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Hopkins se consolidó

NUEVA YORK (AP) -- Era la pelea más esperada del 2004, el anhelado choque entre Bernard Hopkins y Oscar de la Hoya. Un combate con bolsas millonarias, los ojos del mundo del boxeo clavados en sus principales figuras, y el título indiscutido del peso mediano en la balanza.

Sin embargo, dos mexicanos con manos de piedra y corazones de oro, Marco Antonio Barrera y Erik Morales, les robaron el podio y protagonizaron la pelea del año con la tercera parte de su encarnizada rivalidad.

Barrera, a quien muchos daban por acabado después de un aparatoso revés frente al filipino Manny Pacquiao, se apuntó una decisión dividida sobre su acérrimo rival para su segunda victoria en tres choques con Morales.

Ambos púgiles intercambiaron golpes sin descanso durante 12 asaltos, dejando en manos de los jueces el resultado final. El veredicto: Barrera fue favorecido 115-113 en una tarjeta, 115-114 en otra, y el tercer juez la vio empate 114-114.

El combate cumplió las expectativas del mundo del boxeo, que esperaba un vistoso espectáculo para contrarrestar la ola de escándalos, fracasos y fraudes que sumerge a ese deporte desde hace años.

La pelea entre Hopkins y de la Hoya, en cambio, se quedó corta ante su propia promoción.

Hopkins, campeón indiscutido del peso mediano, despachó al "Golden Boy" de ascendencia mexicana con un potente gancho al cuerpo en el noveno round de su encuentro en septiembre.

El triunfo colocó a Hopkins como la figura cimera del boxeo, luego de años peleando bajo la sombra de otros campeones de mayor renombre y numerosas disputas como manejadores y promotores.

Para de la Hoya, quien hacía apenas su segunda incursión en el peso mediano, levantó más dudas sobre una carrera que parece en picada después de reveses ante Shane Mosley y el puertorriqueño Félix Trinidad.

De la Hoya afirmó en días recientes que no se retira del boxeo, pero regresará a la división welter (147 libras), en la que tuvo sus mejores años.

"Tito" Trinidad, por su parte, volvió triunfal al ensogado luego de dos años de retiro y demostró que aún conserva la pegada que lo hicieron campeón invencible en tres divisiones hasta que chocó con Hopkins.

El boricua no tuvo mayores dificultades para derribar tres veces al nicaragüense Ricardo Mayorga rumbo a una victoria por nocaut en ocho asaltos.

Ahora Trinidad está barajando la posibilidad de medirse en marzo con el campeón súper welter Winky Wright, verdugo este año en dos ocasiones de Mosley, o buscar la revancha con Hopkins, su único victimario.

El también puertorriqueño, John Ruiz, defendió exitosamente su faja de los pesos pesados, en otro deslucido espectáculo contra el polaco Andrew Golota.

Otros eternos campeones no tuvieron tanta suerte.

Roy Jones Jr., por años considerado el mejor púgil del planeta e intocable en la división semi-pesada, vio apagarse su estrella con dos contundentes derrotas por la vía rápida ante Antonio Tarver y Glen Johnson. Tarver perdió su correa en diciembre en su reyerta con Johnson.

Mike Tyson pudo haber dado el último suspiro de una carrera que lo vio caer del más alto sitial a una atracción de circo.

El otrora "hombre más temido del mundo" lució impotente frente al desconocido inglés Danny Williams, quien lo vapuleó en julio para enviarlo a la lona en cuatro asaltos.

En tanto, algunas jóvenes figuras comenzaron a despuntar como el futuro del boxeo.

El boricua Miguel Cotto se coronó en la división súper ligera con un espectacular nocaut del brasileño Kelson Pinto, y retuvo su corona con otra magistral actuación ante el estadounidense Randall Bailey.

Su compatriota Iván Calderón también retuvo su título minimosca ante el nicaragüense Carlos Fajardo.

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