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19y

Con el ánimo elevado

MAZATLÁN (Notimex).- Mazatlán enderezó el barco con
una ceremonia inaugural que levantó el ánimo de la Serie del Caribe,
la cual recibió algunos golpes incluso antes de su arranque,
programada para hoy en el Estadio Teodoro Mariscal.

Entre defectos organizativos y la noticia de que Aguilas
Cibaeñas, de República Dominicana, simplemente no pudo llegar a la
jornada inaugural, la música, el baile, el entusiasmo, los fuegos
artificiales y la infinita belleza de las mujeres sinaloenses, la
justa caribeña comenzó con éxito.

Aunque el estadio mazatleco, que por quinta ocasión es sede del
clásico de la región, tuvo que permanecer en silencio por causas de
fuerza mayor que obligaron a suspender el primer partido entre
Dominicana y Puerto Rico, a las 19:00 horas hizo erupción ante un
graderío colmado.

Tras la exhibición de bailes populares, una vez más se rindió
homenaje al maestro mazatleco Antonio López Sáinz, cuya obra decora
la ciudad con pinturas y esculturas que evocan la Serie del Caribe y
la fiesta del Carnaval que se inicia este jueves.

Docenas de chicas ataviadas con los colores patrios de los
cuatros países participantes construyeron el escenario para que los
equipos se tendieran en el terreno de juego, ante la presencia de los
titulares de las respectivas ligas invernales.

En vista de que aún volaba hacia Mazatlán, el Cibao fue bien
sustituido por un grupo de chicas de ceñido traje negro, que una vez
más puso de manifiesto la variada, nutrida y por demás encantadora
oferta femenina en este puerto del Pacífico noroeste mexicano,
ubicado a 850 kilómetros de la capital.

Quitando México, el equipo Indios de Mayagüez fue el más
respaldado en la grada. Luego del himno de los cuatro contendientes,
fue interpretado el tema oficial de la versión 35 de la Serie del
Caribe, autoría del maestro Armando Pesqueira.

Sobre el final, Mazatlán echó la carne al asador. Valiéndose de
los temas mexicanos de mayor "rating", sumamente aplaudidos, y en
medio de luces abigarradas, llamó a los nuevos inmortales del Salón
de la Fama del Caribe, entre ellos el intermediarista mexicano Juan
Navarrete.

Así, con lo mejor de su repertorio, trajes y bailes típicos y
con el infaltable "Huapango" de Moncayo, el puerto dio la bienvenida,
por quinta ocasión en su historia, a la crema y nata del beisbol
caribeño.

La música de banda, que tiene tantos adeptos en esta región, a
cargo de Julio Preciado, El Recodo, El Coyote y Tierra Santa,
colaboró con parsimoniosas notas, de aquí para allá, que pusieron el
cerrojazo final a la ceremonia inaugural.

"Te juro, viejita, que no sabía que el Carnaval coincidía con la
Serie del Caribe", se excusaba mediante un cartel un aficionado
sonorense, de los tantos "fuereños" que se negaron a faltar a la
primera jornada de la llamada Serie Mundial Latinoamericana.

De esta forma, quedó listo el escenario para que se cantara la
voz de "pleybol" en el Teodoro Mariscal. Instantes después, Venados
de Mazatlán de México y Tigres de Aragua de Venezuela invadieron el
diamante para protagonizar el duelo inaugural.

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