial de Seattle, Indianápolis poco a poco empezó a controlar el ritmo del partido. La defensiva, que había tenido problemas conteniendo a Russell Wilson, empezó a destacar en terceras oportunidades. Al final del partido, Seattle convirtió sólo 2 de 12 intentos. Cerca del final, cerraron el partido con una intercepción en la última oportunidad de Seattle de anotar.

Estadísticamente Seattle fue mejor, pero las estadísticas no deciden los partidos.

El panorama es prometedor para Indianápolis dentro de su división. Houston, sin duda el equipo con más talento en la división, va en picada. La derrota ante Seattle fue demoledora. Matt Schaub, su QB, parece tener un bloqueo mental y sigue lanzando intercepciones que son regresadas para TD. Son todavía un equipo sólido, pero no parecen tener el liderazgo necesario para ganar un campeonato. Tennessee parecía ser tener lo necesario para competir por el título de su división, pero la baja de Jake Locker los deja como un equipo duro, pero no de campeonato.

Chuck Pagano ha conjuntado a un equipo que quizás tenga algunos huecos, sobre todo a la defensiva, pero que tiene un gran espíritu de lucha y que busca la manera de ganar. Pagano es sin duda un gran líder con un gran espíritu competitivo. Lo vimos hace un año en su lucha contra el cáncer. Como bien se dice, un equipo refleja la personalidad de su entrenador en jefe, y esto es evidente en Indianápolis.

Por muy descabellado que parezca este comentario, Rex Ryan es de los candidatos a entrenador en jefe esta temporada. ¿Quién su hubiera imaginado esto después de la tercer semana de pretemporada durante la conferencia de prensa en la que trataba de explicar la lesión de Mark Sánchez después de haberlo alineado cerca del final en un partido sin importancia contra los Gigantes? Ese día perdieron a Mark Sánchez, quizás por el resto de la temporada y el panorama se veía negro para los de verde.

Con Rex todo puede suceder y lo único que podemos asegurar es que el proceso no será tedioso. Los Jets son un equipo en transición, el cual, excepto contra Tennessee, ha estado siempre en la pelea al final de sus encuentros. La gran duda era, y es, el desempeño de Geno Smith, pero si el grupo de entrenadores se enfoca en sus puntos y los del equipo como lo hicieron contra Atlanta, los Jets podrían darles un susto a los Patriotas.

Los puntos fuertes de Jets son una defensiva con siete frontales excelentes, en particular una línea con tres jugadores seleccionados en la primera ronda del draft capaces de dominar a sus oponentes, y un jugador, Damon Harrison, que juega como si hubiera sido también una selección del draft alta. También tienen un ataque por tierra sólido y equipos especiales que aunque han sido inconsistentes en ocasiones, pueden mejorar.

El problema más grande de los Jets habían sido los mismo Jets. Era el líder en la NFL en castigos, y segundo en entregas de balón. Esos son los tipos de errores que representan disciplina mental y enfoque a lo largo de los partidos. También son el tipo de deficiencias menos complicadas de arreglar.

Once de las doce entregas de balón habían sido causadas por Smith a través de ocho intercepciones y tres balones sueltos. Las intercepciones se dieron en jugadas de pase complicadas. El coordinador ofensivo, Marty Mornhinweg, mandaba jugadas como si Smith fuera un QB experimentado. Smith declaró que se sentía halagado que no le limitaran la selección de jugadas, pero la realidad era que no estaba listo todavía para hacer las lecturas correctas en jugadas que requerían decisiones rápidas. Contra Atlanta vimos un plan de juego basado en el ataque terrestre y complementado con pases relativamente seguros. Smith ejecutó ese plan casi a la perfección completando el 80% de sus pases. En la última serie ofensiva tomó las decisiones correctas, incluyendo correr con el balón y salir del terreno de juego cuando no había opciones de pase. Geno completó cuatro pases en cuatro intentos y dándole a su equipo la oportunidad de intentar el gol de campo ganador al final del encuentro.

Este son el tipo de partidos que hacen que un QB joven crezca y madura más rápidamente. A Smith le falta todavía mucho camino por recorrer, pero sus tres victorias en la NFL han sido remontando el marcador en el último cuarto. Mornhinweg debe de resistir la tentación de elaborar planes ofensivos agresivos y complicados. Con una gran defensiva y equipos especiales eficientes no lo tiene que hacer.

Finalmente, Jerry Jones una vez más abrió la boca y declaró que el partido contra Denver representó una "victoria moral" para su equipo. Si las victorias morales redituaran campeonatos, los Cafés de Cleveland y los antiguos Petroleros de Houston estarían en el pabellón de los inmortales en la era del Super Bowl.

El punto de Jones es que el equipo puede sacar cosas positivas de la difícil derrota que sufrieron ante Denver. La ofensiva, a pesar de la intercepción de Tony Romo en el momento más inoportuno, no tiene nada de qué avergonzarse. Lograron 48 puntos y estuvieron al tú por tú con el QB y la ofensiva más explosiva de la NFL. La defensiva es, como se dice, otro rollo. A diferencia de la de Denver, la cual recuperará a sus dos mejores exponentes en Von Miller y Champ Bailey, no esperan a nadie que salga al rescate. Jones despidió a Rob Ryan y contrató a Monte Kiffin en su lugar. Rob ha transformado a la defensiva de Nueva Orleans, la peor en la historia de la NFL en 2012, en un grupo agresivo y dominador.

A Kiffin hasta el momento le ha quedado grande el puesto a pesar de ser uno de los coordinadores defensivos legendarios en la historia de la NFL.

Una vez más, para los fans de Dallas, otra decisión cuestionable de Jerry como gerente general. El problema es que el dueño del equipo no lo va a despedir.

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