Raúl Allegre 10y

Ofensiva en serie

BRISTOL -- El acuerdo se firmó hace poco más de dos años y medio. Su impacto sería no solamente económico, beneficiando a ambas partes. También ayudaría a la calidad del juego. Extendería las carreras de los jugadores y repartiría los beneficios económicos a quienes lo merecían más, los veteranos de los equipos. Me refiero al Acuerdo Laboral Colectivo entre la NFL y la Asociación de Jugadores de la NFL firmado en agosto del 2011, y ratificado por dueños y jugadores días después.

La implementación de este acuerdo está poco a poco acabando con la calidad de juego en la NFL. Fueron muchos los cambios, pero han sido dos los que están teniendo mayor impacto en los equipos dentro y fuera del terreno de juego.

Hace unas semanas escribí una nota respecto a la calidad de este gran juego, cada vez más en manos de suplentes y jugadores prácticamente desconocidos. ¿Cuántos habían oído hablar de Jeff Tuel, Matt McGloin o Scott Tolzien? Este año 49 mariscales de campo han jugado en partidos de la NFL. Esto se debe a dos razones: falta de producción del titular, pero principalmente a lesiones a jugadores titulares.

¿Por qué tantas lesiones? Una teoría que tengo, y que comparten varios analistas de la NFL, es el impacto de la nueva regla del acuerdo Laboral Colectivo que limita las prácticas con indumentaria completa y con golpeo. Desde la temporada del 2011, los equipos no pueden tener más de 14 prácticas de este tipo durante TODA la temporada. Hace apenas tres años, el número de prácticas con golpeo fuerte promediaba dos por semana durante las primeras doce semanas de la temporada, y una por semana las últimas cinco. Un poco más del doble de las que los equipos tienen en la actualidad.

El propósito de limitar este tipo de prácticas era minimizar el desgaste de los jugadores y reducir en el futuro la posibilidad de problemas con enfermedades de la cabeza. Lo último se negoció debido a que recientemente se habían dado casos de jugadores jóvenes, sin historial de conmociones cerebrales, a quienes se les diagnosticó con CTE, "Chronic Traumatic Encephalopathy". Traduciendo: Encefalitis Traumática Crónica. Es importante recalcar que hasta el momento no existe la suficiente historia clínica ni la investigación necesaria para confirmar que golpes continuos son la causa de esta condición, pero Jeff Saturday, representante principal de los jugadores durante las negociaciones insistió en limitar el número de prácticas.

Las intenciones de Saturday fueron nobles, pero los resultados han sido preocupantes. Un número tan bajo de prácticas con golpeo intenso afectan por lo general a dos grupos de jugadores de la NFL: la línea ofensiva y a los suplentes.

Ningún grupo necesita más práctica "en vivo" que una línea ofensiva. Las jugadas por tierra requieren de una sincronización, comunicación y coordinación perfecta para que tengan buenos resultados.

¿Qué estamos viendo en la actualidad? Líneas ofensivas mediocres que tienen problemas abriendo huecos en el juego por tierra. Esta es una de las razones por las que los equipos lanzan más de lo que corren. La otra razón, que no derivó del Acuerdo Laboral Colectivo, incluye a las limitaciones que tienen las defensivas contra el pase tacleando a jugadores en jugadas de pase. Hay castigos por golpe casco a casco, por golpear arriba del cuello, por golpear a un receptor indefenso, además de las jugadas de interferencia que benefician a la ofensiva.

Para complicar la situación, no ha habido buena protección sobre los QBs porque las prácticas de hombre a hombre para presionar y proteger al QB no se acercan a la situación real, a menos que los jugadores las realicen a toda velocidad tratando de simular la acción de un partido.

¿Qué tiene que ver esta regla con los suplentes? Con un número limitado de prácticas en vivo, los entrenadores les dan casi el 100% de las repeticiones a los titulares. Pocas veces incluyen a los suplentes en los entrenamientos, y cuando estos se ven obligados a entrar a un partido, rara vez están preparados como lo estaban antes y el nivel de juego sufre.

En resumen, tenemos cada vez más líneas ofensivas de bajo nivel lo cual resulta en golpes más duros a QBs y corredores, y por consiguiente, un mayor número de lesiones. Además, cuando un jugador sale lastimado, su suplente no está preparado y le toma dos o tres semanas alcanzar un nivel aceptable.

La otra regla que se adoptó, y con la cual estuve de acuerdo, fue la estructura de salarios para jugadores novatos. Sam Bradford fue el último jugador que fue la primera selección global del draft que tuvo un contrato exorbitante. Bradford firmó por seis años y 78 millones de dólares de los cuales 50 fueron garantizados. Como punto de referencia, Andrew Luck firmó por cuatro años y 22 millones, todos garantizados.

El propósito de esta regla era evitar que jugadores que nunca habían pisado un emparrillado de la NFL tuvieran salarios más altos que jugadores veteranos en su misma posición que habían justificado sus ingresos con sus actuaciones. Me pareció una razón justa. Los ahorros, EN TEORÍA, se repartirían entre los veteranos. Pero junto con esta regla hubo otra en la que se establecieron salarios mínimos de acuerdo al número de años acreditados en la NFL. Este año, un novato no puede percibir menos de 405,000 dólares y un veterano con siete a nueve años de experiencia 855,000 dólares.

El impacto de esta regla no ha sido que el dinero que se ahorró en salarios de novatos haya sido destinado a jugadores veteranos. El impacto ha sido que cada vez vemos menos jugadores de nueve o más años de experiencia en la NFL. Recuerdo una plática con el antiguo gerente general de los Gigantes de Nueva York, George Young, que en paz descanse, en la cual me decía que la proporción ideal de jugadores en un equipo de la NFL era 20 por ciento de jugadores con dos años o menos de experiencia, 20 por ciento de jugadores con nueve ó más años, y el 60 por ciento, o el núcleo del equipo, de jugadores entres su tercero y octavo año. La teoría era que los jóvenes aportaban entusiasmo, energía y eran los que en su mayoría jugaban en equipos especiales. Los jugadores de tres a ocho años eran la base del equipo. Aquellos que ya habían madurado y estaban, supuestamente, en su mejor momento profesional. Los veteranos, decía Young, aportaban experiencia, estabilidad y liderazgo. De acuerdo al departamento de Estadística e Investigación de ESPN, en el 2013, hay solamente 218 jugadores en la NFL con nueve o más años de experiencia lo cual representa el 12 por ciento de jugadores en la liga. ¿Y luego se quejan de que no hay liderazgo en los vestidores de la NFL?

La realidad es que los dueños buscan el ahorro y minimizar el impacto de nómina. Si la opción es un jugador de dos años, cuyo salario mínimo es de 555,000 dólares, o uno de 10, con impacto de 940,000 dólares, ¿A quién van a contratar? A la goma con el liderazgo. Se van por el ahorro. ¿Y por qué no hay espacio en la nómina para asignarlo a veteranos? Por la cantidad de jugadores lesionados que están en la reserva de lesionados percibiendo el 100 por ciento de sus salarios.

La situación de falta de liderazgo en el vestidor ha sido el tema de los últimos días debido a la situación en Miami. ¿Cuántos jugadores hay con nueve o más años de experiencia en ese equipo? Cuatro, y uno es Bryan McKinnie quien nunca ha sido un ciudadano modelo.

Espero que dueños y jugadores reconsideren el límite de prácticas con indumentaria completa y lleguen a un punto medio. Quizás no las 29 que había antes, pero 20 sería un número que no desgastaría a los jugadores, y que ayudaría a que por lo menos cada semana de la temporada tuviera un entrenamiento a toda velocidad. De no hacerlo, temo un período paulatino de decadencia en el futbol americano de la NFL.

No es que quiera ser pesimista, pero veo que cada vez deteriora más y más la calidad de los juegos en la NFL. Los partidos siguen siendo cerrados porque la paridad de la liga se mantiene, pero el nivel del juego en mi opinión ha bajado.

Habrá suplentes que aprovechen la oportunidad y se conviertan en estrellas, pero en lo personal, prefiero ver a los titulares.

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