MÉXICO -- No hay nada que me dé más gusto que ver que el SuperBowl ha regresado a New Orleans, en el estado de Lousiana.
Me tocó hace unos años, después del huracán Katrina, hacer un reportaje de la devastación, de toda la gente que perdió la vida; de cómo muchos hondureños reconstruyeron gran parte del techo del Superdome, y luego fueron deportados.
Muchas partes de la ciudad no se han recuperado, y bueno, un SuperBowl trae una inyección económica importante porque hoy en día mucho del turismo que venía a New Orleans se ha ido a Las Vegas, entonces es una ciudad que necesitaba de ese impacto económico, y es una ciudad con un sabor muy especial: mucha fiesta, buena comida, casinos shopping, antigüedades, etc.
Ya habrá tiempo de hablar de los San Francisco 49ers y de los Baltimore Ravens porque hay muchos temas extracancha: como el de la mamá biológica de Colin Kaepernick que lo dio en adopción; que hace tres años estuvo involucrado en un homicidio Ray Lewis del que salió declarado inocente, pero que se lo siguen recordando; el tema de los hermanos Harbaugh, que ambos hablan políticamente correcto al decir que el partido es sobre los jugadores; que si podrá Kaepernick; la defensa de los Ravens tratando de detener la formación pistola de los Niners; qué línea ofensiva será la más dominante; hay muchos temas.
Tendremos NFL Semanal todos los días, mucha comunicación a través de ESPNDeportes.com con todos ustedes, pero en general este primer comentario al iniciar la cobertura en New Orleans es el hecho del gusto que me da estar otra vez con gente tan amable, que ha sufrido tanto por catástrofes naturales, y que nuevamente tendrán el gran partido.
Qué bueno que el SuperBowl XLVII se juega en New Orleans y que sea un agarrón de agarrones.