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Fue un baile carioca en La Paz

LA PAZ (EFE) -- Brasil por fin se tomó en serio una edición de la Copa América fuera de su país y acudió a Bolivia'97 con sus mejores efectivos para adjudicarse con plena autoridad la 38 edición del torneo sudamericano en una gran final ante los anfitriones.

Un equipo de ensueño integrado por Ronaldo, Romario, Roberto Carlos, Dunga, Mauro Silva y Taffarel, entre otros, fue una apisonadora que no se inmutó por los 3.600 metros de altitud de La Paz y superó por un claro 3-1 a la aguerrida selección local.

Era una de las pocas gestas que le quedaba a Brasil, ganar la Copa América sin ser el anfitrión y lo hizo con una estadística demoledora: el conjunto dirigido entonces por Mario Lobo Zagallo ganó todos los partidos y marcó 22 goles en seis partidos.

México y Bolivia, a la postre tercera y segunda clasificada, fueron las únicas selecciones que pusieron en aprietos al "Dream Team" del fútbol mundial, que se paseó en los restantes choques, incluidas las goleadas a Costa Rica (5-0) y Perú (7-0).

El primer escollo serio de los hombres de Mario Zagallo ocurrió en el segundo partido de la primera fase, cuando una joven pero muy ambiciosa selección mexicana se puso en ventaja de dos goles al descanso. Los campeones del mundo reaccionaron bien y dieron la vuelta al partido (2-3).

Después de un paseo ante Colombia (2-0), Paraguay (2-0) y Perú (7-0), Brasil llegó a la final de La Paz con algo de prevención por la altura.

Una 'ayudita' del árbitro uruguayo Jorge Nieves, que dio por válido el primer gol pese al meridiano fuera de juego de Edmundo, y la gran calidad individual de Ronaldo, que marcó el segundo gol prácticamente en la única ocasión en que tocó el balón, coronaron a la selección brasileña como la mejor del continente.

Bolivia fue un más que digno finalista. Tras lograr al borde del descanso el empate con un tremendo obús, marca de la casa, de Erwin Sánchez, puso contra las cuerdas a los brasileños.

La madera de la portería estuvo reñida todo el torneo con los anfitriones, que ante Brasil volvieron a estrellar dos balones al palo a remates de Oscar Sánchez y Marco Sandy. No se le puede perdonar tanto al mejor equipo del mundo, que renació de sus cenizas y resolvió el partido con el mencionado gol de Ronaldo y la puntilla de Zé Roberto.

La sorpresa más grata del torneo fue, sin duda, México, que finalizó en un justo tercer puesto. La joven plantilla que reclutó Bora Milutinovic le jugó sin complejos a Brasil, ganó con una espectacular primera parte a Colombia y sólo fue frenada con muchos apuros por Bolivia en el paso a la final.

Como consuelo se impuso en el partido del bronce a Perú, otro equipo novel que cumplió un aceptable papel al dejar fuera a Uruguay, defensor del título, y a Argentina, la otra gran decepción del torneo, que incluso no supo sacar provecho de los cuatro penales a favor de que dispuso.

En el capítulo de revelaciones destacó el mexicano Luis Hernández, el denominado entonces "pichón de Caniggia", que maravilló con su excelente capacidad rematadora y arrebató con seis dianas a Ronaldo (se quedó en cinco) el título de máximo goleador que parecía reservado para el astro brasileño.

El ecuatoriano Wellington Sánchez, el mexicano Pavel Pardo, el colombiano Neider Morantes, el peruano Martín Hidalgo, el brasileño Denilson y el boliviano Sergio Castillo fueron otros de los jugadores que deslumbraron en esta Copa América.

En cuanto a los ya consagrados, refrendaron su fama los bolivianos Erwin Sánchez y Julio Baldivieso, los brasileños Roberto Carlos, Dunga y Leonardo, los paraguayos Roberto Acuña y Carlos Gamarra y el arquero mexicano Adolfo Ríos.

Paraguay, una de las pocas selecciones que acudió con buena parte de sus figuras, no estuvo a la altura de su buen rendimiento en las eliminatorias mundialistas, aunque fue perjudicada ante Argentina con un penal muy discutido en el último minuto y que mandó a los "guaraníes" a medirse con Brasil en los cuartos de final.

Ecuador, asimismo con un equipo experimental, pasó la prueba con un notable. Concluyó la primera fase como primera de grupo por delante de Argentina, Chile y Paraguay. Empató a un gol en cuartos de final ante México, pero se topó en los lanzamientos desde el punto de penal con Adolfo Ríos, que paró tres remates.

Los ecuatorianos pudieron presumir, de todas formas, de ser los únicos invictos del torneo junto con Brasil.

Colombia, que había sido tercera en las dos ediciones anteriores, tampoco sacó fruto de su equipo remozado y cayó en cuartos ante los anfitriones. Peor fue el caso de Chile, que se despidió con el único sabor de la derrota en sus tres encuentros.

La debutante Costa Rica mostró detalles de buen juego, pero una gran inoperancia en ataque. Su consuelo fue empatar a un gol con México.

Venezuela, la cenicienta del fútbol sudamericano, consiguió su objetivo de no salir goleada, aunque ello le supuso ser la única que no marcó siquiera un gol.

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