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Escasas sonrisas de Jim Harbaugh

Jim Harbaugh mantiene un semblante sombrío y se ha vuelto de corta interacción hacia el Super Bowl. AP

NEW ORLEANS -- Cuando Jim Harbaugh era parte de los San Diego Chargers, en sus años finales en la NFL, era un tipo relajado, simpático que solía bromear con la prensa.

Doce años después, Harbaugh es un entrenador aspero, de respuestas cortas e irónicas con los reporteros, por momentos burlón y con semblante duro.

Así ha sido el abrupto cambio del actual entrenador de los 49ers desde que en las temporadas 1999 y 2000 tuve la oportunidad de seguirlo como reportero cuando era parte de los Chargers.

"Sí, es diferente ahora que cuando era jugador en su rato hacia la prensa", coincidió Rodney Harrison, ex compañero de Harbaugh con los Chargers. "Pero es que su trabajo lleva ahora una presión diferente. Esta semana dirige a su equipo por un campeonato de la NFL".

Sin embargo, esa es la misma actitud que yo he visto en él toda la postemporada, desde el partido que ganaron contra los Green Bay Packers en la ronda divisional hasta el de Campeonato de Conferencia en Atlanta.

Respuestas como "sí", "no", "eso creo que para ti debe ser irrelevante" o "a nadie creo que interese que haré en el avión mientras viajamos a New Orleans", se han vuelto comunes.

Y ni siquiera he tenido la fortuna o desfortuna de que sea a mi, sino a colegas serios, profesionales y de medios de comunicación trascendentes para la NFL.

"Es un tipo serio y correcto", consideró el linebacker de Stanford Shayne Skov, quien fue reclutado por Harbaugh cuando aún era entrenador de esa universidad. "Es una persona que odia perder; ni siquiera es tanto lo que gusta de ganar, sino lo que odia perder".

En seis equipos y 15 temporadas como jugador, incluida la de 1998 con Baltimore, Harbaugh jamás llegó al Super Bowl.

Se quedó cerca con los Colts de Indianápolis, con quienes perdió el Juego de Campeonato de la Conferencia Americana.

"Le digo a mis jugadores que disfruten cada minuto aquí", mencionó el lunes. "Muchos grandes jugadores nunca tuvieron la fortuna de ser parte de un Super Bowl. Nunca sabes si volverás a estar aquí".

"Pero también pido que disfruten la competencia, que disfruten la batalla el día del partido, que se preparen y que den su máximo esfuerzo cada minuto", agregó.

Por momentos, parecería que ni siquiera él está disfruntando de la postemporada. En sus primeras dos apariciones públicas en New Orleans ha tratado de ser simpático, pero le cuesta trabajo.

El lunes bromeó con el tema de los comentarios del Presidente Barak Obama, quien dijo que si tuviera un hijo (hombre) quizá hubiera preferido que no jugara futbol americano por la inseguridad que considera conlleva este deporte.

"Si el presidente piensa de esa manera, habrá un poco menos de competencia para Jack Harbaugh cuando crezca", dijo el entrenador sobre su hijo de cuatro meses de edad.

Quizá sea una buena señal; tal vez el entrenador de San Francisco ha recordado que vive el sueño estadounidense, que en tan sólo unos cuantos años ha construido una reputación entre los mejores en el negocio del futbol americano.

En apenas una década como entrenador, sólo dos como asistente con los Raiders y el resto como estratega principal, ha reconstruido programas históricos, como el de los 49ers y el de Stanford.

Sus jugadores lo quieren, respetan y obedecen.

"La principal diferencia con él respecto a otros que me dirigieron aquí con los 49ers, es que te trata como si fuéramos familia", consideró el corredor de San Francisco Frank Gore. "Cuando necesita es muy disciplinario y estricto".

"Otra veces es muy sensible con los problemas personales de cada uno de nosotros", añadió. "Aquí nos ha enseñado los valores del compañerismo y el trabajo en equipo; como debe ser en una familia".

Gore dijo que sin importar la imagen que cada persona, aficionado o periodista tenga, su entrenador será recordado sólo por una cosa.

"Vino a cambiar la cultura perdedora que ya teníamos en este equipo", afirmó. "Y después del domingo (en el Super Bowl) las cosas nunca volverán a ser iguales para él, ni para ninguno de nosotros".